Capitulo: 12
Me despierto temblando debido a la adrenalina. Los sueños de las sombras (espero que solo sean sueños) cada vez tienen menos sentido. Primero la original, después los felinos y los alados y luego sabe dios porque aparece David. Una parte de mí necesita desesperadamente encontrarse con él y comprobar si está bien, pero la razón prevalece por encima de todo lo demás. Lo que vi fue un sueño y los sueños, sueños son. Me levanto de la cama y me dirijo hacia el baño para lavarme la cara y despejarme un poco. Es una sensación extraña, hacia años (sin exagerar) que no dormía en casa un fin de semana. Abro el grifo y me mojo las manos mientras me miro en el espejo del baño. Algo ha cambiado, hasta ahora siempre que me miraba en el espejo, me devolvía la mirada un Dani serio, incluso algo molesto sin tener ningún motivo concreto. Hoy veo un Dani cansado, confuso y que, poco a poco, se esta volviendo blando. Me mojo la cara y vuelvo a mi habitación a vestirme. Lo de siempre: vaqueros, deportivas y camiseta todo negro por supuesto. Estoy a punto de coger la cazadora de cuero que me regalo El Jefe cuando oigo sonar un mensaje en el móvil.
Frank:
Ey, tío, hoy tenemos fiesta a las doce de la noche en la zona de los almacenes. No olvides traer tu móvil.
Tras leer el mensaje, maldigo por lo bajo y tiro el móvil encima de la cama. Me llevo las manos a la cabeza y tras unos segundos le pego un puñetazo a la puerta de mi armario. Cuando doy el golpe, giro la mirada esperando ver una mano dolorida, pero en vez de eso, veo una puerta astillada por un golpe más fuerte de lo que creía poder dar. Me olvido de la puerta y me siento en la cama a la vez que le respondo a Frank: "Descuida, allí estaré". Ah, cierto, no os he explicado porque me cabreaba que me invitara a una fiesta. El motivo principal es que esa fiesta no era una fiesta, es un encuentro entre mi jefe y otro pez gordo de estos negocios que con toda seguridad acabara en tiroteo. En este mundillo, los mensajes nunca significan lo que dicen. Fiesta es tiroteo, móvil es arma... esas cosas. Cuando en este mundo queremos que lo que decimos signifique lo que se supone que significa, llamamos por teléfono. Los mensajes son para cosas cifradas. Me vuelvo a levantar de la cama y camino de nuevo hacia el armario. En vez de la cazadora de cuero cojo mi nueva sudadera negra, es más apropiada para "fiestas". Me la pongo y abro el cajón en el que se supone que guardo los calcetines. Los empujo todos hacia el fondo y levanto el fondo falso del cajón. Cojo el arma que el Jefe me dio al poco de empezar a trabajar para él. Una beretta92 que el propio Jefe me enseño a disparar. Compruebo que tiene el cartucho puesto y cojo los otros dos que guardo para emergencias. Guardo los cartuchos en mis bolsillos traseros y el arma en la cintura del pantalón. Vuelvo a salir al salón y veo a mi padre tirado en el sillón, roncando. Salgo de casa a la vez que suspiro y sacudo la cabeza, la sobriedad no le ha durado mucho.
He pasado todo el día entrenando con Frank, es algo que a ambos nos viene bien en ocasiones como esta. Me lo dejo muy claro la primera vez que pasamos algo así juntos "Con el tiempo los nervios mermaran, pero siempre estarán ahí". En estos casos los entrenamientos siempre son intensos. La única norma que nos fijamos son no dejar heridas visibles, por lo demás podemos hacer casi lo que sea para arrearnos entre nosotros. Frank me lanza un puñetazo directo a la cara y yo lo intercepto con la mano derecha a la vez que avanzo hacia delante y le obligo a poner su brazo detrás de la espalda y con la palma apuntando hacia arriba, mientras coloco mi mano izquierda sobre su hombro para inmovilizarlo del todo y dejarlo al límite de la dislocación.
- ¿Te rindes?- le pregunto aplicando un poco más de presión sobre la presa
En respuesta me dio dos palmadas en la mano, pidiéndome que le soltara. Lo hago y los dos damos un trago de nuestras botellas de agua. Frank se sienta en el banco, pero yo aun estoy tenso así que decido comprobar que el arma esta en buen estado desde la ultima vez que la use. Tras hacerlo vuelvo con Frank y me siento junto a él.
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Ascua (editando)
Ciencia FicciónFuego. La mayoria de la gente piensa en hogueras o algo por el estilo cuando oyen esa palabra. Hay quien tiene miedo del fuego, hay quien se gana la vida apagandolo y hay quien ha quedado marcado por el de por vida. Yo me incluyo en el tercer grupo...