.-¿Qué ganas?-.

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Serendipity acaba de abrir sus puertas hace media hora, los cantantes recién comienzan a prepararse, los clientes apenas comienzan a llegar, pero el club más famoso de la cuidad pronto estará lleno.

Por entre la multitud sobresale una chica de cabello azul, está afinando su guitarra mientras un chico intenta hablarle, Serendipity apenas cobra vida y es en ese momento cuando una castaña aparece, la peliazul la sigue con la mirada y luego vuelve a ver al chico -¿Está todo listo?-. Su voz logra escucharse levemente por entre el ruido del lugar, tras las cortinas del club todos se preparan para la función.

El primer grupo vuelve loca a la multitud, Serendipity no solo es famoso por sus bebidas, una de las principales razones de su fama es el ambiente que se crea dentro, y por supuesto la música en vivo, Daniela se acerca a la barra para pedir algo, toma asiento frente a la barra y la mirada de varias personas se posa sobre ella, mira el reloj con un mínimo interés, parece que espera a alguien.

Una chica de cabello morado termina su presentación y las cortinas de Serendipity vuelven a cerrarse, Daniela golpea sus dedos contra la barra y mira expectante la entrada al club, quién sea que espera esta comenzando a agotar su paciencia, termina su bebida y entonces un chico se acerca a intentar coquetear con ella.

Las cortinas vuelven a abrirse y la multitud exclama el apodo de una chica, suena extrañamente familiar a las oidos de la castaña, pero ni siquiera voltea al escenario porqué esta pendiente del ridiculo que esta haciendo el chico, comienza a escucharse una melodía de piano y unos segundos después una guitarra, pronto se suma una voz y Daniela voltea.

-Cuando te vi, Solo podía pensar en todo el tiempo que perdí, ¿Por qué mi vida cambió de repente? Y lo entendí, cuando te vi-. Entonces cobro sentido que todos hubieran gritado <Poché>, el chico que intentaba coquetearle dejo de importar, Serendipity cobro vida con la peliazul subida en su escenario, algunas personas susurraban, ese no era el estilo de la chica, escucharla cantar era casi tan glorioso como oirla llegar al orgasmo gritando su nombre.

-Dijiste adiós, y antes de hablar, tus ojos ya gritaban, terminó-. La multitud se volvió loca mientras la peliazul cantaba, María José recorría con la mirada el club hasta dar con la castaña -Y aunque por ti haya puesto todo en juego no te alcanzó-. Mientras ella fruncia el ceño, Daniela sonreía, sabía que la letra tenía un significado quizá demasiado literal, el piano había dejado de escucharse, la peliazul tocaba con destreza la guitarra, Serendipity tenía sobre el escenario a su estrella.

-Dijiste adiós-. La voz de Poché se escuchaba por sobre varias conversaciones, el chico que antes había intentado coquetear con la castaña ahora se sentaba a su lado, intentaba tomar su mano en el mismo momento en que la voz de la peliazul se hacía más potente -Pero no me busques más, y no pretendas que eres fácil de olvidar-. Mientras sus ojos brillaban de un verde intenso que solo lograban ver quiénes estaban cerca, el chico que había intentado coquetear con Daniela era sacado por la seguridad del club.

-¿Qué ganas con llegar si igual te irás con el viento?-. Calle sabía que la peliazul hablaba de algún modo sobre sus estudios en el extranjero, lo que ella no sabía era que había rechazado esa posibilidad, mientras Serendipity disfrutaba de la función la castaña acerco su nueva bebida y le dio un trago -¿Qué ganas con colarte siempre en cada canción?-. Sonrió un poco antes de alejar el vaso de sus labios, María José aún la miraba.

-¿Qué ganas con sacarme la verdad cuando miento? Y fallo en el intento de ocultarte mi amor-. Entonces la peliazul desvió la mirada y contempló a la multitud que la oía, los nervios aparecieron de la nada, en todo el tiempo que había estado en el club jamás le había pasado algo así -Yo pierdo la cabeza, pierdo el sueño-. Sus dedos temblaron levemente contra las cuerdas, su ojos ardieron -Yo pierdo la razón, pierdo mi voz-.Valentina apareció tras las cortinas del club mientras le sonreía, los nervios desaparecieron y volvió a ver a Calle -Pero no sé qué ganas con robarme el corazón-. De algún modo se las ingenio para terminar de cantar.

Caché || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora