Capitulo: 5

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Me quedé parado un segundo y me dispuse a seguir andando pensando que me lo había imaginado. Entonces volví a oírlo, un grito femenino de terror absoluto, de esos que solo suelta la gente que no sabe como van las cosas en esta zona. Suspiro y voy hacia el grito. Según me acerco veo a tres personas: dos tíos larguiruchos con pasamontañas y navajas y la chica. Seguí acercándome sin tener muy claro porque, normalmente yo pasaba de este tipo de cosas, de los atracos y de las peleas escolares. Me acerqué y le grité:

- Eh!! Estas aquí, menos mal, te estamos esperando todos, ¿que haces?- dije acercándome, pase al lado de uno de los atracadores y le sonreí diciendo- Hola, buenas noches.- no sé que cara estaba poniendo pero sus ojos eran como mínimo graciosos. Llegue hasta ella y la cogí de la mano guiñándole un ojo- Venga, vamos que llegamos tarde.

Me giré y me encontré con una navaja tocándome el pecho.

- ¡¡¡¡De aquí no se va nadie hasta que nos deis todo lo que tengáis!!!!- gritó. Yo sonreí por dentro, lo había puesto nervioso.

Me giré y le di mi mochila a la chica mientras decía con voz calmada:

- ¿Me aguantas esto un momento?

Entonces me gire, le quite la navaja de la mano de una patada y después lo miré esperando que entendiera que deberían irse. Por desgracia (para ellos) no eran muy listos y el tío se giró lanzándome un puñetazo. Yo lo desvié con el antebrazo y le di una patada en el pecho que lo tiró al suelo. Me giro hacia su amigo y veo que aprieta la navaja con tanta fuerza que tiene los nudillos blancos, es un novato, nadie se pone tan nervioso aunque vaya perdiendo a menos que sea su primera pelea. Entonces el tío echa a correr hacia mi y su cara se encuentra con mi antebrazo que había salido a recibirlo. Me giro para ver como se desliza y veo que ya no tiene la navaja y que no está en el suelo. Miro hacia abajo y la veo completamente hundida, justo debajo del costillar derecho. Sin sacarla, para no provocar una hemorragia, me giro para preguntarle a la chica si esta bien y me encuentro con que el otro imbécil viene corriendo hacia mi con la navaja levantada. Con una mano le agarro de la muñeca y con la otra del cuello, se me queda mirando y yo lo tumbo de un cabezazo. Entonces si que pregunto:

- ¿Estas bien?

No me responde, solo mira la navaja.

- Te han pinchado- dice atónita.

- Si, gracias, lo he notado. ¿me das mi mochila?

-Tienes que ir a un hospital o algo- dijo empezando a alterarse.

- El mas cercano me pilla un poco lejos y mientras no la saque no sangraré demasiado.

- Espera, al menos deja que te lleve a mi casa, mi padre estudio medicina.

- ¿En serio? la primera cita y ya quieres que vaya a tu casa y conozca a tu padre, si ni siquiera sé tu nombre, ¿no vas un poco rápido?- dije tropezando cuando me acercaba para recoger mi mochila.

Ella se acercó rápidamente y me agarró para que no me cayera. Sin preguntarme siquiera se pasó mi brazo por el hombro y empezamos a andar.

-Bueno, ya que vas a ayudarme, deberías saber que tienes que mantenerme despierto, así que dame conversación.

- ¿Y de que quieres que te hable en un momento como este?

- Eso ya no es asunto mio, la que se ofreció a hacer de enfermera eres tú.

- Bueno,  vale. ¿porque me has ayudado? pasaron tres personas antes que tú y ni nos miraron.

- Ah, buena pregunta, he reducido las posibilidades a dos: o bien estoy desarrollando un complejo de héroe o bien soy gilipollas.

- ¿Por ayudar a la gente eres gilipollas?

- El mundo es un sitio egoísta y cuanto antes lo aceptemos mejor.

- El mundo solo es así si tu lo quieres ver así.

- Entonces me equivoco y es todo color rosa.

- No todo, pero hay cosas buenas.

Entonces oigo sonar un portero automático y la puerta a la que habíamos llegado sin que yo me diera cuenta se abre. La chica sigue hablando pero a mi se empieza a emborronar la vista y no la escucho. Oigo como llueve, no me había enterado de que llovía. Se abre una puerta y oigo un grito, veo luz eléctrica. Noto que la chica me suelta y que me cogen otras dos personas. Me tumban en algún sitio y viene mas gente, les oigo hablar . Noto que alguien agarra la navaja y oigo:

- ... dos y tres.

Entonces la navaja sale y yo me desmayo.

Me despierto y veo que estoy tumbado en un sitio familiar pero que no veía desde hacía mucho. Me levantó del sofá y me giro para contemplar la habitación en la que me había despertado años atrás. Entonces veo a la chica, que trae dos tazas de chocolate caliente (para mi tibio en realidad) y a mi jefe con su propia taza.

-Por cierto -empieza la chica- me llamo Victoria y esté- dice señalando al jefe- es mi padre.

Notas del autor:

Hola, lectores espero que os este gustando la historia, solo abro esta sección de la historia para animaros a leer, comentar, votar y compartir con vuestros amigos en wattpad si os gusta la historia. También os animo a dejarme cualquier duda o sugerencia que tengáis en los comentarios. Me ayudaría mucho que comentarais para así saber si os gusta y subir de manera mas frecuente. Un saludo para todos.


Ascua (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora