Capítulo 24

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Los miércoles siempre son aburridos. Estás en medio, alejado del lunes pero lejos del viernes. Y los miércoles le molestaban a Luke por la clase de educación física.

—¿Esta clase no puede ser opcional? —le pregunta Luke a Calum—. No todos tenemos las mismas capacidades. Para mi es imposible dar diez vueltas a la cancha sin marearme.

—Te hace falta actividad física. Vamos.

Calum terminó de atar sus zapatillas y salieron a la fría cancha de fútbol. Sí, no podían usar el gimnasio techado porque lo estaban ocupando para las estúpidas pruebas de animadores.

El rubio frunció el ceño, el viento estaba helado, su nariz estaba roja y sus manos congeladas en el bolsillo de su sudadera. Marzo no estaba siendo un buen mes, pero la primavera estaba por llegar.

—¿Puedo esconderme detrás de las gradas y dormir?

Luke intentaba mantener el calor moviendo sus pies en su sitio, pero la tela del estúpido pantalón de gimnasia no ayudaba en nada.

—Una vuelta más para Hemmings —anunció el profesor llegando a su lado—. A correr, vamos. Tenemos mucho que hacer hoy.

El omega gruñó y comenzó a correr. Los estúpidos chicos y chicas atletas de su clase lo pasaron muchas veces, mientras él iba con el grupo que odiaba correr, Calum mucho más adelante que él y llevaba la botella de agua.

Y Luke estaba tan enojado que no le importaba morirse de sed. El césped de la cancha estaba demasiado húmedo, no le importaba succionar agua de ahí. Oh, por el césped húmedo casi cae de cara al suelo.

Así pasó la última clase. Una tortura para Luke, para Calum una clase genial.

—No entiendo por qué estás tan enojado.

El moreno iba caminando más adelante. Luke colgó su bolso deportivo en su hombro, gruñó y dejó de quejarse en voz baja.

—¡Hemmings, no camines! —imitó la voz del profesor—. ¡Hemmings, son abdominales, no puedes dormir! Calum, la espalda me está matando.

Calum comenzó a reír y retrocedió hasta alcanzar al omega, pasó un brazo por sus hombros y aguantó todo el camino al estacionamiento los quejidos del omega.

—¿Iremos en auto hasta tu casa? Creo que el día va mejor.

—Nop. Iremos en auto a comer hamburguesas con Ashton.

Luke suspiró y fingió llorar. Lo único que quería era llegar a una cama. Estaba feliz, iban a comer, pero luego recordó que cierto alfa extraño no iba a ir con ellos.

La gente estaba murmurando cosas, un grupo de chicas los seguían de cerca mientras se arreglaban una a la otra. Luke frunció el ceño y Calum se dio cuenta de lo que estaba pasando.

—¡Ashton! —gritó al llegar—. La gente reconoce los autos de mamá. Y tu estás aquí luciendo muy australiano en el estacionamiento. No llames la atención.

—Hola, Calum. Estoy bien, gracias ¿y tu?

Luke negó y saludó a Ashton con una sonrisa. El alfa estaba vistiendo una camisa blanca, una chaqueta negra sobre esta, pantalones muy ajustados y botas negras. Llevaba lentes de descanso, su cabello estaba tomado en una pequeña coleta, Luke pensó que se veía lindo.

—Llamas la atención de las locas ¿ya vamos?

Sin esperar más, Luke subió al auto saludando al chófer y se desparramó en el asiento. Necesitaba un lugar cómodo para descansar su cuerpo, después de educación física su energía se esfuma.

Daydreams |Muke| Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora