.-Como un gato-.

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Destino es una prestigiosa academia de magia, aunque claramente para las personas normales no es más que un Instituto de artes, la paz característica del lugar se ve quebrantada por los gritos de ciertas alumnas "¡Te voy a matar si no me quitas esto ahora María!" Ella realmente no había pensado que las cosas pudieran acabar así cuando acepto ser tutora de la peliazul.

"¡No sé como hacerlo Calle!" María José podía oir a la perfección a la castaña soltar maldiciones al aire y decir que tenía miedo de que pudiera atacarla era poco, sin embargo debía admitir que se veía sumamente adorable "Como Kim no sepa que carajos hiciste te voy a tirar de la torre del ala C, ¡¿Me escuchaste idiota?!" Mientras que la peliazul la observaba en silencio al mismo tiempo que tragaba con fuerza, la cola de la castaña se movía de un lado a otro, al igual que sus orejas.

Daniela debía admitir que su molestia crecía tras cada segundo que la peliazul pasaba sin hablar, y pronto se acerco a ella a paso lento, Poche retrocedió hasta chocar contra el escritorio, empujo la silla a un lado sin darse cuenta, tenía demasiado miedo de lo que Daniela pudiese hacerle, solo había sido un pequeño error de pronunciación, ¿Cómo iba a saber ella que terminaría con cola y orejas de gato?

Entonces sin pensarlo mucho, porqué si lo hubiese hecho se habría dado cuenta que la mejor opción que tenía era salir corriendo a buscar a Kim, se acerco a la castaña y acarició sus orejas, al inició Daniela se alteró he intento empujarla, finalmente se dejo vencer, mientras las caricias de la peliazul continuaban, un pequeño y característico sonido animal escapo de sus labios "¿Acabas de ronronear?" La voz de Poché demostraba asombro puro, el rostro de Calle se tiño de rojo.

"¡Cállate y piensa en cómo demonios quitarme esto!" Y aunque aún parecía enfadada, sus orejas se movían como si quisieran que la peliazul volviera a cariciarlas y fue exactamente lo que hizo, Daniela intento alejarla pero una parte de ella se sentía demasiado a gusta con las caricias, un nuevo ronroneo escapo de sus labios y el color de su rostro se intensificó, Poché no se detuvo y de hecho parecía maravillada con lo que conseguía.

Definitivamente ese día Kim se había sorprendido al verla llegar a su cuarto, increíblemente ella no sabía como solucionarlo, así que al día siguiente Calle se vio obligada a pedirle ayuda a una profesora, y no, no cumplió con tirarla de la torre en el ala C.

En definitiva no fue la última vez que la peliazul pronunció mal aquél hechizo, llego a pensar que quizás ella lo hacía aproposito, y de un modo u otro término acostumbrandose a aquello.

Caché || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora