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Caminando en las oscuras calles, la sombra de Kyungsoo era el perfecto reflejo de un hombre sin rostro, tal oscuridad absorbía la luz de la luna ocultando las emociones mundanas.

Sin rumbo y sin prisa, los pasos lentos avanzaban constantemente. Cada paso era el anhelo de desaparecer y no sentir. Una mano estrujava su corazón permitiendo no latir mas. Ya no había más lágrimas solo huellas, el rostro antes colorido ahora era pálida desprovista de cualquier sensación de pena, tristeza o dolor. Una sonrisa se alzaba de entre sus labios.

Kyungsoo sabia,  siempre lo supo. ¿Creían que podían engañarlo?.

Jajajaja....— Su risa retumbo por toda la calle oscura y solitaria. Las personas que estaban cerca del lugar escucharon esa risa e inmediatamente huyeron del lugar pensando que el lugar estaba maldito. Una risa tan espeluznante y fría que congelaban sus almas no debería pertenecer a este mundo esas fueron algunos de los pensamientos de las personas que oyeron la risa.

Al día siguiente trajeron, la comunidad del lugar a un exorsista para eliminar ese espíritu malvado que residía el lugar, interrumpiendo la tranquilidad que gozaba la zona enteramente religiosa.

Kyungsoo ajeno a eso, estaba refugiado en su cama, después de caminar toda la noche y deliberadamente explorar toda la ciudad, estaba sumergido en un profundo sueño. Sus ropas estaban arrugadas con pequeñas manchas de suciedad, cabello despeinado y sin brillo, ojos hinchados, labios sin el color habitual y tez pálida.

Jongin ingreso al cuarto, echando un vistazo al cuerpo dormido de Kyungsoo, soltó un resoplido, su cara exquisita se volvió agria, sus ojos cálidos se volvieron afilados y fríos. ¡El dejo de fingir!. Se apresuro a cambiarse e irse nuevamente.

Poco después Kyungsoo abrió los ojos, el olor del perfume de Jongin invadió sus sentidos. Disfruto el olor y sin restricciones abrazo su almohada sumergió su cara en ella buscando ese olor particular que emanaba el cuerpo de su esposo.

Otra decepción.

Ese día decidió quedarse en casa.
Total nadie iba a extrañarlo si faltaba por un día a clases, a pesar de todo el sigue siendo responsable e informo de su falta.

Sin nada mas que hacer, volvió a dormir. Cuando se despertó ya era de noche. Al encontrar nuevamente un plato de comida en la mesa lo ignoro por completo y se preparo a si mismo su propia comida.

Disfrutó de su cena con tranquilidad, en la silenciosa casa solo se escuchaban los sonidos de la cuchara y la respiración de si mismo, a él no le importo ya estaba mas que acostumbrado vivir en la soledad.

Limpio los platos y preparo su baño, una hora después se coloco su pijama, agarro su laptop y se aventó a la cama. Después de descubrir lo miserable que era, ya no tuvo el impulso de llorar o lamentarse por si mismo. Esta vez él iba a cambiar y no ser tan lastimoso como todos creían que era. 

Una falta es dañina si la persona piensa que es dañina.

Él va a probar lo contrario.  

"Lee Taemin", como podría olvidar ese nombre....

El había conocido a Taemin en un centro de apoyo, su padre era benefactor y organizaba todos los años una colecta para la organización. Quien iba a imaginar que un simple choque causaría un ingenioso plan para acercarsele, fingir amistad hasta el punto de ser un amigo fiel.

¿No dicen que los perros fieles también pueden morder la mano de sus dueños?

Y tal fue su estupidez que no se dio cuenta que Jongin ya conocía a Taemin, y toda la escena fue planea minuciosamente hasta que quedo atrapado en sus redes.

Tal hipocresía...le dan ganas de vomitar de repugnancia.

Kyungsoo no es de las personas que maquinan y manipulan a los demás, pero siempre hay una primera vez ¿No?...

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[Día 12 del siguiente mes]

Los sonidos del teclado se escuchaban en toda la casa, las manos ágiles de Kyungsoo se movían sin parar, sus ojos estaban fijos en la pantalla, toda la habitación esta a oscuras, la luz de la pantalla reflejaba la cara estoica y pálida de Soo.

Veían una fecha y una hora determinada.

El recuerda ese día.  

Sábado 12 un día lluvioso.

Fue la primera y ultima vez que alguien piso su casa después de casarse con Jongin.

El había estado enfermo y estaba solo en casa. Estaba tumbado en el sofá de su sala y viendo televisión.

El timbre de la puerta hizo que el saltara del susto, después de su aturdimiento inicial, la sospecha de quien podría ser asalto su mente.

Nadie venia a visitarlo, ni sus vecinos, parientes o amigos. Estos dos últimos era justificado pues no conocían su actual dirección.

Arrugo sus cejas con desden. Era su día de estar enfermo y alguien venia a interrumpir su tranquilidad. Su humor era sombrío, quien quiera que fuera debe largarse por donde vino.

Pero fue grande su sorpresa cuando encontró a Luhan en su puerta.

—Hola Kyungsoo, me entere que estabas enfermo y vine a visitarte— Sonrió y mostró sus dientes blancos— ¿Como estas?..
Y como si fuera su casa entro y se sentó en uno de los sillones.

Kyungsoo por otro lado no se dio cuenta de la actitud de Luhan, su estado de sorpresa paso a ser una de felicidad.

Cerro la puerta y sonrió a Luhan con calidez en sus ojos.

Bi-bien, ¡estoy bien ahora!

—Eso... Es genial—tras esas palabras se encontraban otras intenciones ocultas en una sonrisa.

Mi MENTIRA mi VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora