Capítulo 38

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Dos tazas humeantes habían quedado en el muro de la ventana, se encontraban frías cuando Michael despertó sintiendo los brazos del omega aferrados a su torso, sentía su suave respiración en su cuello y lo abrazó también.

Sentía su celular vibrar, pero decidió no darle importancia y seguir disfrutando de la compañía de Luke. Aunque está dormido. Su aroma dulce no dejaba hipnotizado por horas, sentía el dulzor refrescante llenando sus pulmones.

No se imagina a Luke con otra persona y cuando lo hace, siente su pecho desgarrado, su alfa se desespera y eso lo lleva a hacer estupideces. Y sabe que está mal ser tan posesivo y territorial. Pero está en su naturaleza, el omega que por tanto tiempo ha sido suyo, quizás muy pronto quiera partir y él no podrá hacer nada. O quizás el alfa tenga que salir de los brazos del omega.

—¿Qué hora es?

Sintió en un susurro la voz adormilada del omega y lo apretó contra su pecho.

—Pasan de las cinco, creo —responde—. ¿Dormiste bien?

El omega asintió escondiéndose entre la almohada y el cuello del alfa.

—Hace días no dormía tan bien.

El alfa comenzó a acariciar la espalda de Luke mientras este se mantenía en su posición. El omega se sentía tranquilo después de todo, tenía nuevamente las caricias y la atención de Michael ¿cuánto le iba a durar? Su vida estaba marcada por las decepciones y malas noticias, debía aprovechar lo bueno mientras dura porque luego volvería a sentirse miserable.

—¿Qué pasa?

La voz del alfa lo hizo salir de su burbuja de pensamientos, levantó la cabeza de su escondite y vio como la luz de la tarde se reflejaba en los ojos del alfa. Una postal hermosa que quería conservar por siempre.

—Nada —sonrió—. Es solo que hay muchas cosas en mi cabeza. Y todo está haciendo mucho ruido.

El ceño de Michael se frunció en preocupación y fue sentándose lentamente hasta quedar con el omega en su regazo, quien se acomodó con las piernas a cada lado del alfa y subió las mantas para cubrirse.

—¿Quieres contarme? Sabes que puedo ayudarte.

Luke negó, llevó ambas manos a las mejillas de Michael y besó su nariz.

—Estoy bien por ahora —susurró a escasos centímetros—. Sabes que te diré si me siento mal.

Michael asintió. Seguido de las palabras de Luke, el alfa buscó sus labios y los tomó en un beso suave, aquel beso que extrañó en esos cinco días. Había extrañado tanto los labios suaves y tímidos del omega. Y también sus besos no tan tímidos.

Como estaba sucediendo en ese momento. Los labios del omega atacaban los suyos con necesidad mientras Michael apretaba sus dedos contra las caderas de Luke, para evitar sus movimientos que, el omega sabe, que lo hacen perder el control.

Mantuvo sus manos firmes hasta que Luke fue bajando por su mandíbula hasta llegar a su cuello, donde comenzó a morder suavemente, sus extremidades se volvieron débiles y su visión borrosa cuando las caderas del omega comenzaron a moverse contra las suyas.

—Luke —susurró antes de tomar las muñecas del omega y dejarlo contra el colchón.

Un gemido ahogado salió de los labios del rubio cuando sintió las manos frías de Michael debajo de su camiseta y sus dientes raspar la piel de su cuello, luego comenzó a succionar.

—Michael —gimió abriendo los ojos—. Ya, por favor.

La sonrisa apareció en el rostro del alfa.

Daydreams |Muke| Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora