Capítulo catorce

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Si sus padres se enteraban que compró su vestido de gala en Hogsmeade probablemente estaría castigada durante un año entero, ellos odiaban ese sitio por estar abarrotado de impuros

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Si sus padres se enteraban que compró su vestido de gala en Hogsmeade probablemente estaría castigada durante un año entero, ellos odiaban ese sitio por estar abarrotado de impuros. Olvidando todas las indicaciones que alguna vez le dieron, Pandora se dirigió hacia una tienda aglomerada de estudiantes que buscaban desesperados un atuendo decente para el baile; Astoria hizo un puchero de disgusto cuando notó que era tarea imposible comprar un vestido para la noche tan importante.

Pandora, al notar su mueca de decepción por no haber logrado su cometido, rodó los ojos antes de acercarse al lugar con las manos metidas en los bolsillos. En esas situaciones utilizar su glorioso apellido ayudaba bastante, solo que las consecuencias podrían ser violentas.

– Si no se largan ahora mismo, no dudaré en convertirlas en cerdos voladores para que ni siquiera puedan asistir al baile. ¡ADIÓS!

Solo bastaron esas palabras para que la mayoría de las chicas salieran disparadas del negocio, sollozantes por el tono que había utilizado Pandora. En la tienda quedaron únicamente dos muchachas conocidas por las recién llegadas; se encontraban comprando lujosos vestidos cubiertos con purpurina.

Pandora tomó asiento despreocupada en un cómodo sillón escarlata mientras que su acompañante recorrió la tienda entera con una sonrisa, agradeciendo por la acción casi violenta de su cuñada y buscando vestidos que se ajustaban a sus estándares. La dueña del negocio se encontraba atónita observando a la recién llegada Malfoy; sí que había perdido una buena cantidad de dinero, pero esperaba recuperarlo con la compra de su cliente favorita.

– ¿Alguna sugerencia para tu vestido? –preguntó la menuda chica buscando entre tonos azules, parecía demasiado sumergida en su actividad–. Tienes prohibido vestir de negro o gris.

– El negro es elegancia. –contradijo desde su silla–. Lo usaré.

– ¡Definitivamente no! Esta vez haremos destacar tus ojos con un color blanco o azul, me parece que te quedaría muy bien. ¿Aceptas mis condiciones?

– Haz lo que quieras, Astoria.

– ¡Lo he encontrado, ven a probártelo!

La verdad es que Pandora se preguntaba la razón por la cual se dejaba arrastrar por su cuñada hacia uno de los probadores del lugar, pero simplemente se dejó hacer a la par que con su varita retiraba cada prenda de su cuerpo hasta darle acceso al nuevo atuendo. El vestido color níveo de encajes se adaptó a sus curvas sin esfuerzo alguno, además de que poseía un bonito escote corazón con tirantes que le daban cierto aire inofensivo que no terminaba de convencerle; debía admitir que favorecía a su figura.

Acomodó sus cabellos en una coleta alta.

– Te ves realmente preciosa. –Astoria se llevó las manos a la boca con emoción–. Sabía que te favorecería, nada más mira como contrasta con tus ojos. ¡Ha sido una excelente opción!

The Malfoy Twin | Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora