Capítulo diez

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La noche siguiente después del robo del diario, por alguna extraña razón, mientras que avanzaba por los oscuros corredores del castillo, un destello blanquecino llamó su atención como un fantasma deambulando por el lugar

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La noche siguiente después del robo del diario, por alguna extraña razón, mientras que avanzaba por los oscuros corredores del castillo, un destello blanquecino llamó su atención como un fantasma deambulando por el lugar. Pandora frunció el ceño mientras que lentamente se intrujo en la habitación que emitía el potente brillo. Como prefecta no tenía ningún problema de hacer rondas por los pasillos, por lo tanto no corría peligro de que alguien la descubriera.

Al fondo de habitación detalló lo que parecía ser un viejo espejo cubierto por telarañas. Se acercó con pasos suaves y decidió tocar el cristal con sutileza. Y entonces en el reflejo del espejo se vio a sí misma tomada de la mano de un chico y sosteniendo un pequeño bulto en sus brazos. Observó la imagen detalladamente: Cedric, ella y un bebé aguardaban el cristal.

– Muchas personas han enloquecido mirando el espejo.

La voz la sobresaltó, pero no la hizo girar a encarar al recién llegado.

– El reflejo no es real, solo te muestra lo que en verdad quieres en la vida. –respondió ella sin dejar de mirarlo–. Lo que veo no hay forma de que pueda existir.

– Hay que aprender a lidiar con nuestras propias emociones. –el pelinegro se acercó mansamente al espejo con las manos engullidas en los bolsillos del pantalón escolar–. ¿Qué es lo que ves?

– A un ser querido. –respondió ella alzando su mano para acariciar el espejo lentamente–. Pero él murió hace tres años, fue bastante doloroso para mí.

– ¿Le querías mucho?

– Corrección, le amaba con desquicio. –chasqueó la lengua alejando su mano del objeto y luego dio un paso hacia atrás–. Debo repetirme a mí misma que no fue mi culpa su muerte, pero me es imposible hacerlo. Él representó mucho en mi vida e iba a simbolizar mucho más. –por primera vez se giró a mirar a Harry–. Pero Voldemort lo echó todo a perder.

– Perdí alguien a manos de Voldemort; realmente perdí a demasiadas personas debido a ese maldito asesino. –comentó Harry observando el espejo con curiosidad y visualizando su propia irreal final feliz–. No pude salvarlo. Lo curioso es que el jodido espejo me sigue torturando con el reflejo, supongo que lo hace intencionalmente para jodernos la existencia.

– Esa persona a alguien muy importante para ti, ¿cierto? –susurró ella con una mueca afligida plasmada en su rostro–. Hablas del individuo como si hubiera sido un amor perdido o algo así.

– Era un buen amigo. –la observa–. ¿Qué hay de ti? ¿Era parte de tu familia?

– No, pero iba a serlo.

– Estás queriendo decir qué...

– Iba a casarme, Harry. –hipó la rubia con un par de lágrimas deslizándose por sus mejillas–. Lo perdí y ni siquiera pude despedirme de él, mucho menos salvarlo. Jamás creí que su pérdida de destrozaría tanto, pero aun pasados años continúo hecha mierda. –sollozó secándose las saladas gotas de agua con la manga del suéter–. Fue doloroso, no lo niego. Íbamos a casarnos cuando terminara su curso escolar, pero no fue así. ¡No fue malditamente así!

The Malfoy Twin | Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora