Capitulo: 13
David.
Me despierto empapado en un sudor frió, nunca uno de estos sueños había sido tan intenso. Primero las ondas de choque, luego los sueños de las sombras y luego el cabrón de Dani. Tantos años detrás de Victoria, llega él y de la noche a la mañana se la gana completamente. Y aun encima mi venganza del torneo no funciono, el muy bestia los tumbo a todos. Voy a tener que pensar en otra manera de apartarlo de Victoria.
Me levanto de la cama y noto un dolor agudo en el brazo izquierdo. Miro el punto del que viene el dolor y se me corta la respiración al ver el corte. El corte que me hice en un sueño. Voy al baño, le echo alcohol para que no se infecte y me pongo un vendaje. Esto no tiene sentido. Vuelvo a mi habitación y con cierta dificultad me pongo unos vaqueros y una camiseta blanca. El corte duele más de lo que debería para ser tan pequeño. Me dirijo hacia la cocina para desayunar y al pasar por delante del baño me veo reflejado en el espejo. Mi pelo, antes castaño claro, está mucho mas oscuro de lo normal y mi piel más o menos bronceada, se ha vuelto pálida de la noche a la mañana. Esto empieza a asustarme un poco, nada tiene sentido. Dani... él estaba en el sueño, tengo que encontrarle.
Dani.
Lo primero que atrae mi mirada es la locura que refleja el rostro del hombre con el que vamos a hablar. Después la lógica recupera el control de mi mente y observo todo lo importante. A la vista son siete además de él, probablemente en su lado del callejón halla más. Todos menos él van armados y bien armados; rifles, escopetas... esto no pinta bien. Según se acercan a nosotros uno de los encapuchados se acerca al Líder y le dice algo al oído. Él le escucha con cara de interés y cuando acaba sonríe. Se paran a cuatro metros y él dice:
-Bueno, por fin nos conocemos ¿puedo suponer que es un placer para ambos? Para mí lo es.- al ver que el Jefe no responde, sigue hablando- permitid que me presente. Podéis llamarme Ricardo. Y yo a vosotros puedo llamaros...
-De ninguna forma- respondo.
-Antonio.- responde el Jefe completamente inexpresivo.
-Encantado de conocerte al fin. A ti chaval- dice acercándose a mí y colocando su dedo en mi pecho con fuerza- te dejo para luego.
Aguanto la respiración y borro la idea que cruzaba mi mente, romperle el dedo y cuando cayera de rodillas hacer lo mismo con su cuello. En vez de eso le sonrío con condescendencia y le hago apartar el dedo con una mirada llena de intención.
No se explicarlo bien, pero Ricardo, pese a parecer normal está rodeado de un aura de peligro. Es bastante más joven que el Jefe, debe tener unos veintiocho años. Está muy delgado y lleva el pelo de punta. Tiene un ojo azul y otro verde, aparentemente, pero observo su emisión térmica y veo que el azul es una lentilla. La lleva solo para impresionar. Va vestido con una camiseta roja, unos pantalones negros y unas botas, pero lo que más llama la atención es la gabardina de cuero negro. Se separa de mí y vuelve junto con sus secuaces a la vez que dice:
-Bueno... tenemos que hablar, Antonio.
David.
Llevo despierto seis horas y el problema del corte se esta agravando. La comida con mis padres y el posible socio de mi padre se me está haciendo extremadamente larga. Miro mi reloj y... no lo veo bien, de hecho no veo bien nada. Todo está difuminado, no se si llevamos aquí sentados dos minutos o dos horas. Me levanto procurando no tropezar y me excuso para ir al servicio. Mis padres intentan retenerme de manera amable, diciéndome que me quede pero sin decírmelo realmente. Los ignoro y me dirijo al servicio apoyándome en las paredes para no caerme. Llego al servicio y abro la puerta con dificultad a la vez que caigo de rodillas. Me levanto como puedo y veo mi reflejo en el espejo. Estoy aun mas pálido y entre mi pelo veo mechones de pelo gris. Estoy completamente seguro de que he perdido peso, me he quedado completamente en los huesos en apenas cinco horas. Entonces me fijo en algo, las venas del lado izquierdo de mi cuello están muy oscurecidas y el brazo izquierdo se me ha insensibilizado del todo, ni siquiera puedo moverlo. Con solo el brazo derecho me desabrocho la camisa que me puse antes de la comida con mis padres y sus posibles socios y el problema se agrava más de lo que creía posible. Las venas y arterias de mi brazo izquierdo se han vuelto completamente negras y parte de las del lado izquierdo del pecho también. Me quito el vendaje que me puse por la mañana y al ver lo que había debajo me mareo un poco. La herida está mucho peor que por la mañana y de ella no para de salir lo que más que sangre parece alquitrán. Esta substancia que no para de brotar de mi herida se desliza por mi brazo y cae al suelo del baño. Intento detener el sangrando con una toalla y tiro otra toalla al suelo, la piso y empiezo a moverla intentando limpiar un poco. No consigo detener la hemorragia, no sé si esta cosa negra es mi sangre transformada de alguna manera en otra cosa, pero llevo tanto tiempo sangrando y a tanta velocidad que ya debería estar vacio. Al final me derrumbo, caigo al suelo y me quedo tumbado mientras la herida sigue sangrando. Noto una sustancia fría saliendo de mi nariz y me llevo la mano derecha a ella, cuando la separo veo que la sustancia negra ha empezado a salir también de mi nariz, pasan unos minutos y empieza a salir también de mis oídos, unos pocos minutos más y empiezo a llorar lagrimas negras. Todo el suelo del baño esta empapado por la sustancia negra y yo me siento muy débil. Mi pensamiento cada vez me pertenece menos. Estoy delirando. La sustancia negra se está juntando, asciende, toma forma. Empieza a volverse sólida, empiezan a aparecer colores. Distingo una piel parecida a la mía, un pelo parecido al mió, una ropa parecida a la mía. De pie, mirándome con una sonrisa arrogante... estoy yo antes del corte. Espera, no soy yo. Sus ojos son completamente negros y me refiero a negros del todo, no se distinguen iris, pupila... nada. No, espera sus ojos cambian también, ahora son los míos. Ahora si es yo.
-¿Qué eres?- digo con voz ronca y tartamudeando.
-Para el resto del mundo, soy tú. Pero teniendo en cuenta que en unos segundos vas a desaparecer supongo que puedes llamarme Netral. Soy un enviado de lo que Dani llama la sombra original. Vengo a por él- al ver mi expresión añade- sí, por si aun lo dudabas, los "sueños" son reales. Es una pena que las ondas de choque no te hayan podido salvar de esto. Es un buen poder, una pena que tenga que usar los míos, solo puedo adoptar tu aspecto y tu memoria. En fin tengo que irme- dice mirándose en el espejo antes de dirigirse a la puerta- esta cena es importante y tengo que dar una buena imagen para que papa cierre el trato. Disfruta de la inexistencia.- dice antes de salir por la puerta.
¿Cómo? Nada de lo que dice tiene sentido, intento incorporarme y levanto el brazo, pero este se esta evaporando. Al ver esto caigo de nuevo al suelo. Se acabó, no puedo hacer nada más. He perdido. Estoy acabando de desvanecerme y una idea cruza mi mente. Dani. A él le espera lo mismo. Pienso en avisarlo, mandarle un mensaje, llamarlo; pero no puedo coger el móvil, ya no tengo brazos. No puedo hacer nada, cierro los ojos, dejo la mente en blanco y desaparezco.
Netral.
Salgo del baño a la vez que observo mi nuevo cuerpo, es bastante impresionante, este chico se cuidaba. Me rió pensando en para lo que le ha servido. Oigo las voces de sus padres y me dirijo hacia el sonido. Su hijo lleva media hora muriéndose en el baño y ni siquiera se han enterado. Voy a disfrutar haciendo esto. Entro en el comedor y veo al padre dándole la mano a su nuevo socio. La madre se me acerca y me abraza mientras dice:
-Lo hemos conseguido, hijo. Hemos cerrado el trato.
-Genial, eso es –antes de terminar la frase mis auténticos ojos aparecen y mi cuerpo empieza a absorber toda la luz de la habitación- la bomba.
Y entonces la luz y las sombras se encuentran y el mundo a mi alrededor conoce el horror del vacio.
Dani.
Ricardo y el Jefe llevan casi media hora hablando cuando mi móvil y el del Jefe vibran casi simultáneamente. Los dos lo cogemos y lo que leemos nos deja anonadados.
Dani, ha habido una explosión en la casa de David, sus padres y otro matrimonio han muerto y él esta en el hospital en estado crítico. Necesito ir a verle. Por favor ven a buscarme, rápido.
Miro al Jefe y por su mirada deduzco que ha recibido el mismo mensaje. Con un movimiento de la cabeza me indica que vaya. Me doy la vuelta y salgo corriendo del callejón. Al salir Fran me da las llaves de su moto disimuladamente, sin que le vea la gente del callejón y yo corro y me subo a la moto. Ya voy Victoria pienso.
Notas del autor:
Hooola, familia ¿Qué tal todo? Espero que os vaya bien. Mas vale tarde que nunca, pero aquí tenéis el capitulo semanal. En teoría no me he pasado de plazo, pero escribir un capitulazo como este (no sé si para vosotros será un capitulazo pero tras cinco días de duro trabajo, correcciones y distintas maneras de escribirlo estoy muy contento con el resultado) La verdad es que en estas notas del autor no tengo mucho que decir, aparte de que estoy muy contento con como me ha quedado el capitulo así que... ahí va el copia-pega.
Y como siempre os animo a comentar, votar y compartir la historia si creéis que lo merece y a dejarme cualquier duda o sugerencia que tengáis en los comentarios. Y por supuesto os doy las gracias otro día más porque sois vosotros los que hacéis esto posible y me impulsáis a seguir escribiendo. Y una vez dicho esto, voy acabando que me enrollo más que una persiana. Un saludo, familia y felices lecturas.
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Ascua (editando)
Science FictionFuego. La mayoria de la gente piensa en hogueras o algo por el estilo cuando oyen esa palabra. Hay quien tiene miedo del fuego, hay quien se gana la vida apagandolo y hay quien ha quedado marcado por el de por vida. Yo me incluyo en el tercer grupo...