-¿Dónde estabas?-preguntó John cuando me vio llegar.
-En el jardín.-respondí con indiferencia.
-¿Con George?
-Estábamos hablando.-me encogí de hombros apoyándome en la ventana.
-No quiero que hables con él y espero que no lo hagas.
-¿Disculpa?-lo miré confundida.
-Es lo mejor para todos, por favor...
-Vamos a dormir y haré como si no hubieras dicho eso.-me metí bajo las sábanas y le di la espalda.
-Sami...-tocó mi cabello.
-¿Qué?-dije seca.
-No te enfades conmigo.Me giré quedando frente a él.
-No me enfado.-sonreí levemente-Pero no tienes que ponerte así ¿vale?
-Lo siento.-me dio un beso corto-Te amo.
-Y yo a ti.-lo abracé apoyando la frente en su cuello.Al día siguiente tendrían ensayo otra vez además de un concierto por la noche antes de cambiar de lugar.
Mientras practicaban sus canciones, los miraba desde un amplificador. George tenía los ojos rojos y marcas moradas debajo de ellos, estaba empezando a preocuparme.
-George.-lo llamé cuando los demás fueron a colocar los instrumentos en sus cajas.
-¿Qué?-se acercó a mí y me puse de pie.
-¿Estás bien?-posé mis manos en sus mejillas.
-Perfectamente.-se movió para que lo soltara.
-Ven aquí.-lo agarré de la chaqueta, estaba harta de que me evitara.Lo atraje a mí, observándolo con detenimiento.
-¿Cuál es el problema?
-Ninguno, Samala. Déjame.-se le quebró la voz y bajó la cabeza.Suspiré y lo abracé muy fuerte para que no pudiera irse. Él dudó un poco pero terminó correspondiéndome.
-Quiero que estés bien, George.
-No es tan fácil...-susurró.Lo miré con las manos en sus hombros.
-¡Sami, vamos!-escuché a John.
Besé la mejilla del guitarrista durante un par de segundos y salí del escenario.