Daydreams |Muke| Terminada.

Capítulo 20

Se aferró a los brazos de Michael y tomó impulso para alcanzar sus labios, el alfa apretó su cintura y recibió aquel beso ansioso, gimió cuando sintió el aro de Luke contra su boca. Piensa que ese aro en su labio es la mejor decisión que Luke tomó.

—Debemos irnos —susurró el alfa separándose un poco.

No le dio tiempo al omega para responder, atrapó sus labios con fuerza una vez más y lo apretó un poco más contra la pared de su habitación.

—Michael —logró decir el omega—. Tu padre-

—Sí. Él se fue antes —interrumpió—. Tenemos unos minutos antes de que pasen por nosotros.

Esos minutos no fueron suficientes para Luke, necesitaba días o quizás años para poder decirle todo a Michael. Sabía que ese era su último día juntos y se sentía tan mal. No había llorado frente al alfa porque no quería que ese fuera el último recuerdo del alfa, el omega patético llorando. Como siempre.

Aunque estaban a menos de 5 centímetros de distancia, sentía que Michael estaba demasiado lejos, sus caricias quemaban su piel y dolía saber que podría ser lo último que iba a recibir del alfa.

Y Michael se sentía como un estúpido adolescente besando a su novio porque no quería que sus padres lo vieran. Luke no es su novio y Michael no es un adolescente.

Pero tener cerca al omega era lo único que quería antes de ir por Calum y Joy. Sabía que muchas cosas iban a cambiar, pero había logrado cambiar algo en la personalidad de Luke, lo veía y estaba orgulloso de eso, logró cambiar algo en Luke y se sentía satisfecho.

Bajó sus besos por el cuello del omega y se hundió en la fuente de su aroma cerca de su clavícula. Respiró hondo y gimió al sentir como Luke lo separaba para atrapar sus labios una vez más.

Hasta que el sonido de un celular los separó. Luke gruñó mientras Michael buscaba entre sus pantalones. Seguía aferrado a los hombros del alfa mientras este acariciaba su cintura sobre su sudadera, mientras el alfa hablaba, Luke aprovechó de dejar un camino de besos desde su garganta a sus mejillas y al terminar la llamada llegó a sus labios.

—Llegaron por nosotros —susurró el alfa—. ¿Listo?

Luke asintió. No estaba listo, pero era algo que debía hacer. Suspiró tomando la mano que le ofrecía el alfa y caminaron juntos hasta subir a la camioneta que los llevaría al aeropuerto.

—Está lloviendo —el alfa rompe el silencio. El conductor llevaba la radio encendida y eso era lo único que habían escuchado durante 10 minutos.

—Calum va a pasar de una playa soleada a una lluvia triste.

Michael asintió. Luke no lo estaba mirando, miraba las gotas caer por la ventanilla.

—Luke.

El omega volteó. Sus ojos estaban apagados e hinchados.

—Sabes que no podemos hablar de lo que sucedió.

Lo que sucedió. Lo que pasó entre ellos aquella noche en el hotel. La maravillosa noche que tuvo el omega junto al alfa. Aun puede sentir las caricias tímidas del omega en su piel y Luke siente las caricias firmes del alfa en todo su cuerpo, sus besos y sonrisas, susurros que lo hicieron viajar a otro mundo. Y Michael estaba vuelto loco con aquellas sonrisas de lado, algo cansadas pero placenteras que el omega le daba cada vez que lo miraba.

—Lo sé —contestó el omega. Una sonrisa adornó sus labios pero no llegó hasta sus ojos—. Calum nunca va a saberlo. Tranquilo.

—Está bien. Sab-