Probably should have stopped. AU

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"Vamos, no vayas a ir a la casa de Jeongyeon, Mina

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"Vamos, no vayas a ir a la casa de Jeongyeon, Mina. Sólo te llama cuando está dolida, o cuando quiere algo de ti, para. Ahora."

Eso es lo que se repite Mina una y otra vez, o intenta, porque a pesar de que se lo repite todos los días a todas horas, no parece funcionar, siempre termina comprándole algo a Jeongyeon, o besándose con ella.

Estar con la coreana es como caminar en la oscuridad, es peligroso. Porque puede que deje que Mina la abrace y bese, o simplemente gritarle que se vaya.

A pesar de esto, Mina no puede parar, no puede evitar contestar la llamada, cuando sabe que es Jeong.

Su razón le dice a Mina que no corra hacia Jeongyeon, pero es como si su cuerpo hiciera todo lo contrario.

Sin darse cuenta, Mina ha caído enamorada de la coreana. Y es que todos sus amigos le han dicho que no se acerque mucho, que le hará daño.

Pero, oh oh, Mina ya cruzó la línea.

La japonesa no sabe si son las dulces palabras que salen de Jeongyeon al verla, o qué especie de embrujo tiene sobre ella. Es algo que no puede evitar. No puede evitar ignorar las señales que dicen: "¡Advertencia!"

Mina se confunde, porque Jeongyeon primero le habla con dulces palabras, le dice que es la mujer más hermosa del mundo. Y al siguiente momento, le dice que no están destinadas a ser, que es un simple enamoramiento que no irá a ninguna parte.

Se siente como un torbellino de emociones sin significado para la japonesa, Sana y Nayeon le han dicho que si no quiere salir lastimada que establezca un límite, o no se acerque más a Jeongyeon, porque no es como si la chica tuviera buena fama.

Según sus amigas más cercanas, Jeongyeon empieza siendo dulce, como un caramelo de esos rellenos, que a medida vas consumiendo y cuando lo quieres masticar para sacar lo que tiene dentro, termina siendo un líquido ácido que te hace estremecer.

Ya es muy tarde, Mina está a punto de conocer la parte ácida, y no quiere parar.

Como a las seis de la tarde de un día viernes, Mina se tira sobre su cama y agarra su celular esperando ver un mensaje de Jeongyeon.

"Probablemente esté ocupada, sólo eso." Piensa Mina intentando no hacer caso a los ¡Para, Ahora! en su cabeza.

Y así pasan los minutos con la chica de cabello color caramelo reflexionando sobre por qué la coreana no le ha escrito, y por qué ha estado tan distante estos días.

Decidió ir al apartamento de la mayor para darle una sorpresa, en el camino compró margaritas y chocolates, un montón, porque sabe cuanto le encantan a la mayor.

Mina se bajó emocionada del auto, corriendo a el edificio y saludando al portero que la deja pasar porque sabe que es la chica de Jeongyeon, o eso cree.

Lástima que el señor, y tampoco Mina, no sabe que eso está errado.

La chica japonesa presiona el botón del piso de la mayor en el elevador con una sonrisa en el rostro, una sonrisa que no duraría mucho.

Cuando llegó al piso deseado, Mina corrió hasta la puerta 247 y sacó la llave de repuesto que la coreana guarda bajo el tapete de la entrada. Introdujo la llave en la cerradura y con todo el cuidado del mundo giró el picaporte, sólo para que encontrase la escena más dolorosa de su vida.

Jeongyeon se encontraba en el regazo de Momo besándola con pasión y desenfreno, las manos de Mina perdieron el agarre que tenían sobre las flores y chocolates, causando que cayeran al suelo en el umbral de la puerta.

La caja produjo un sonido ahogado al caer, lo cual hizo que Momo y Jeongyeon voltearan hacia el ruido, abriendo los ojos al ver a una pequeña Mina con lágrimas en sus ojitos, un puchero en los labios y el corazones roto, recogiendo sus regalos del piso.

Jeongyeon se alarmó al ver la figura femenina en su puerta y se separó de la chica abajo de ella.

—¡M-mina!, n-no es lo que piensas.

—Tranquila Jeongie, sé que sólo fui un juego para ti.—Mina tenía la cabeza gacha y el alma a sus pies.

—¡N-no en serio!, Momo sólo tenía algo en su ojo y se lo estaba quitando.—Jeongyeon no hallaba que decir.

—No digas nada más, por favor. Lo estás empeorando.—La voz de Mina ya era un murmullito lleno de tristeza y decepción.

Dicho esto, Mina cerró la puerta del apartamento, se dirigió al ascensor mientras decía mil veces "¡Te lo dije!"

Una vez llegó a su auto, lo encendió y se largó a su casa, donde reventó a llorar sin parar.

Mina no quiso escuchar,
Mina no quiso salir lastimada.
Pero Mina probablemente debió haber parado.

Pero Mina probablemente debió haber parado

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Hola amiGUITOSSSSSSSSS.
como están espero y bien, yo ando muriendo de gripe, pero bien.
Gracias a Day6 y a la señora duburrito
por recomendarme Warning! y hacer este divino os que a mi parecer SÍ QUEDÓ BIEN NOJOMGREEEE, AL FIN.

Espero y les haya gustado tanto como a mí amiguitos, nos leemos en el próximo capítulo de el Cactus de Sasabunten.

¡°Princess Saboten°!

☼Tweaisu; drabbles & one shots//COMPLETADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora