CAP 2. COMO ENTRENAR AL REY (PART II)

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POV NARRADOR

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POV NARRADOR

...flashback...

Habían pasado 3 semanas desde que regresaron a la Orilla tras derrotar al nido.

-¿Hipo?- preguntó con voz aun adormilada Astrid mientras se sentaba en la cama y veía al chico sentado en la orilla de esta esculcando entre una caja llena de papeles

-Perdón pequeña, no te quise despertar, vuelve a dormir aún es temprano, solo estoy buscando unos malditos planos que juro guarde aquí- decía sin quitar su atención a los papeles que revisaba

-Hipo, aún queda bastante para el amanecer... espera- dijo notando que su lado de la cama estaba en perfectas condiciones –ni siquiera has dormido ¿verdad?-

-¿Dormir? ¿Qué es eso?- decía sarcástico. Astrid se movió un poco para abrazarlo por la espalda y comenzar a dar pequeños besos a su cuello, Hipo no podía evitar mover un poco su cabeza para darle más espacio a la chica, pero su mente estaba por completo en los papeles

-Bueno, ahora que estoy despierta, podríamos aprovechar el tiempo de otra manera- le proponía seductora la chica que ya había comenzado a jugar con sus manos hacia un momento

-Amor esto es importante...-

-¿Más importante que hacerle el amor a tu esposa?- lo retaba la chica

-Bueno, eso definitivamente está el tope de mis prioridades pero... LO TENGO- gritó de repente levantando la hoja que tanto buscaba. Ese movimiento de emoción inconscientemente movió a Astrid hacia atrás y esta se sentaba con los brazos y piernas cruzadas en forma de puchero –prometo que en la noche lo compenso- le decía enternecido por el rostro de la chica

-¿Entonces ya seremos de esa clase?- se quejaba sin cambiar de posición

-¿clase?- preguntaba intrigado

-Sí, la clase de matrimonio que programa sus momentos íntimos... agg se está perdiendo el encanto Haddock- Hipo no pudo evitar reír un poco con el comentario

-Oh Thor...- decía burlándose para después acercase a ella y comenzar a acorralarla entre la cama y su cuerpo y comenzar a jugar con sus manos entre las piernas de la chica –nunca podríamos ser de esa clase, déjame acabar con el sistema anti fuego de los clanes... y créeme señora mía, te recuperare todo lo que te debo- besó la punta de su nariz, se puso de pie, le dio un te amo y salió de ahí dejando a una rubia claramente excitada, molesta, y preocupada por el castaño.

La mañana comenzó con la cotidianidad de siempre, Brutacio se levantó al amanecer y dio de almorzar a su gallina, y también al resto del corral, el chico para sorpresa de todos era verdaderamente hábil y cuidadoso cuando de animales se trataba.

-Usted señor, debe decidirse, no puede jugar a la pirujeria con todas las gallinas- le advertía al gallo –y pobre de ti si te acercas a Gallina Tacia Plumas de dos Colores Thorton de nuevo ¿está claro?.... bien-

Brutilda pronto se unió a su hermano junto a Eructo y Guacara, que por intervención y mucho entrenamiento de Hipo estaba comenzando a poder volar con solo un jinete, aún quedaba un camino largo, pero estaban avanzando.

Heather como todas las mañanas despertó y comenzó a preparar el desayuno, aunque todos tenían siempre un platillo predilecto, ella se esmeraba por darles algo nuevo cada día, y para ella la cocina era completamente terapéutico.

Patapez por su parte ya estaba en su jardín de rocas meditando junto a Albóndiga y obligó a Cizalladura a ir también, según él, esa dragona necesitaba algo de paz interior.

Patán... Patán seguía dormido, él no se despertaba por voluntad hasta que el aroma de la comida de Heather lo despertara para desayunar.

Astrid, como últimamente, se había dado el tiempo para volar a Tormenta y luego a Chimuelo, ya que su jinete estaba demasiado ocupado para permitirse volarlo y el dragón lo necesitaba, y aunque amaba a Astrid y era muy divertido volar con ella y demasiado retador, extrañaba a su amigo y los vuelos con él, y eso la rubia lo sabía.

Hipo por su parte estaba perdido completamente en la forja trabajando, pasaba de un proyecto a otro, de esas tres semanas nunca se le vio en la Casa Club, apenas comía alguna manzana de repente cuando Astrid lo obligaba.

Entusiasmado pero aferrado a hacerlo solo, trabajaba en los planes y asuntos que tenía y quería poner en marcha en su reino, porque ahora no se trataba de un invento en el que dedico una o dos noches de trabajo duro, ahora tenía que construir un reino entero, y para él, como Rey era su responsabilidad.

-¿Hoy tampoco?- pregunto Astrid a Patapez

-Nope, al parecer hoy tampoco nos acompaña a desayunar- Astrid negó con la cabeza, esa situación la estaba cansando y mucho.

El día paso como de costumbre, una rubia de malas, unos brutos con gusto por la destrucción, dos tortolos trabajadores y muy entregados a sus misiones, y un jefe que no veía a su equipo desde hacía semanas.

Otra semana pasó, Astrid estaba decidida, o lo hacía entender por las buenas, o lo hacía entender por las malas, y el método de las malas, era su favorito.

No importaba cuanto tiempo pasara no se acostumbraba ni toleraba dormir sola y despertar igual de sola, prácticamente cruzaba dos palabras al día con su esposo, y eso la canso.

Se dirigía a la forja para hablar con el cuándo Chimuelo llego corriendo hacia ella, corrió hacia la forja y vio a Hipo en el suelo.

-Hipo- dijo ella corriendo hacia él y verificando que respirara, estaba bien, pero en la caída se había golpeado el brazo, con tal fuerza que su propia armadura se rasgó –trae a Patapez- le ordeno Astrid a Chimuelo mientras esta tomaba un trapo y limpiaba su herida. 

Patapez durante el tiempo que Astrid estuvo inconsciente, y durante otros días más había tomado algunos cursos con Gothi, necesitaban a alguien en caso de alguna emergencia en la Orilla.

Lo llevaron a su cama y lo dejaron reposar, no había sido más que un shock por estrés y su cuerpo protestando por energía y descanso.

Astrid lo supo, ya era momento.

Pasaron dos días y después de una fuerte discusión entre Astrid y el Rey, este regreso al trabajo, mientras Hipo trabajaba un correo aéreo llego a él, el apresuradamente lo leyó

Si quieres a tu esposa viva ven al domo y trae al Furia Nocturna

Johann

Hipo sin pensarlo tomo inferno, su escudo y llamó a Chimielo, estaba molesto, se preguntaba cómo demonios había escapado de las celdas de Camicazi, y que es lo que planeaba.


Dedicado a mi parejita cómplice de nuestros momentos de histeria cuando los escritores matan o tratan de matar a Hipo. Danna117 , lo prometido es deuda, espero que te guste el regaño de Astrid a Hipo. Pd: Aqui es donde ambas fingimos que no lo leiste antes de que te pudiera etiquetar 😉😉

ASUNTOS DE PAZ (HICCSTRID)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora