Desperté pero John no estaba así que me preparé y bajé a desayunar, ya estaban todos allí. Todos...excepto George.
-Buenos días.-me senté junto a Paul.
Fueron saludando simultaneamente.
-¿Hablaste con George ayer?-dijo Ringo y John ni siquiera levantó los ojos de su taza de té.
-Sí, dice...que no se encuentra bien.
-Pues debería ya porque nos vamos al aeropuerto en dos horas, esta noche hay concierto.-informó Paul.
-Intenta que venga, Sami. Por favor, a ti te hace caso.-habló Ringo y John clavó los ojos en él.
-De acuerdo, lo intentaré.-me levanté y volví a subir.Me acerqué a su puerta y la golpeé con los nudillos sinceramente sin esperar respuesta.
-¿Qué?-dijo seco.
-Soy yo.Abrió la puerta y se apoyó en el marco.
-¿Estás bien?
A penas podía mantener los ojos abiertos.
-George, ¿has tomado algo?-sujeté su cara entre mis manos y cayó pero lo pude agarrar-¡Chicos! George, dime algo.-lo moví-¡BRIAN! ¡CHICOS!
-Sami, ¿qué ha pasado?-Ringo llegó corriendo seguido de John, Paul y Brian.
-No lo sé, se ha desmayado.-puse a George en el suelo-¡Llama a una ambulancia!
-Nos vamos en 2 horas.-recordó John.
-¡No me pienso ir sin él!-lo miré.
-Aplazaremos los conciertos el tiempo que sea necesario.-sentenció Brian.
-George...-acaricié su mejilla.
-Nosotros nos quedamos con él, mira en la habitación, tiene que haber tomado algo.-ordenó Epstein.
-Voy.Miré sobre la cama y solo había una libreta llena de palabras tachadas, sobre la mesa de noche había un bote de pastillas. Lo tomé y leí la etiqueta.