.-Carta de despedida-.

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«Daniela Calle:

Lo lamento, quizá esperaste mucho de mi y me pesa admitirlo, pero yo ya no puedo seguir así Daniela, día a día cargando esto, quiero verte feliz de ahora en adelante, por favor no llores por mi, soy egoísta, lo sé, pero me marche sabiendo que dejaría una hilera de corazones rotos. Lo admito, es difícil, quiero ser honesta por primera vez Amor, lo mereces y yo también, quiero creer que es así, ¿Lo entiendes mi Frutica?

Cuando llegaste a mi vida fue extraño, dos años antes de ti todo se arruino, mi vida dio un giro que me habría encantado no ocurriera. Debo admitirlo, nunca creí en mi, ¿Recuerdas las veces que me pediste que te fotografiara o dibujara? En el fondo siempre supe que esto iba a pasar, siempre estuvo ahí, nunca se fue.

Te conocí en una plaza, ¿Lo recuerdas? Han pasado cuatro años, dos desde que te conocí, no se si el destino quería esto, salvarme o atormentarme con fechas. Se que siempre esperaste que te contara mis razones. Cuando nos vimos, Dios, yo estaba llorando, ¿Te llamo la atención que estaba rota Amor? Te acercaste y pintaste mi mundo de color nuevamente, pero, ya estaba arruinado y no podías arreglarlo.

Ese día Calle, se cumplía un año, un año desde que..., No quiero contarte esto, nadie lo sabe y él me callo mil veces para permanecer entre las sombras, mi familia lo adora, ¿Sabes? Siempre quisieron verme con él, yo nunca, creo que eso lo molesto o quizá fui yo.

Daniela Calle quizá no entiendas que intento decirte, no lo sé, supongo, pero no creo acertar con esto. Te amo, solo dos palabras y demasiados sentimientos. Me siento culpable por esto, porque aun cuando sabia que el final estaba cerca, me aferre a unos minutos de felicidad a tu lado, te arrastre a esto, tu lo notaste y no dijiste nada, supongo que ambas tenemos la culpa, ¿No soy solo yo?, Quise volver a sonreír de tu mano pero me ahogaba en silencio.

Estuviste conmigo tantas veces mientras lloraba, te aseguraste de que no volviera a hacerlo, que las cicatrices sanaran, lamento decepcionarte Amor mio, eso nunca ocurrió, nunca lo deje, volví a cortarme Daniela, una y otra vez, no quería saber nada de mi, de mi cuerpo, de mi vida.

A tu lado pase los momentos más lindos, coloridos y felices de mi vida, mi mundo gris se volvió de color de tu mano, me sentí segura y amada entre tus brazos, tenia mil miedos, inseguridades y razones para odiarme encima, intente callar mi mente con tus palabras y lo logre por algunos instantes, y puedo asegurarte que me sentí en el cielo entre tus brazos.

Olvide por un segundo lo asquerosa que era y sonreí de verdad entre besos cálidos y llenos de sentimientos, me enamore de ti Daniela, por completo, de tus pucheros, besos, abrazos y actitudes, me enamore de verte fruncir el ceño cuando te enojabas, aprendí a amarte y por primera vez en mi vida sentí que hacia algo bien.

Sentí que amarte era lo único bueno que tenia, pero me sentía tan culpable al mentirte así, de ese modo, nunca fui lo que creíste. Se que siempre me notaste decaída y en mi propio mundo, como dijo muchas veces mi padre. Mi mundo era horrible, monstruos gritando, miedos, inseguridades y odio.

Me mire al espejo con asco tantas veces, observaba mi reflejo y lo veía deformarse mientras los recuerdos me inundaban y las lagrimas lograban escapar, quise romper ese espejo mil veces y desee que mintiera otras dos mil, pero era real  Dani, era demasiado real y yo no soportaba verlo.

Me pase tardes y madrugadas llorando, entre a la ducha con asco por el cuerpo que tenia, llore y desee que el agua evitara que lo notaras. Te metí en esto y aunque lo intente, yo seria la única que no iba a lograr salir.

¿Recuerdas esas frases? Son muy jóvenes, es precipitado, ya se les va a pasar, nos hicimos oídos sordos y aunque se colaban en mi cabeza, tuvimos nuestro pequeño para siempre, me encanto todo el tiempo que pase contigo y daría lo que fuera porque se hiciese eterno.

No quiero que pienses que pudiste haberme ayudado, suena mal, pero Amor, diste todo de ti y yo no logre salvarme.

Hace cuatro años conocí a la persona que más iba a odiar después de mi, Santiago, se que el nombre te sonara Frutica y  tienes razón con lo que quizá pienses, él ante los ojos de los demás era todo un ángel, pero solo yo conocía el verdadero demonio que había dentro de él, Santiago hizo mucho para que lograra odiarlo, al principio era lindo.

Paso un año y lo que solo eran golpes se volvió algo más, lo hizo, ¿Sabes? Él lo hizo, me negué, luche y llore, grite, pedí ayuda pero él se volvió mi infierno personal, me violo, me toco y lo intento más veces.

Deje de comer por dos semanas luego de eso, mis padres me obligaron y se burlaron por creer que estaba haciendo dieta, pero yo no habría hecho eso y ellos en realidad no me conocían, no mejore, no lograba dormir y cuando lo hacia habían recuerdos de ese momento.

Lo odie tanto, me odie tanto, me lave, abrí heridas, pero jamas logre sentirme limpia de él, de pronto, voces en mi cabeza comenzaron a gritar en mi contra, nunca las entendía, pero aprendí a callarlas, seguían susurrando el asco que ser humano que era.

Dibuje y esos dibujos los encontraras, hice de todo para despejar mi mente, para lograr callar mi odio, él se burlaba de mi cada vez que lo veía, me miraba como una mierda más en su camino, lo intento más veces y lo logro unas pocas.

¿Recuerdas las fotos y dibujos que me pedías y nunca obtenías mi Amor? Eras mi mayor inspiración y si aun quieres tenerlos búscalos en mi lugar secreto, siempre has tenido la llave Frutica, me encargue de dártela cuando nos casamos.

Cuando me encontraste lograste ver mis brazos y te preguntaste porque, tienes la respuesta hoy, lo lamento Amor mio, quizá si nunca lo hubiese conocido nuestra historia seria distinta, pero Daniela, lamento dejarte ahora, en este momento.

Por Favor, cuida a Antonia por mi, no quiero dejarte sola con ella, pero ya no lo soporto, cuídate tu también mi vida, sigue adelante por ella, por mi, te pediré solo una cosa y es que, a pesar de lo difícil que parezca, lucha y sigue sin mi.

Gracias por este pequeño para siempre mi vida.

Atte: Maria Jose Garzón.»

La carta cayó de sus manos y cubrió su rostro, durante la madrugada le habían informado que su esposa se había suicidado, lo único que le entregaron fue la carta, Dios, ella lo había hecho, no iba a volver a verla sonreír, no iba a escuchar su risa nunca más.

Su madre la observaba en silencio, por sus mejillas también bajaban lagrimas y sabia que lo que aquella carta contuviera había roto completamente a su hija, se acerco con cuidado y cuando iba a tocarla ella tomo su mano, la miro unos segundos y se lanzo a abrazar a su pequeña "¿Mamá, que fue lo que hice mal?"  La miro mientras negaba, le rompía el corazón ver a su hija así.

"Dani, Amor, tu no has hecho nada mal, aun tienes a tu pequeña mi vida y se que Poché va a cuidarte por siempre desde donde este."  Murmuro mientras se movía y acariciaba la espalda de su hija.

Caché || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora