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libro editandose*

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Chae se encontraba en sus apenas nueve años de vida. Estaba en su habitación cubriendose con ambas manos sus oídos, quien evitaba los gritos de ayuda de su madre. Era lo más doloroso de escuchar para ella. Su madre era golpeada por las bocas de las personas: pues está pensaba que engañaba a su marido.

A ella jamás le había tocado un pelo este tipo, pues su madre hacía lo imposible para que no le hiciera nada, lo que no sabía ninguno de los dos era que Chae se estaba cansado.

Si, era pequeña, pero valiente.

Abrió la puerta con suficiente valentía, cansada y enojada, y en cuanto estuvo parada junto a su madre, la colocó como pudo detrás de ella.

"No le vas a pegar más, idiota." Gritó con tanta furia y fuerza, que le dolió su garganta.

"Tu lárgate a tu habitación, fenómeno." Le digo Chaeyoul, su padrastro, con furia, apuntando a dónde salí.

"No, no tengo porque obedecerte." Le soltó un empujón, pero no sé movió ni un poco.

Me tomo de los hombros y me aventó al suelo, con fuerza, que sentí mi alma salirse de mi cuerpo, y empeze a ver cómo le propinaba patadas a mi madre. Mi madre. Golpeada. Sufre. Haz algo idiota, no te quedes mirando. Es tarde, ella ya cayó al suelo inconsciente, él viene hacia mi, con una sonrisa, y con una patada en el rostro que me hace doler, caigo en un sueño en donde quiero despertar solo con mi madre. Solas contra el mundo. 

   Despierto, me duele el rostro y todo el cuerpo. Chaeyoul está sentado en el sofá, apoyada mientras me mira, él se levanta y me para con tanta fuerza que siento ganas de volver a desmayarme. No sé a dónde me lleva, solo se que conduce y conduce, pero no para. De repente se detiene, y saliendo del coche camino a mi puerta y me baja sin ninguna pizca de sutileza. "Te quedarás aquí, fenómeno." Dice, y vuelvo a subirse a su coche.

"No me deje aquí, se lo suplico." Me levanto, y corro detrás del coche gritando. Arranca el coche, y nunca más lo volví a ver. Sola, llore. ¿Qué pasaría con mami? ¿Jamás la volvería a ver? Me tallo los ojos, muriendo de sueño, y cierro mis ojos en cuanto me apoyo en un árbol.

Al despertar, el sol se está metiendo poco a poco mientras la claridad va desapareciendo, caminó sin rumbo. Cuando entonces, escucho una voz.

"¡Hey! niña, detente ahí." Su voz es tan dulce, casi a como la de mi madre. No tomo atención, y sigo en lo mio. Escucho el auto detenerse y lo siguiente es la puerta.

"Niña." Me toma del brazo, girandome. "¿Que haces aquí sola? ¿Y tus padres? Ven, vayamos a mi casa.


"No es buena idea."

"No deseo dañarte, créeme." Dice aquella dama frente mío, y le creo.

"Y entonces, ¿Cómo te llamas?" Pregunto con curiosidad. Ella se hace a mi altura, y con aquella voz tan familiar, me dice.

"Soy Im Nayeon, y apartir de hoy... Cuídare de ti."


Compromiso [Reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora