Con sus pequeños dedos dibujaba unas figuras en el cristal empañado de su ventana, era un día lluvioso y no podía salir a divertirse al patio y aunque su mamá siempre era muy estricta pero esta vez era la lluvia la razón por la cual no podía salir a jugar en el patio y correr entre las plantas de su bello jardín, la pequeña Rey en vez de eso tarareaba una canción de cuna que le daba un poco de diversión..
— ¿Se puede?,.— dijo un hombre junto a la puerta.
— Pasa papá.— dijo ella para voltearse a verlo.
— Demasiado triste este día.— se acomodo en el sofá junto a su hija.
— La lluvia no me gusta,— mirando hacia afuera e hizó una mueca y arrugando la nariz.
— ¿Amas las flores?.—le preguntó curioso.
Rey lo miro con cuidado, que clase de pregunta era esa si su padre sabía de su amor por estas.
— Por supuesto papá,— le dijo firme.— ¿porque me preguntas tal cosa?.
— Me es raro que digas que amas la naturaleza y ames tus flores cuando odias la lluvia.— se encogió de hombros.
Rey abrió los ojos y lo pensó mejor.
— El agua es algo indispensable para que todo a tu alrededor tenga vida.— le tocó la punta de la nariz.
— Bueno.— agachó la cabeza.— tal vez exagere un poco en eso de odiar la lluvia.— dijo apenada.— es que era mi día de salir al jardín y la lluvia lo arruinó.
— Mi pequeña.— la tomó en sus brazos y la subió en su regazo para que ambos mirarán afuera.— apenas estas empezando a vivir así que te aseguró que cosas mejores vendrán, igual que muchos más juegos, nunca siembres odio ¿me oíste?.
— Si papá.— le dijo dulcemente. — La lluvia hace crecer las flores así que supongo que la lluvia me hará crecer.— dijo en sus brazos.
— Si.— besando su cabeza.— siembra algo y está crecerá con tu amor y cuidado.
— Te amo papá.— se acomodo mejor en su pecho.
— Y yo a tí Rey.
Un hermoso recuerdo hizo estremecer a Rey en su cama, se levantó un poco para mirar a Rose dormir junto a ella, con cuidado se levanto de la cama para no molestar a su amiga entonces fué a donde estaba su bebé.
Era la cosita más dulce que jamas halla imaginado y haya visto, su pequeña Hope ella era tan pequeña y frágil, la tomó en sus brazos y sintió su cuerpo tan pequeño junto a su pecho, su calor, su aroma tan dulce, la acarició muy suavemente y la arrullo, camino hacia la ventana la luz de la Luna iluminaba afuera tarareando aquélla vieja canción de cuna que a ella siempre la tranquilizaba ahora se la cantaría a su bebé mirando el jardín lloro ante el recuerdo de su padre, de su hijo el hijo que ya no estaría en su regazo, tomó aire y se calmo ella seria fuerte, el coraje y la ira que le tenía a Ben era mucha, pero las palabras de su padre como la luz de la Luna iluminaron su mente y corazón. "No siembres odio" El odio genera odio y ella no quería eso en su vida no para su hija, talvez había sido un error pretender odiar a Ben, ya que ella también había mentido, esta bien que se sintiera molesta, pero alejarlo de su vida si ella lo amaba y el era el padre de su hija, el también sufría como ella, tenía que pensarlo.
†
Rose se había levantado temprano para areglar unas cosas en la cocina cuando se encontró con quien no quería hacerlo.
— Buenos días.— se acercó a ella Armitage.
— Buen día.— sería y sin mirarlo.
— ¿También me odias?.— le encaró.
ESTÁS LEYENDO
AMOR ETERNO
RomanceEl Amor y el destino serán crueles con los corazones de estos jóvenes, llevándolos a tocar el infierno y el cielo, Rey Calamari una joven aristócrata se verá envuelta en amor prohibido, pero su suerte cambiará cuando llegue a ella Ben Solo Skywalker...