Capítulo doce

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– Señorita Malfoy, vaya a dirección inmediatamente

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– Señorita Malfoy, vaya a dirección inmediatamente. –bramó el profesor Filius Flitwick con impaciencia.

Y con razón. Pandora lo único que hacía era escribir garabatos en el pergamino con aburrimiento y también estaba sumergida en pensamientos ajenos a la clase; definitivamente encantamientos no era algo que le apasionara demasiado. ¿La razón? Ya los sabía todos y los había practicado cientos de veces en solitario. 

Draco le dedicó una mirada llena confusión debido a sus actos, pero fue ignorado olímpicamente por su gemela. Pandora, cogiendo sus cosas con rapidez y sin prestarle debido atención a las palabras del profesor, abandonó la habitación rodando los ojos.

En el trayecto a la oficina de Minerva pudo notar varias cosas: vio a Peeves levitar por los pasillos con la túnica de un estudiante de primer año que lo perseguía en medio de lloriqueos; dos amantes apasionados besándose en un rincón del castillo; y lechuzas volando con cartas en los picos rumbo a lo desconocido. Deseaba quedarse a admirar el ambiente un poco más.

Más rápido de lo que habría querido ya se encontraba tocando la puerta del despacho rodando los ojos y al escuchar el «pase» de Minerva no dudó en entrar con cara de pocos amigos. Desde que había robado el diario de Cedric no soportaba estar cerca de esa oficina; estar dentro era muchísimo peor.

La anciana recogió con magia unos pergaminos puestos ordenadamente sobre su escritorio y le dirigió una mirada cargada de decepción por verla ahí, otra vez. Después habló, apacible:

– ¿Problemas de nuevo, señorita Malfoy? Después de todo es algo común que la familia Malfoy frecuente esta oficina. Y he de admitir que el récord de detenciones que ha recibido tu hermano es inigualable. Ya me suponía que ibas tú por ese camino.

– El récord es superable para mí.

– Por favor, toma asiento. –señaló una silla frente a ella que pronto fue ocupada de mala gana por la muchacha–. Los profesores me han comentado que la «princesa de las serpientes» ha estado bastante distraída en horas académicas, exceptuando Defensa contra las Artes Oscuras, que es la asignatura donde siempre destacas. ¿A qué se debe tu distracción en clases?

Oh, quiso responder que por muchísimas cosas: la primera, desconocer si su mejor amiga continuaba viva; la segunda, sentía incomodidad desde el instante que comenzó a leer el diario de su prometido; la tercera, tenía un magnifico acosador que deseaba llevársela a la cama. Y más problemas se le sumaban a los existentes por consecuencia, pero no era idóneo rememorarlos en un momento donde probablemente le impondrían un castigo terrible.

– Si le preocupa que no esté preparada para los EXTASIS, está equivocada. Me he pasado todo mi tiempo libre ahogándome entre los libros de la biblioteca para los exámenes.

Minerva negó con la cabeza, restándole importancia a sus palabras.

– Antes de ingresar al colegio, tus padres me hablaron mucho sobre ti. –Mcgonagall la observó con curiosidad–. Debo decir que nunca había escuchado hablar a Lucius Malfoy con tanto orgullo, por lo que debo suponer que tú eres una figura importante dentro de tu familia.

The Malfoy Twin | Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora