-Encantado, Victoria- tartamudeo sin apartar la vista de mi jefe- ¿Qué hora es?
-Te apuñalan, pasas la noche inconsciente y lo primero que preguntas al despertar es la hora.- dijo mi jefe.
El jefe disimula, no quiere que su hija sepa que nos conozcamos. No quiere que sepa a que se dedica.
-Si, es que hoy tengo cosas que hacer, así que si me decís la hora...
-Son las once- dice Victoria- pero no estas en condiciones de ir a ningún sitio. Deberíamos llevarte al hospital, quisimos llevarte ayer, pero cuando te desmayaste no nos atrevimos a moverte.
-No pasa nada, estoy bien. Perdón por las molestias ¿y mi ropa?-pregunto buscando a mi alrededor mi sudadera y mi camiseta.
-La navaja las atravesó y las dejo perdidas de sangre, las hemos tenido que tirar- dice mi jefe bajando la mirada- pero creo que tengo algo de ropa que podría servirte de cuando era mas joven. Acompáñame.
Sigo al jefe fuera del salón con la taza de chocolate en la mano y cuando considero que estamos a suficiente distancia le digo:
-No me dijo que tuviera una hija.
-No me lo preguntaste- dijo mientras subíamos el primer escalón hacia el segundo piso de la casa.
-La primera vez que coincidimos de esta manera me dio un trabajo, basándonos en eso esta vez me subirá el sueldo, supongo- digo para romper el silencio que estaba formándose.
-Ayer te solté diez mil euros, no creo que necesites un aumento.
Entonces en mi cara se empieza a reflejar pánico. El dinero. No recuerdo que paso con la mochila. Me giro para preguntarle que paso con ella y el me responde antes de hacer la pregunta siquiera.
-Tu mochila la tengo yo, tranquilo.
Suspiro de alivio y seguimos andando por un pasillo increíblemente largo. Dos puertas antes del final el jefe gira y se mete en una habitación. No recuerdo demasiado la habitación pero si se que era completamente blanca y que tenia un armario ropero(de roble creo) y un baúl forrado con cuero.
El jefe se acerca al baúl y me pasa mi mochila, que estaba encima. Empieza a sacar ropa y me pasa una camiseta negra bastante parecida a las que suelo llevar. Me la pongo y cuando saco la cabeza veo un borrón volando hacia mí. Nada más cogerlo noto que es de cuero, lo estiro delante de mí y veo que es una cazadora de color negro, sencilla y bastante gastada. Miro a mi jefe y él me dice:
-A tu edad esa era mi cazadora favorita, la conservo porque considero importante recordar nuestros orígenes y en parte porque quería regalársela algún día a mi hijo. Pero mi mujer murió y no pudimos tener más aparte de Victoria. Pruébatela, creo que es justo de tu talla- dijo dando un trago de su taza.
Me pongo la cazadora y casi al momento me doy cuenta de que me va perfecta, como el jefe decía es justo de mi talla y al estar gastada no me quita libertad de movimiento. Me miro en el espejo y entonces se me viene una imagen que creía que ya no recordaba a la cabeza. Una foto. Mi madre y yo cuando aun era niño y mi padre vestido de una manera casi idéntica a como me estoy viendo.
-Te la regalo- me dice el jefe, me giro para replicar, pero se me adelanta- no voy a tener un hijo y no la necesito para mantenerme centrado, para eso ya tengo a Victoria.
Me quedo sin réplica para eso y solo consigo responder:
-Gracias.
Me paso la mochila por el hombro y noto un estallido de dolor en el lugar de la puñalada, pierdo el equilibrio y caigo con una rodilla en el suelo. El jefe suelta el café y se acerca a mi para evitar que caiga. Me pasa el brazo por su hombro y me ayuda a levantarme. Le digo que estoy bien y me separo de él. Bajamos las escaleras y nos encontramos a Victoria esperándonos. Me abren la puerta y me dispongo a irme cuando Victoria me llama:
-Oye, cuando te recuperes- se acerca a mi y me da un papel y un beso en la mejilla- llámame.
Rápidamente y antes de que me de tiempo a reaccionar vuelve corriendo dentro de la casa y el jefe se queda mirándome desde la puerta y sonriendo orgulloso. Me dispongo a irme y cuando quedo de espaldas a él digo:
-Por cierto, me llamo Dani.
-Yo soy Antonio, hijo- dice antes de cerrar la puerta.
Sonrió ante el hecho de que me haya llamado hijo y me dirijo a la salida.
...
Media hora más tarde llego a la nave industrial en la que entreno los fines de semana. Nada mas entrar siento otra punzada de dolor en el abdomen. Tropiezo pero me apoyo en la pared. Tengo que solucionar esto ya pienso. Dejo mi mochila encima del saco de dormir en el que paso las noches aquí y cierro los ojos. Empiezo a concentrarme y noto como toda mi masa corporal cambia. Abro los ojos y miro hacia abajo. Veo una replica de humo de mi, con brasas en los ojos, en el pecho y en las manos. Y en el abdomen se ve una brasa que brilla con más fuerza, la puñalada. Me concentro y esa brasa empieza a apagarse. Cuando finalmente lo hace me vuelvo a concentrar y vuelvo a mi estado normal. Levanto la camiseta y al hacerlo no veo ni una sola cicatriz. La puñalada ha desaparecido. Me froto las manos y pienso muy bien, Dani, tienes toda una mañana de entrenamientos que recuperar. Meto la mano en mi bolsillo y saco el mechero con el que maté por primera vez (como ya sabéis por accidente). Lo abro y cuando aparece la llama la agrando y hago que envuelva mi brazo. Cuando la llama ya llega hasta mi hombro empiezo a lanzar llamaradas, primero hacia delante, después me giro y hacia atrás, derecha, izquierda y finalmente hacia arriba, pero cuando el chorro de fuego llega a su punto mas alto lo libero de mi brazo, lo agrando y hago que empiece a girar a mi alrededor a medida que la hago mas ancho hasta que finalmente quedo dentro de mi propio remolino de llamas. Sonrió por el hecho de haberlo echo sin cansarme, teniendo en cuenta que acabo de hacer el truco del humo y es lo que mas me agota. Cojo aire y abro el mechero de nuevo para seguir.
...
Son las ocho de la tarde y acabo de terminar el entrenamiento. Ahora estoy sentado tomándome una coca-cola mientras leo las noticias en mi portátil, con la esperanza de encontrar a alguno más. A alguien como yo. La mayoría de las veces no encuentro nada, pero alguna que otra vez me encuentro con cosas interesantes, como una noticia de un chaval que electrocuto a otro en su colegio y después él y su hermana huyeron de la ciudad. En el artículo no pone nada, pero doy por hecho que el chaval utilizaría algún tipo de taser. Pero por otra parte, me sorprende el hecho de que una noticia como esta estuviera tan enterrada probablemente no sea nada pero aun así anoto la ultima dirección de los hermanos como hago con todos los que me parecen como yo en las noticias. Apago el portátil y me meto en el saco dispuesto a dormirme. Pero no puedo, hay algo que no me deja, que lleva todo el día robándome mis pensamientos. Victoria. Cojo el papel que me ha dado y meto el número que pone en el móvil. Seguramente la llame. Intento dormirme. No puedo. La llamare en unos días. Sigo intentándolo no puedo. Bueno, mejor la llamo mañana. Y como si mi cerebro hubiera estado esperando eso, finalmente consigo dormirme.
Notas del autor:
Hola, lectores. ¿que tal todo? sé que tardo mucho en actualizar, pero es que estudiar para las repescas me quita mucho tiempo. Eso y que ademas estoy trabajando en dos novelas más. Una ya la estoy subiendo en wattpad (El cristal) y de la otra subiré el prologo y el primer capitulo mañana sin falta. Finalmente mi colaborador para ese proyecto y yo nos hemos decidido por el titulo de Sons of the plague pero aun así le pondremos a un personaje el nombre de Angel_jovovich como agradecimiento por sugerirnos un titulo. Como siempre, os animo a comentar, votar y recomendarla a vuestros amigos si os gusta mi historia. También os animo a dejar cualquier duda o sugerencia en los comentarios os responderé encantado. Un saludo para todos y seguid leyendo.
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Ascua (editando)
Science FictionFuego. La mayoria de la gente piensa en hogueras o algo por el estilo cuando oyen esa palabra. Hay quien tiene miedo del fuego, hay quien se gana la vida apagandolo y hay quien ha quedado marcado por el de por vida. Yo me incluyo en el tercer grupo...