Capitulo: 9

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Capitulo: 9

Mi padre me mira espantado, intenta pronunciar una pregunta pero tiene tantas que se le amontonan y empieza a balbucear cosas sin sentido. Yo bajo la cabeza algo arrepentido, no le debo nada a mi padre, nada, pero tal vez me haya descontrolado un poco (sí, he dicho tal vez y un poco). Me acerco a él y le obligo a sentarse. Cojo la silla que tengo delante de mi mesa y me siento delante de él, bajo la mirada a la vez que me tapo la cara con las manos y soplo.

-Supongo que ahora tendrás alguna pregunta más que antes.- digo intentando quitarle hierro al asunto.

-Tú... fuego... manos... ojos brillantes- sigue balbuceando y ni siquiera me mira.

-Cojonudo, ahora estas en shock.- digo levantándome y llevándome la mano a la cabeza- Bueno, no soy psicólogo, pero si un clavo saca a otro clavo pues...- no acabo la frase y le doy un puñetazo en la nariz.

-Aaaay, joder, ¿A que ha venido eso?- me pregunta tras soltar un grito, un par de lagrimas y cubrirse la nariz con ambas manos.

-Mira tu que cosas, ha funcionado- digo sentándome otra vez- A ver, papa, querías hablar conmigo.

-Ah, cierto entre para hablar y entonces tú...- al recordar de nuevo lo que he hecho me mira horrorizado otra vez, pero por suerte esta vez no le da un patatús.- ¿Cómo has hecho eso? ¿Era un truco de magia? ¿Eres mago?

-Se podría decir que soy un poco mago, pero no hago trucos de cartas, mi talento es mas... llamativo.- digo levantando la mano derecha y encendiéndola de nuevo. Me preparo para el dolor de cabeza que normalmente acompaña a esta acción y... nada, ya no hay dolor. Me es tan sencillo como controlar las llamas del mechero, sino estuviera mi padre conmigo me estaría volviendo loco de la alegría. Al ver las llamas mi padre retrocede un poco por el susto, pero luego se acerca y las mira desde un poco más cerca.

-Impresionante, ¿Cómo lo haces, hijo?- me pregunta mirándome con curiosidad.

-La verdad es que lo tengo ensayado- digo encogiéndome de hombros.

-¿Y puedes hacerlo a voluntad? ¿Lo controlas?- me pregunta mientras devuelve la atención a las llamas.

-Casi siempre, excepto que me altere... como ya has visto- respondo bajando un poco la mirada.

-¿Desde cuando puedes hacerlo?

-Crearlas yo mismo y sin tener migrañas desde hace un par de minutos- a medida que respondo saco el mechero, lo enciendo y hago que la llama se separe de él y toma la forma de mi madre- lo del mechero sé hacerlo desde los cuatro años.

Mi padre mira el rostro de mi madre en las llamas y empieza a boquear como un pez a la vez que se le escapan unas lagrimas. Empieza a estirar la mano hipnotizado y yo hago desaparecer la llama.

-¿Puedes hacerlo desde los cuatro años y no me lo contaste?- me pregunta atónito.

-Probablemente te lo habría contado si no hubieras estado llorando por las esquinas todo el puto día- digo levantándome algo mosqueado.

-¿Cómo dices?- me preguntó confuso.

-Mama murió, tú empezaste a beber, fumar, perdiste el trabajo y me dejaste solo. A todos los efectos he sido huérfano, con la diferencia de que a mí no me mandaron con otra familia ¡¡¡ME HE CRIADO SOLO!!!- digo gritando y dándole una patada a la silla- y ahora me preguntas porque no te conté esto- suelto una risa cargada de rabia y mirándolo con odio le digo que salga de la habitación.

Él se quedo sin respuesta al oír esto y se fue de la habitación mirándome como un perro apaleado. Cuando cierra la puerta  me tiro en la cama a la vez que cojo el móvil y le digo a Victoria que tendré que pedirle permiso a mi padre (mas bien al suyo para tener la tarde libre) para ir al cine el viernes y que en cuanto pueda la llamare. Después de responderle dejo el móvil en la mesilla y me hecho una buena siesta.

No se que es peor, que Victoria le diera mi teléfono a David cuando se lo pidió para llevarme a su gimnasio o que yo fuera tan tonto como para dejarme arrastrar. Cuando entre en el gimnasio me quede sorprendido, no porque fuera enorme ni porque hubiera mucha gente, tampoco porque hubiera justo el tipo de maquinas que usaba cuando entrenaba con Frank. Lo que me sorprendió fue la jaula de combate que había en el centro del gimnasio y la pizarra que había al lado con un tablón de encuentros dibujado. Según nos fuimos acercando vi que mi nombre y el de David estaban en el tablón. Cuando le pregunté porque me respondió:

-En el gimnasio hay un torneo en la jaula cada dos semanas, a mí ya me dejan participar en el torneo de adultos y les he convencido de que te dejen a ti también.

-Pues no sé que decirte, no soy muy aficionado a los torneos... pero tengo que reconocer que me muero de ganas por luchar en una jaula.

-Lo sabía- dice eufórico- vamos a acercarnos a ver con quien nos toca.

-Un momento- le digo al darme cuenta de algo- si esto se alarga mucho no vamos a llegar al cine a tiempo.

Por suerte, había hablado con el padre de Victoria y a él le parecía estupendo que saliera con su hija y que podía saltarme el reparto para salir con ella cuando quisiera, que me pagaría el trabajo igual.

-La peli no empieza hasta dentro de dos horas y para entonces ya nos habrán eliminado, tú estate tranquilo- tras decir esto miró la pizarra y busco nuestros nombres- Ah genial, tenemos buenos emparejamientos: yo estoy con un ex-compañero de kick boxing, fácil siempre fui mejor que él y tú estas con Félix.

-¿Quién es Félix y porque es un buen emparejamiento?- le preguntó al ver que no me da detalles.

-Por aquí le llamamos "el pájaro", le gustan las patadas voladoras y todo tipo de golpes que tengan que ver con saltos, se pasa más de la mitad del combate sin tocar el suelo. Es aquel de allí ¿Lo ves?- dijo señalando con la mirada.

Me giro despacio y disimuladamente y veo a mi primer rival. Tengo que reconocer que hasta que no lo vi pelear no me impresionó mucho. Era media cabeza mas bajo que yo y estaba bastante delgado aunque con el torso trabajado. Tras verlo me encojo de hombros y oigo sonar el ring que indica el final del combate que se estaba desarrollando mientras hablábamos. Tras esto David salio corriendo a hablar con el hombre que estaba sentado al lado de la pizarra, me señaló con la mano y después le dijo algo más. El hombre asintió y cogió el megáfono a la vez que decía:

-Que entren en la jaula EL NUEVO y EL PAJARO- dice subiendo el tono más de lo necesario cuando dice nuestros nombres.

Tras decir esto los participantes que rodeaban la jaula aplaudieron un poco y David me animó a subir levantando los pulgares. El pájaro y yo entramos en la jaula, nos dimos la mano y cuando empezó el combate nos acercamos rápidamente. Ni siquiera me dio tiempo a levantar el puño cuando el tío salto hacia mí con las piernas por delante, pero en vez de golpearme con ellas en la cara, encaja esta entre sus espinillas y con un movimiento fluido y rápido tira de mí hacia abajo y hacia delante y me deja tumbado sobre la lona. Me levantó mientras muevo los hombros para desentumecerlos por el golpe y pienso "Bueno esto va a ser divertido"

 

Notas del autor:

EEEEEEEEY ¿Qué tal todo, familia? ¿Me echabais de menos? ¿Echabais de menos la historia? Pues dejad de sufrir porque he vuelto y voy a compensaros todo el sufrimiento por el que habéis pasado. Ante todo quiero daros las gracias porque la historia esta a punto de llegar a las mil lecturas YUUUUJU y eso es gracias a todos y cada uno de vosotros. Me gustaría informaros de que como compensación por la espera, tendréis un nuevo capitulo además de este entre hoy y mañana y si antes del lunes llegamos a las 1100 lecturas subiré otro capitulo especial y extra. Así que una vez dicho esto os digo como siempre que: comentéis, votéis y compartáis la historia si creéis que lo merece. Ni hace falta que estaré encantado de responder todas vuestras dudas y/o sugerencias y que estaré encantado de ayudaros (si alguno quisiera) con algún tipo de consejo, para lo cual solo tenéis que mandarme un mensaje o comentar en mi tablón. Y como siempre, os doy las gracias porque sois vosotros los que hacéis esto posible y los que me motiváis a seguir escribiendo. Y una vez dicho esto solo queda deciros que compartáis la historia y que llegue antes a las lecturas requeridas para el capitulo especial porque sino este no vera la luz. Y finalmente, que me enrollo más que una persiana: Un saludo, familia y felices lecturas.


Ascua (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora