– Ya está, me doy por vencida.
Gimió Astoria golpeando su cabeza contra la madera, llevaba por lo menos cinco minutos diciendo lo mismo mientras continuaba ojeando el libro que tenía entre sus manos. Draco, postrado justo frente a ella apreciando su berrinche, no logró contener un suspiro cargado de pesadez.
– No entiendo absolutamente nada aunque lo intente nuevamente.
– El EXTASIS es mañana, sea como sea necesitas aprenderlo. –respondió Pandora frunciendo el entrecejo sin apartar su atención del libro que reposa sobre la mesa; ella sí que había aguantado dos horas seguidas de estudio sin quejarse–. Debo admitir que la teoría de las artes oscuras no es exactamente un paseo por el parque, pero aun así debemos terminar con una E en nuestros boletines. Aunque el profesor de seguro nos aceptaría una S, pero me niego rotundamente a ser una mediocre.
Astoria gimoteó cansada, Draco lanzó un suspiro rodando los ojos y cruzando sus brazos sobre su pecho, acción que ocasionó una carcajada por parte de la mayor. En realidad, Pandora no tenía idea de cuánto tiempo llevaba estudiando para el examen de Defensa Contra las Artes Oscuras, pero podía suponer que era bastante rato por el hecho de que varias tazas de café vacías se encontraban sobre la mesa junto con los libros apilados.
Nadie dijo que ser la mejor estudiante de Hogwarts era sencillo, alcanzar la posición de Hermione le costaría bastante, pero con su inteligencia seguro obtendría excelentes resultados. Se inclinó en la incómoda silla de madera sin quitarle los ojos de encima al texto; tenía grandes ansias de tomarse un café en lugar de un desabrido jugo de calabazas, pero le daba pereza incorporarse.
– Propongo un descanso. –sollozó la pequeña de los Greengrass con una mueca, posteriormente se incorporó de un salto sacudiendo un inexistente polvo de la túnica azabache–. Voy a por un bocadillo, ¿quieren algo ustedes dos?
– Cafeína para mi cuerpo, por favor. –contestó Pandora
– ¿Tú quieres algo, Draco?
– No te molestes; te acompañaré. –sonrió el rubio levantándose de la silla con una sonrisa. Por un momento sus ojos grisáceos resplandecieron con regocijo–. Ahora volvemos.
– Tómense su tiempo, chicos.
Observó a la reciente pareja, aunque todavía no deseaban admitirlo, retirarse del Gran Salón rumbo a la cocina para conseguir alimentos. Por su parte, apartó un mechón de cabello rubio de su rostro justo detrás de su oreja; esos cabellos revueltos estaban causándole una desagradable jaqueca. Suspiró profundamente volviendo la atención al libro de encantamientos, estudiando cada uno de ellos con un ademán de mano, simulando que tenía la varita entre sus cálidos dedos.
Conocía bastante de los hechizos de defensa y ataque se encontraban ahí, no solo porque su padre había tenido la amabilidad de enseñárselos tiempo atrás, sino porque Cedric también sabía demasiado sobre ellos antes de fallecer drásticamente. Algunos de esos maleficios no los había puesto en práctica, pero sí que los conocía como la palma de su mano.
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The Malfoy Twin | Cedric Diggory
Fanfiction« Incluso para la dinastía Malfoy, Pandora era un infierno andante » Cuando Draco decidió retomar su último año en Hogwarts con una sola condición por parte de sus padres, jamás pensó que incluirían a Pandora Malfoy en sus planes. Pandora Narcisa Ma...