Había pensado que no dejarían a un Alfa y una Omega compartir dormitorio, pero ahí estaba, luego de la prueba de ingreso y la ceremonia de rangos, para su desgracia no había terminado siendo una Beta, sino una Alfa, María José no tenía la mejor de las suertes y lo comprobó al enterarse que compartiría habitación con Daniela Calle, una Vampira y además Omega, después de las quejas iniciales ninguna tenía fuerzas para seguir luchando y que las cambiarán de cuarto.
Daniela estaba en su cama, su aroma a frutilla y chocolate estaba por toda la habitación, no es que tuviese algo en contra de los Vampiros o las Omegas, pero sabía muy bien lo territoriales que podían llegar a ser, el aroma la tenía algo embobada, al adquirir su rango sus sentidos se habían agudizado y era la razón principal por la que sentía de un modo tan potente el olor de heredera.
Había leído sobre los Calle's alguna vez, para trabajos de historia principalmente, pero al fin y al cabo sabía que eran una familia importante, además de que Daniela resultaba ser la primera heredera mujer en varios años, no tenía animos para nada, había pasado a duras penas la prueba de ingreso para poder estudiar y volverse un Ángel, le fascinaba la idea de tener una aureola sobre su cabeza que la identificaba como tal.
Quizá Daniela era la única molesta por compartir habitación con un Ángel, a María José no le importaba demasiado que la castaña fuese una Vampira, lo único que realmente preocupaba a la peliazul era el tema de sus celos, sabía que ahora que ambas se habían presentado tendrían sus celos cada cierto tiempo, no es que Daniela no fuera atractiva, porque en definitiva era hermosa, el tema estaba en llegar a tener un encuentro sexual con una desconocida por su calor, definitivamente no era el escenario que se imaginaba para su primera vez.
El primer mes la heredera de los Calle la había desafiado a una carrera apenas obtuvieran sus alas, Poché tardo en aceptar, no es que le llamara mucho la atención una carrera cuándo apenas y estaba aprendiendo a volar. La convivencia con Calle se volvió incomoda desde el segundo día, terminaron adoptando una rutina en donde Daniela era la primera en levantarse y arreglarse y luego María José despertaba, por obvias razones no compartían clase, pero tenían que convivir a diario pues ambas estudiaban en el ala B.
Para el tercer mes el aroma de la castaña le advertía que pronto tendría su celo, realmente quería cambiar de habitación durante ese tiempo, aunque le habían negado aquella petición, los últimos meses las cosas entre ambas habían mejorado, a veces se quedaban en la cama de la castaña estudiando, Daniela la había ayudado varias veces a mejorar sus hechizos de ataque y del mismo modo la Angel la había ayudado con sus hechizos de sanación.
El primer día del celo de Daniela la peliazul llego a la habitación completamente cansada, jamás habría imaginado que los hechizos de sanación y defensa requerían tanta energía, había una tensión extraña en el aire y la Alfa no se había percatado aún del peculiar aroma dulce que inundaba todo el cuarto, decidió cambiarse por una pijama y dormir lo que quedaba de la tarde, estaba a punto de ponerse su camisa cuando un choque eléctrico viajo por todo su cuerpo y dio un salto a un lado antes de que la Omega llegara a tocarla.
No tardo ni dos segundos en darse cuanta de lo que ocurría, Daniela tenía una expresión de dolor demasiado marcada, tomo su camisa y rodeó a la Vampira antes de salir de la habitación con rapidez, ya fuera algunos estudiantes que había en el pasillo la observaron curiosos, tomo el brazo de Paula, su mejor amiga y estudiante de segundo año, que de casualidad caminaba por ahí, la Loba la quedo mirando confusa, y luego observo su cuerpo con duda, solto un suspiro.
-Dani está en celo-. Avisó mientras se colocaba la camisa y de fondo escuchaba a algunos Omegas quejarse, la Beta la quedo mirando en silencio y luego cambio su objetivo a la puerta de la habitación de ambas chicas -¿Y la dejaste sola?-. Paula preguntó aunque era algo obvio, asintió lentamente -No puedes dejar a una Vampira sola en su primer celo María José, es peligroso, los Vampiros son quienes menos resistencia tienen ante sus instintos, ¿Sabes lo doloroso que es el primer celo? Tu eres un Ángel Poché, a diferencia de Daniela puedes manejar mejor tus intintos, incluso si tu celo llega a adelantarse no ocurrira nada, ahora por favor ve a cuidar a Calle-. Paula no tardo en empujarla para que volviera a entrar a su cuarto.
-¿Dani?-. Preguntó, el aroma se había vuelto más fuerte y la habitación estaba completamente a oscuras, se acerco a la cama de la Omega con cuidado, y entonces ella sostuvo su mano, la empujo a la cama y se sento sobre sus piernas -Me duele, Poché-. Se quejo en un gemido, la Alfa solto un suspiro pesado y atrajo hacía si a la Vampira, acarició su cabello con cuidado -Poché yo realmente te necesito-. Volvió a quejarse mientras se movía sobre ella, la Alfa ignoro lo que dijo y la obligo a bajar de encima suyo, se acomodó en la cama y rodeó con una de sus piernas a la Omega, continuó dejando caricias en su cabeza y beso sus mejillas.
-No voy a acostarme contigo Dani-. Murmuro de un modo dulce intentando no herir de algún modo a la castaña, mantuvo las caricias y los besos esperando a que se durmiera, cerca de doce minutos después la Omega comenzó a respirar pausadamente, intentó alejarse pero la Vampira se quejó, soltó un suspiro y se acomodó para dormir también, en cuanto Daniela recuperara el control sobre sus sentidos iba a matarla.
El cuarto mes obtuvieron por fin sus alas y la heredera de los Calle no desistió de su desafío, terminó ganando mientras que la peliazul se estrellaba contra una pared y finalmente ambas estaban en la enfermería, Daniela disculpandose con María José y bueno, el Ángel guardando reposo.
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Caché || One Shots
Fiksi PenggemarPequeñas historias sobre Calle y Poché, algunas inspiradas en canciones. Ninguno de los One-shot inconclusos que se encuentra en este libro será finalizado.