AMOR ETERNO

XXXV

Todo el viaje hacia Jakku, Ben no podía sacarse de su mente como estaría Rey y su bebé, se sentía tan mal, tan lleno de dolor y un horrible remordimiento por haber desconfiado de ella,  ¿como pudo hacerlo? Y ahora el pesar lo invadía, fue un error haberla hechado de su lado, haber hecho a un lado a la mujer a la cual le juro amor eterno y ahora la había alejado de el, de la peor manera, temia que Rey y si no lo perdonaba, y ahora sea ella la que decida hecharlo de su lado, alejarlo de su hijo, de su hijo porque era suyo siempre lo fue jamás debió dudar de ello jamás, la culpa llegaba en varias cantidades hacia el, la culpa no lo dejaba cerrar los ojos sin pensar en como ella se encontraba como se encontraba su hijo, para estas fechas ya era próximo el alumbramiento, tenía que llegar lo más rápido posible.

— Tranquilo.— tomandole del hombro Armitage.— llegaremos muy pronto a Jakku y podrás hablar con Rey,—suspiro,— estoy seguro de que todo se va a arreglar..

Ben meditó lo suficiente ante las palabras de Armitage en el fondo de su corazón no creía que la recuperará tan fácilmente después de todo lo que pasó de todo lo que el le dijo.

— Temo perderla para siempre.— logró decir después de un tiempo.— temo que no me perdoné.

— Ben ella te ama, ambos se aman demasiado y ese hijo los unirá aún más, todo estará bien.— le calmo.

— Ojalá,— agachando la cabeza.— si ella no me perdona yo... no se que haré.

Ben no pudo dormir en todo el viajé el solo pensar en perder a Rey o a su hijo para siempre, era muy difícil de creer, todo lo que le había pasado lo que estaba ocurriendo.

†

Kydel estaba segura de que Rey perdonaría a Ben, pero algo en su corazón muy en el fondo muy escondido le decía que algo muy grave estaba por ocurrir.

— ¿Como estas?.— entrando a la habitación Maz.

— Estoy bien,— dándole la mano para que se sentará junto a ella.— solamente que temo que el matrimonio de Ben y Rey no terminé bien.

— No digas eso, todo saldrá bien.— le calmo con una sonrisa.— ellos se aman demasiado, no te preocupes.

— Quiero que estén presentes en mi boda.— se recosto en el pecho de su amada tía.

— Y así será.— muy emocionada por la boda de su querida Kydel.— y a todo esto como te sientes con todo esto.

— Muy feliz.— con una amplia sonrisa.— mi tío se a opuesto contundentemente contra mi matrimonio, pero no me importa el nunca estuvo cerca mío y no tiene ningún derecho de opinar.— con una cierta melancolía por sus padres.

— Esa es mi niña.— besando su frente.— todo saldrá bien tus padres donde quiera que estén deben estar muy orgullosos al igual que Leia y yo.

— Quiero que mi tía este junto a mi ese día.— tratando de contener las lágrimas.

— Tu tía es más fuerte que todos aquí y ella no se perdería tu gran día.

Ambas se abrazaron muy fuerte y con la fe muy grande de que todo saldría bien.

Leía apareció por la puerta sonriendo hacia su hermana y su sobrina.

— Espero no estén llorando por mi.— con una media sonrisa.— porque no es momento de hacerlo.

— Oh tía.— con los ojos un poco rojizos.

— Kydel mi hija.— le abrazo.— no es momento de llorar por mi es mejor pensar en tu boda.