XVI

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La oscuridad caía sobre la habitación donde Ben y Rey pasarían la noche, «su primer noche» pensó Rey quien era un manojo de nervios, Ben le había dicho a Rey que el lugar donde pasarían su viaje de bodas estába a un día de viaje aún  y entonces sugirió que sería mejor pasar la noche en una Posada para que ella durmiera bien.
Ahora Rey esperaba en el baño muy nerviosa tratando de recordar lo que su madre le había contado sobre la primera noche.
La puerta sonó del otro lado..
—Rey ¿estas bien?, - ella se sobresalto pero trato de calmarse respiro profundo y abrió la puerta.
—Si estoy bien, - dijo agachando la cabeza.
Ben se quedó perplejo ante la belleza tan natural que irradiaba Rey en una sencilla bata color coral y su pelo suelto alrededor de su cuello por igual ella bajo un poco la cabeza ante el hombre que tenía frente a ella, estaba sin camisa su torso desnudo ante ella tan perfecto y moldeado en unos simples pantalones color blanco, no podía verlo era demasiado para ella se sonrojo.
—Ven, - extendiendo su mano, Rey lo miro dudo un poco trago saliva, «se valiente», finalmente tomo su mano sintió un calor que recorrió todo su cuerpo, —ven conmigo, - caminaron hacia la cama y ambos se sentaron en la orilla.

—Ben yo

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—Ben yo.....
—No tienes que hacer nada que no quieras, - la interrumpió, Rey sentia su mirada tan respetuosa el era el hombre con quien quería estar.
—Pero soy tu esposa mi deber es complacerte, - recordando lo que su madre le había dicho.
—También el mío, - sin dejar de sujetar sus manos, pero Rey que fue lo que te dije cuando comencé a pretenderte, - Rey sonrió ante el recuerdo.
—Que te ganarias mi amor, - le respondió con una amplia sonrisa.
—Y eso haré, - tomando su mejilla, —te amo y quiero hacerte feliz no quiero forzarte a nada.
—Pero yo si quiero estar contigo, - besando su mano.
—Y yo también Rey pero se que todo esto es nuevo para tí y quiero ganarme ese derecho.
—Ya te lo has ganado, te amo... - le susurró.
—Lo se, - besandola.
Esa noche solo durmieron juntos al principio le dio cierta pena a Rey quedarse solo con su camisón pero Ben había prometido que solo dormirían juntos, el la abrazo fuertemente y ella se sentía completa a su lado su calor rodeando todo su pequeño cuerpo, Ben por su parte respiro su perfume natural era como la pieza faltante, su cuerpo encajaba perfecto en sus brazos.

†

En la mañana en la mesa del comedor Motmah no podía comer bocado la visita de anoche la tenía comiendose las uñas hasta que su hermano apareció.
—Hasta que te apareces, - le reclamo.
—Buenos días, - besando su mejilla, —anoche tome de más, no pongas esa cara, Elle el cafe, - la sirvienta le sirvió el café.
—Elle retiraré.
—Si señora.
—Anoche, - comenzando, —vino ese hombre.
—¿Que hombre?
—Poe Dameron.
—¿Que?, - escupiendo el café, —pero como.
—¿Donde lo tenías.
—En una prisión en Canadá, - limpiandose el café.
—Pues llamemos a la policía para que lo arresten.
—Con que cargos, moví las pocas influencias que tenía para meterlo en la cárcel muy lejos pero por lo que veo no funcionó.
—Como te atreviste, - le grito.
—No me grites, - golpeando la mesa, —además querida hermana te recuerdo que tu fuiste quien me sugiero a toda costa alejarlo de tu estúpida e imbécil hija.
—No la llames así me oíste, - la culpa la invadía, —debiste solo asustarlo, Rey no se puede enterar.
—Y no lo hará, no hay rastro de que yo tuve algo que ver, aunque claro Dameron lo intuira pero no tendrá pruebas así que cálmate.
—Y si el la encuentra, - le dijo aún alterada.
—Si lo hace ese será asunto de Solo el sabrá si lo mata o no, oh que, - mirandola con burla, —temes que se enteré que tu Santa Rey tenía sus amoríos con Soldados.
—No, - le dijo entre lágrimas., —no quiero que sufra no lo merece y esperó que Rey no sufra por nuestros pecados.
Ella se retiró de la mesa, se encerró en su cuarto, lloró y rezó pidió por su hija por su bienestar y porqué cuando se enterará por que sabía que la verdad saldría a la Luz no la odiara.

AMOR ETERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora