Caché || One Shots

.-Bicho traidor-.

María José dejo la botella de agua en la isla de la cocina mientras observaba como la amiga de su hermana temblaba de nervios en su sofá, alzo una ceja y observo el walkie talkie en la mesa de café frente a ella – ¿Necesitas algo, Daniela?– Ella se removió incomoda y luego de algunos segundos decidió que no tenía tiempo para esas estupideces, se acercó a la castaña mientras daba un trago a su agua y secaba el sudor de su frente, la pequeña Calle la había pillado terminando de hacer ejercicio, lo único que quería era darse una ducha, no tener que lidiar con una chica de trece años que no podía decirle que ocurría.

Tomo el walkie talkie y observo unos segundos a la castaña, como ella no dijo nada, decidió utilizarlo –Podría alguno de ustedes, trio de idiotas, decirme dónde está mi hermana– Escucho la estática durante unos segundos y luego la voz de Alejo hizo eco en la sala – ¿Calle no te ha dicho? ¿Para qué demonios te enviamos entonces, Dani?– La chica por fin reacciono solo para mostrarse ofendida – ¡Yo no quería venir Alejo! ¡Tú y Juli decidieron enviarme a esta misión suicida!– La peli-azul se cruzó de brazos mientras observaba a la pequeña molestarse, tenía el ceño fruncido –Ni siquiera es tan difícil, ¡Solo dile!– La voz de la hermana mayor de la castaña termino de irritarla.

– ¡¿Qué no es difícil?! ¿Entonces por qué no viniste tú a decirle que Vale está en la comisaria?– Tardo al menos dos segundos en captar lo que ella había dicho, soltó su botella y observo a la castaña que cubría con sus manos su boca – ¡¿Qué Vale esta dónde?!– La tironeo por los hombros y ella volvió a reaccionar – ¿En la comisaria?– Sonaba asustada, dios, iba a matar a su hermana – ¡¿Cómo mierda termino ahí?!– Volvió a zarandearla y Daniela dejo caer el walkie talkie –Puede que ella haya querido tirar una o varias piedras en la casa del Señor pelón– Al terminar de escucharla la soltó y tiro de su cabello –Voy a matarla si no la mata papá antes– Dio media vuelta antes de escuchar las risas del aparato en el suelo.

– ¿Era una broma?– Comento incrédula, observo el desastre que había en el suelo, Daniela también estaba reteniendo unas carcajadas –Voy a matarla, definitivamente.– Camino hasta la cocina a buscar un paño para limpiar, lo encontró luego de unos segundos y señalo a la menor de los Calle mientras volvía –No lo esperaba de ti, bicho traidor– La castaña le dio una sonrisa inocente mientras se hacía a un lado para dejarla limpiar –Vale dijo que sería más creíble si venia yo, ya sabes..., por todas las otras bromas– Apenas termino de hablar se dirigió a la cocina, la observo unos segundos e intento continuar recogiendo el agua, aunque al parecer solo la regaba más –Sí, yo definitivamente ya no confío en ti– Ella le dio un golpe en la cabeza con un paño y se arrodillo a su lado dejando el cubo frente a ambas –Valentina dice que eres un desastre pero no creí que fuera tanto– ¿Siquiera tenía respeto porque fuese seis años mayor? Dejo que el paño absorbiera el agua y luego lo estrujó en el cubo.

Podrían conocerse desde los nueve y quince, respectivamente, pero eso no le daba derecho a esa niña para golpearla con un paño, además, hasta hace poco la había considerado la más madura de ese pequeño grupito, pero, no podía pedir demasiado de los amigos de su hermana, ¿Verdad? Al menos ellos estaban disfrutando su adolescencia sin meterse en demasiados problemas –Tú y Vale me van a sacar canas– Se quejó fuerte y la chica soltó a reírse, debía admitir que era algo contagioso porque no tardo en carcajearse también –Tampoco eres tan vieja, Poché– Rodo los ojos y terminaron de sacar. 

–Se siente como si fuese madre joven– Daniela volvió a reír mientras se levantaba. Puede que la familia Calle fuese la más cercana a la suya y en realidad agradecía eso, después de todo, la castaña era bastante divertida, la observo con una sonrisa cariñosa –Bueno, bicho traidor, te sugiero que corras antes de que me entren ganas de matarte– Le guiño un ojo y camino hasta las escaleras, necesitaba una ducha, volvió a escuchar la risa de la menor y negó con una pequeña sonrisa en sus labios.