Arrojó el papel sobre el escritorio caoba de la directora. Confundida, la mujer alzó la mirada del pergamino con extrañeza al notar al trío Slytherin irrumpir en su oficina. Draco simplemente flaqueaba a Pandora con los brazos cruzados y Astoria mantenía una expresión neutra en su rostro.
Minerva le sostuvo la mirada a la prefecta con el ceño fruncido, mientras que la rubia lanzaba fuego por los ojos. Era extraño que el trío de Slytherin irrumpiera en su oficina.
– ¿A qué viene todo este escándalo? –preguntó Mcgonagall con asombro.
– Quería presentarle una queja. Estaba caminando por los pasillos de la biblioteca y encontré que en uno de los anaqueles estuvieron lanzando cosas poco respetuosas a uno de los fallecidos por causa de Voldemort. –explicó Pandora mientras que aprietaba sus puños, pero continuaba manteniendo una expresión serena en su rostro–. Me parece una falta a la memoria de Cedric Diggory. No solo es la formación como magos, sino que también es vital también los valores y el respeto. Por tal motivo, solicito que se tomen medidas.
– Me parece muy sabio de su parte, señorita Malfoy. –agradeció la directora, pero en ningún momento se molestó en abrir el arrugado pergamino que reposaba sobre el escritorio–. Debido a su actitud le obsequiaré diez puntos a la casa de Slytherin.
Una sonrisa triunfante se formó en el rostro de Draco, después carraspeó para llamar la atención de ambas mujeres, apresurando de esta manera a su hermana. Con un movimiento de su varita Mcgonagall aseguró de limpiar el anaquel con una sonrisa. La gemela asientió cortésmente con la cabeza antes de retirarse de la oficina con una sonrisa victoriosa en el rostro.
– Nunca te había visto tan contenta. –aseguró la menor de los tres.
– Ella solo se pone de buen humor cuando consigue lo que quiere. –aseguró el chico del trío metiendo las manos en los bolsillos de su túnica–. Si te sorprende esta reacción, no la has visto cuando hace hasta lo imposible para que papá le compre lo que realmente quiere.
– ¡Pero qué mentiroso! –rió su hermana–. La verdad, Astoria, es que tu querido novio es quien más le pide cosas a nuestro padre. ¡Incluso mamá se sorprende por sus exigencias! Aunque cuando se trata de equipamiento para el Quidditch no tenemos ni que abrir la boca, es papá quien nos arrastra al Callejón Diagon para comprarnos absolutamente todo.
Astoria rió con bastante suavidad.
– ¿Qué harán hoy? –inquirió la mayor deslizándose con elegancia–. Tengo dos horas libre antes de tener clases de pociones. Hoy practicaremos para el EXTASIS.
– Tengo clase de herbología. –la cantarina voz de la menor se esfumó para dar paso a un tono completamente aburrido–. Mi papá quiere un sobresaliente en la asignatura, así que debo entregárselo; es un completo fastidio, pero ni modo.
– Presenté el examen hace dos días. –interrumpió Draco tomando su mano con bastante suavidad–. Es bastante sencillo, si gustas puedo ayudarte a estudiar. Lo mejor para mi princesa.
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The Malfoy Twin | Cedric Diggory
Fanfiction« Incluso para la dinastía Malfoy, Pandora era un infierno andante » Cuando Draco decidió retomar su último año en Hogwarts con una sola condición por parte de sus padres, jamás pensó que incluirían a Pandora Malfoy en sus planes. Pandora Narcisa Ma...