– ¿Hogsmeade? ¡De ninguna manera!
Draco suspiró por tercera vez en el día otorgándole una mirada fulminante a su hermana gemela. Llevaban casi diez minutos intentando convencer a Pandora de poner un pie fuera de los terrenos del colegio, pero no habían tenido éxito gracias a la terquedad heredada de la muchacha.
Pandora regresó su atención al libro de Pociones ante ella, ignorándolos. No deseaba pasar tiempo en compañía de desconocidos en una aldea poco favorecedora, si quería algo dulce que comer tan solo debía escribirle a su madre y le mandarían el doble de lo que había solicitado. ¿Para qué perder el tiempo en un sitio donde magos de diferentes estatus de sangre se reunían?
– No seas así, ¡estoy segura de que te divertirás! –comentó Astoria con una enorme sonrisa en su rostro–. ¡Por favor! Estoy segura de que las cervezas de mantequilla serán de tu infinito agrado.
– Infinito agrado habrá en mí cuando ambos me permitan estudiar ambos.
Al decir eso ni siquiera apartó la vista de su libro, inmersa en centenares de fórmulas que años antes había aprendido de Severus, quien tuvo la extrema paciencia de enseñarle a una chiquilla orgullosa que tenía como ahijada. La feliz pareja parecía no comprender que existían cosas mejores que deambular por ahí en un sitio horrendo abarrotado de impuros, pero cambiar su forma de pensar sería una completa pérdida de tiempo
– Eres una obstinada. No me obligues a usar un Imperius contigo.
Draco conocía perfectamente a su hermana y por lo tanto sabía que convencerla sería una tarea bastante complicada, por lo que con un bufido levantó su varita. Hablaba en serio, estaba dispuesto a retarla a un duelo donde el vencedor escogería qué hacer ese fin de semana.
Pandora lo observó con el ceño fruncido y el mentón levantado, demostrándole que su amenaza no le causaba ningún temor. Echó el pesado libro a un lado y se metió las manos en los bolsillos, todo sin dejar de sostenerle la grisácea mirada. Y entonces se encaminó a los dormitorios femeninos sin objetar ni una sola palabra; cinco minutos después salió de allí con un atuendo más casual, pero que conservaba cierta refinación francesa.
– Tu hermana me pone los pelos de punta, la próxima vez que intente hacerse la obstinada no dudaré en lanzarle un Sectumsempra como justicia.
– ¿Sectumsempra? Oh no, eso no está a su nivel. Intenta lanzarle esa maldición y te arrojará un Avada Kedavra como respuesta. –contestó Astoria.
Pandora sentía la mirada de muchos encima de ella: había escogido una camisa de encajes blancos, pantalones ceñidos al cuerpo y altas botas de tacón níveas. Con un gesto de cabeza indicó a sus acompañantes que debían iniciar su aventura si no deseaban llegar tarde a esa horrorosa aldea. Ambos le siguieron sin objetar absolutamente nada.
Al llegar a Las Tres Escobas la atención sobre ella aumentó considerablemente, sobre todo por parte de los estudiantes masculinos que la analizaban de pies a cabeza, algunos lanzándole miradas pícaras. Pandora no se molestó en reñirlos, sino que disfrutaba de la atención.
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The Malfoy Twin | Cedric Diggory
Fanfiction« Incluso para la dinastía Malfoy, Pandora era un infierno andante » Cuando Draco decidió retomar su último año en Hogwarts con una sola condición por parte de sus padres, jamás pensó que incluirían a Pandora Malfoy en sus planes. Pandora Narcisa Ma...