VIII

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Tan fría tan helada se sentía la cama donde Rey yacía, sentía un frío inmenso en el interior de su cuerpo en el interior de su alma, «¿porque a mi? » se preguntaba porque ella si siempre había sido tan buena, no paro de llorar no paro de lamentarse que había hecho mal el amor es tan cruel se dijo la vida es tan despiadada el era tan malvado y ahora yo soy miserable.
—Dios apiadate de mi, - susurro.
Para que rezar a Dios si la había abandonado.

Ben yacía en su cama pensando en todos los eventos de esta noche en la mirada de Rey su sonrisa y su frágil cuerpo entre sus manos su dulce aroma a rosassonrió para el mismo de recordar la cercanía tan cerca y tan lejos, le dolió dejarla pero algo en el quería protegerla algo le decía que estaba en peligro.

"Ben aquí estoy ven a mi, regresa a mi, no me abandones aquí regresa, sin ti mi vida no es nada sin tí muero en lenta agonía ¡Salvame! "

Ben se despertó de golpe agitado y sudando había tenido una pesadilla una figura,  una figura femenina en el sueño la reconocía veía su rostro y era hermosa pero ahora sólo era una sombra, una sombra sin rostro.

En la habitación de Rey  sentía un dolor inmenso y es como si su pena invadiera las paredes del cuarto, Rose se había levantado temprano para prepararle un té y un plato de fruta talvez eso la animaría.
—Puedo pasar, - dijo mientras abría la puerta.
Su sorpresa Rey seguía tendida en su cama no se había levantado aún.
—Buenos días Señorita Rey le traje el desayuno, - dejando las cosas en la mesa del centro, —Es fruta y té su favorito, señorita ¿esta usted bién?.
Pero ella no contestaba seguia hay tendida en la cama guardando luto, no paro de llorar lloró hasta quedarse dormida y no dormio nada se encontraba en un estado letargico con una mirada perdida un rostro sin alma,  Rose solo miraba desde el otro extremo de la cama se sentía tan mal por la que consideraba su amiga su hermana.
—¿Porque a mi?, - porfin habló Rey pero con los ojos fijos en algún punto del techo tal vez era una pregunta para Dios nobpara Rose.
—Mi hermana Paige que Dios la guardé siempre me decía que vinimos al mundo por una razón y por más que hagamos planes el destino siempre dirá la última palabra pero no todo es malo si no con el ojo que lo miremos, - dijo tomándola de la mano como un consuelo.
—Si, tu hermana era muy sabía, pero mi destino es malo por donde lo mires, - cerro los ojos suspiro y una lágrima rodo quemando su rostro, —Mi destino es ser desdichada y muy infeliz ya lo comprendí, - liberandose del toque de Rose de giró, —Vete Rose dejame sola dejame con mi dolor y mi pena.
Rose no quería dejarla sola pero era mejor así.
—Si con su permiso, le dejó el desayuno, y le abrire las cortinas.
—Dejalas, - alegó Rey.
—Pero....
—Solo vete...
Rose salió del cuarto muy afligida donde estaba su amiga que amaba ver el sol de la mañana.

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Habían pasado dos dias y Rey seguía sumida en su pena solo se había parado para hacearse pero seguía en su cama sin querer ni la compañía de Rose.

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