Capitulo: 14

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Capitulo: 14

Dani.

La moto vuela sobre el asfalto. Detrás del cristal del casco veo como todo se acerca y rápidamente se convierte en un borrón y desaparece detrás de mí. Si algo hay que reconocerle a Frank es que tiene una buena moto, una Kawasaki ninja color rojo con detalles en negro, una autentica preciosidad que puede alcanzar los trescientos quilómetros por hora. Si no conociera bien esta moto probablemente me estrellaría a los pocos metros de cogerla, pero Fran me ha enseñado bien en muchos ámbitos y uno de ellos es la conducción segura de una moto tan potente como la suya. Supongo que también tenía presente que la moto es enormemente cara y que no podía permitirse prestársela a alguien que la estrellara. Voy maniobrando entre los coches al límite de la velocidad permitida. Él hecho de llevar el casco puesto impide que nadie se de cuenta de mi edad, por si os lo estabais preguntando.

En pocos minutos llego a la casa de Victoria y el Jefe y veo que ya esta esperándome delante de la puerta. Frenó delante de ella y le ofrezco el otro casco mientras levanto el cristal del casco y digo:

-Rápido, sube.

-¿De donde has sacado la moto? –me pregunta ligeramente preocupada.

-De un amigo. Sube.- respondo.

-¿Sabes ir en moto? ¿Y como es que te la ha dejado?- me pregunta aun con dudas.

-¿De verdad quieres hacerme preguntas sobre la moto ahora?- le pregunto ligeramente exasperado.

Durante un segundo parecía decidida a hacer más preguntas, pero al final cerro la boca, se puso el casco y nos fuimos. Tras preguntarle en que hospital esta arranco la moto y empiezo a conducir hasta llegar a la carretera principal. Varios adelantamientos arriesgados acompañados de un par de insultos y unos cuantos chillidos de Victoria llegamos al hospital. Aparco la moto a treinta metros y ayudo a Victoria a bajarse, la pobre se ha mareado. Tras un par de pasos, deja de hacer eses y vuelve a andar como una persona en la mejilla. Se gira para decirme algo y al ver que estoy conteniendo la risa, me da un golpe en el brazo.

-Eres un idiota.-me dice sonriendo.

-Soy tu idiota.- le digo acercándola a mí y dándole un beso en la frente.

Cuando se separa de mí intenta mantener la sonrisa, pero la preocupación vuelve a reflejarse en su cara en pocos segundos. Le cojo la mano y le levanto la cabeza con delicadeza, haciendo que me mire a los ojos:

-Va a superarlo- le digo intentando que no se ponga en lo peor. Ella asiente y yo le digo- Venga, vamos a preguntar por él.

Entramos al hospital y preguntamos por David. Nos dicen que lo han trasladado de urgencias a una habitación para que reposara. Al parecer sus constantes vitales eran normales, pero había sufrido muchos daños y estaba sedado, así que no podríamos hablar con él. Subimos en el ascensor hasta la cuarta planta y tras unos minutos encontramos su habitación, la 628. Estamos dirigiéndonos hacia la puerta cuando, de repente, lo noto. Una de las presencias que me persigue cuando duermo. Al notar esto pienso en Victoria y me giro, colocándome delante de ella y cogiéndola de los hombros a la vez que digo:

-Tal vez no debas entrar.

-¿Cómo? ¿Por qué no?

-Pues porque... - empiezo a pensar excusas y las que se me ocurren no son muy ocurrentes, pero tras tantos años uno desarrolla cierta habilidad para inventarse excusas y mentiras lógicas y creíbles en pocos segundos-... os conocéis desde que sois niños y ha sobrevivido a una explosión enorme; podría estar desfigurado o algo así y no te conviene verlo así, te afectaría mucho.

Ella esta a punto de replicarme, pero entonces se da cuenta de que lo que digo es verdad y finalmente dice tras tragar saliva:

-Tienes razón.

Ascua (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora