Capítulo 32

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[Vemos estrellas nacer, desnudos con agua en la piel. Y el amanecer que nos llegó. El sol, nos bailó] Cami - Antorcha

Luke

Levanté ambos brazos y Michael deslizó un suave suéter por mi cuerpo, cerré los ojos cayendo otra vez en la cama y esperé el calor de aquel alfa a mi lado.

Mi celo terminó hace pocas horas, fueron casi tres días encerrados aquí, Calum llenando mi celular de mensajes, Michael yéndose durante algunas horas en el día para no causar sospechas y yo desesperado por su llegada. Finalmente llegaba la noche y mi cuerpo ya no dolía.

Mi mejor amigo sabe que estoy cerca del edificio de Joy, pero no sabe exactamente en qué hotel estoy. No sé que mentira le habrá dicho Michael pero funcionó, solo me habla para decirme que está preocupado pero sabe que estoy bien.

—¿Por qué no intentas dormir?

Michael llegó a mi lado, no me había dado cuenta que estaba mirando por la ventana muy concentrado. El sol estaba a punto de salir.

—Porque te estaba esperando —susurré.

—Ya estoy aquí.

Sonreí cuando se recostó a mi lado y pasó sus brazos por mi cuerpo para acercarse más. Su aroma es algo que me mantiene tranquilo, es menta fresca que renueva mi energía cada vez que me siento triste otra vez, un dulzor extraño que me mantiene tranquilo y feliz.

—Te ves muy lindo así.

Sentí mis mejillas arder cuando lo escuché.

—Ya duérmete —le dije tratando de esconder mi rostro.

El rió entre dientes y me apretó más contra su cuerpo, suspiré feliz apoyando mi mejilla contra su piel fría.

—Deberíamos estar despertando para ir con Ashton.

—Tu no te despiertas a las seis de la mañana para ir con Ashton.

—Tienes razón —asintió—. Bueno, estás cansado y necesitas dormir ¿puedes?

Asentí, tres días de fiebre insoportable, solo se iba cuando Michael estaba conmigo, mi cuerpo aun se siente adolorido pero Michael sabía como manejar la situación y hacer que el dolor se fuera lejos mientras estaba conmigo.

Recuerdo que mis celos anteriores eran horribles, dolores que me hacían llorar toda la noche y lo que duraba, un malestar horrible porque estaba solo, deshidratación y fiebre, pero esta vez fue diferente porque Michael estuvo conmigo.

Fue muy preocupado y cariñoso. Pero sigue existiendo ese vacío en mi pecho que ni con todos los besos del mundo se va a ir.

Abrí los ojos y los rayos de sol se estaban asomando poco a poco por la ventana, iluminando la habitación, bañando las paredes en un hermoso dorado.

—Despierta —le susurré a Michael.

Me incorporé para mirar su rostro, apoyé mi peso en un brazo y lo miré desde arriba. Michael Clifford es hermoso, en serio lo es y me duele cada vez que lo miro porque sé que nunca va a ser mío, que después de esto quizás nunca voy a seguir despertando a su lado.

Finalmente abrió los ojos, sonrió y los entrecerró un poco.

—No me mires a mi —le dije tomando su rostro con una mano y guiando su vista a la ventana—. Mira lo hermoso que es el sol.

—Tu también lo eres y creo que prefiero mirarte a ti por ahora.

Miles de mariposas explotaron en mi estómago y mi corazón se aceleró. Con esas simples palabras logra alborotar todos mis sentimientos.

Daydreams |Muke| Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora