.-She loves control-.

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Cold, 'cause she has been here before. She doesn't cry anymore, no looking back.

Poché peina su cabello hacia atrás y Camila la mira ceñuda –No sé que demonios piensas, pero no saldrá bien–. La pelirroja suena segura y la peli-azul simplemente la ignora, su mirada esta fija en una chica que está sentada en la barra, el traje se ajusta perfecto a su cuerpo y muestra todas sus curvas, el color negro le queda demasiado bien, su cabello castaño desordenado y cayendo en cascada por sus hombros, sus labios pintados de rojo y mirada fría que pasa por sobre algunas personas. Simplemente su tipo.

No es la única que la está mirando, muchos hombres y mujeres tienen toda su atención en ella, pero esa castaña no parece interesada en lo absoluto en aquello, juega con su trago y su guante de cuero negro. Ella tiene algo que la llama a pecar, un aura misteriosa que le hace desear tenerla, tocarla y marcarla.

Se acerca hasta ella decidida, mueve sus caderas al caminar y más de una mirada se posa sobre su cuerpo, aquella castaña misteriosa no es la única que roba la atención en el club. Una vez a su lado pide un whisky al bartender y la observa de reojo, es mucho más bella de cerca, incluso con la poca iluminación consigue verlo, las luces azules y rojas logran que ese aire de misterio se intensifique, tal vez demasiado, comienza a preguntarse si la chica es una diosa o algo similar.

No, she doesn't go to the bar. Too many lovers she scarred and they want her back.

Da un trago a su whisky y voltea a verla, la castaña sonríe en una invitación silenciosa a lo que resultara ser una gran noche, se inclina hacia ella y pasa su mano en su rodilla –¿Es la primera vez que vienes aquí?–. Se apresura a preguntar la chica misteriosa y una pequeña sonrisa tira la comisura de su labio –De hecho si, decidí cambiar un poco de ambiente–. Su voz suena ronca y se escucha levemente más baja debido al ruido del lugar, la castaña acomoda su cabello hacia un lado y le sonríe sin mostrar sus dientes –Fue una buena decisión, ¿No crees?–. Poché retira su mano de su rodilla y le da otro sorbo a su trago.

¿Cómo te llamas?–. Su voz raspa su garganta y el licor la quema, sonríe y deja el vaso vacio en la barra –Maria José, pero puedes decirme Poché–. Vuelve a acomodar su cabello y observa a la castaña con intriga, mira sus labios varios segundos y una pequeña sonrisa no tarda en aparecer –Daniela Calle, un gusto–. La castaña la jala para dejar un pequeño pico en sus labios, la acción la toma por sorpresa y más el repentino tacto, no logra reaccionar antes de que la chica misteriosa vuelva a alejarse, mira como Daniela muerde su labio y una sonrisa burlona se forma en su rostro, parpadea varias veces y finalmente reacciona.

Voltea a ver al bartender con una leve sonrisa, sus mejillas queman, se siente avergonzada por su tonta reacción, paga su bebida mientras Calle observa al club sin interés, ¿Qué es exactamente lo que ella busca? Aprecia sus facciones mientras ella mantiene la mirada lejos, sus ojos avellana no demuestran ninguna emoción, varios voltean a verla, algunos parecieran conocerla más que otros y eso la mantiene curiosa. Un chico comienza a acercarse hacia dónde están, la castaña lo observa algunos segundos y luego voltea a verla –Creo que ya no tenemos nada que hacer aquí–. Su tono está por debajo de lo agudo y la incita a pecar.

She loves control, she wants it her way and there's no way she'll ever stay, unless you give it up.

Daniela guía el camino hasta un coche negro, abre la puerta para la peli-azul y le guiña un ojo para luego caminar al lado del conductor. Una vez ambas están en el coche el ambiente se siente tenso, la castaña acomoda su guante antes de partir, observa su perfil en silencio mientras su mente vuela con distintos escenarios donde aquella chica gime debajo suyo. Calle enciende la radio sin mirarla, una canción lenta y sensual comienza a sonar, ambas sonríen al tiempo y la chica misteriosa la ve de reojo –Juro que estoy intentando con todas mis fuerzas no lanzarme a besarte ahora–. La voz de la castaña adormece sus sentidos, ángel o demonio, cual fuese la estaba llevando al cielo sin siquiera tocarla.

Caché || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora