XXXIX

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Las campanas sonaban en la iglesia y las personas se empezaban a reunir era como si todo lo que una vez la pequeña Kydel soño que sería su boda imaginando la iglesia, la recepción, su padre entregandola al hombre de su vida se hiciera realidad, su boda, pero no tendría a sus padres era su mayor dolor pero eso no la detendría, aun sería en una bella iglesia y con su familia, su familia más querida, con el vestido de sus sueños y lo más importante de todo con el hombre de su vida, el que ella había elegido, el la había elegido y contra todo pronóstico ahora se casarían frente a Dios y a los suyos..

— ¿Nerviosa?.— preguntó Luke dentro del carruaje que esperaba fuera de la iglesia.

— ¿Se nota mucho?.— pregunto la joven muy nerviosa pero no asustada.

El acomodó un mechón de su hermoso pelo dorado que se había salido de su sencillo peinado.— No mucho.— se acomodó para mirarla mejor,  como amaba a Kydel desde niña una parienta más una hija más.

— Sin ti.— casí queriendo llorar.— no hubiera hecho esto posible,— queriendo contener el llanto, su maquillaje.

— Mi pequeña.— sin dejar de sonreírle.— tú eres la que decidiste y estoy seguro que jamás te hubieras dado por vencido.— el la conocía tan bien el había educado, Maz, Leia y el hasta Han.

— Me conoces tan bien.— riendo para su Ángel.— pero en realidad sin tí no hubiera llegado tan lejos.— le fue sincera el le salvo de un horrible matrimonio arreglado.

— El amor.— con su mirada de compasión.— puede romper mil barreras, siempre triunfa.— el más que nadie sabía de esos amores.

Kydel recordó entonces todo el dolor que pasaron, Ben y Rey también su primo Armitage con Rose y todo lo que ellos sufrieron por hacer real su amor, inclusive Poe al perder a Rey ante las peores circunstancias y ella al final había sido la que menos sufrió por la separación y por eso estaba muy agradecida a la vida y a Dios por al menos tener a Finn sin tanto llanto.

— Ya es hora.— le anuncio Luke a la sonriente, nerviosa pero feliz Kydel.

— Será lo que Dios disponga.— con la mayor ilusión en su mirada.

Dentro de la iglesia se encontraban todos los demás mientras esperaban la llegada de la feliz novia. Rey junto a su pequeña bebé y Ben quien era el feliz esposo y dichoso padre, una cansada pero no infeliz Leia que a pesar de su enfermedad seguía en pie como la madre, la esposa, la tía la líder, luego Maz quien estaba tan contenta por su hija que aunque no lo fuera por sangre lo era por lazos de amor mucho más fuerte que la sangre y Rose con Armitage quienes estaban felices por todo por su reciente matrimonio y por la nueva vida de su querida prima Kydel, aunque por supuesto su padre se negó aceptar eso no importó para Hux quien siempre lo miro con lejanía su opinión era lo que menos quería y después de tachar con los peores sinónimos a Rose y también a Kydel por su según el asqueroso matrimonio con Finn poco importó serían todos felices.

— ¿Querias una boda así?.— preguntó Hux a una radiante Rose.

— Si,— suspirando un poco.— pero.—tomando su mano.— pero estoy feliz con lo que me diste se que me amas y yo te amo así que lo demás importa poco.

— Te amo, nunca me cansaré de decírtelo.— la beso.

— Se ven tan enamorados.— comentó Rey del otro lado de la Sala mirando a sus dos amigos.

— Casi como nosotros.— le abrazo por detrás Ben.— te amo.— susurrando en su oído.

Rey se giró y le beso la mejilla.— mi amor.

— Me llevó a la niña.— se acercó Maz.— para que no vayan a dejar caer a su hija.

— Maz.— se apresuró Rey.— no voy a dejar caer a mi bebé.

AMOR ETERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora