Miré al chico junto a mí, le aparté el cabello de la frente y dejé un beso en ella. Cuando miré a Brian, estaba sonriendo.
-No podrás negarlo toda la vida.
-No hay nada que negar.-miré por la ventanilla.
-Si tú lo dices...-se miró las uñas y decidí no seguir hablando.-Samala.-Brian me tocó la pierna y abrí los ojos-Hemos llegado.
-George...-lo moví.
-¿Mhm?-se frotó los ojos.
-Vamos a dormir.-le agarré la mano y subimos a su habitación.Abrí la puerta y lo recosté bajo las sábanas.
-Bueno, hasta mañana.-me giré.
-¡Sami, quedate por favor!-se sentó en la cama.
-George, no puedo...
-No quiero que vayas con John estando borracho.-juntó las manos rogándome.
-Si me quedo, mañana van a haber problemas.-caminé hacia la puerta.
-¡Espera!-me adelantó y apoyó la espalda en la madera-Quédate solo hoy.Lo miré, sonreí levemente y retiré un par de mechones que caían sobre sus mejillas.
-Me encantaría, pero no puedo.-bajé la cabeza.
-Sam...
-¡George!-escuchamos la voz de John al otro lado de la puerta.El guitarrista tomó aire y abrió.
-¿Sí?
-Vengo a decirle a MI novia que se está haciendo tarde.-le patinaba la lengua y todavía no me había visto a pesar de estar justo detrás de Harrison.
-Ella no está aquí.-me hizo una señal para que me alejara.
-¿Cómo que no?
-¿Por qué estás tan seguro de que tiene que estar conmigo?-se cruzó de brazos.
-Porque no la has dejado desde que llegó. ¡Y es mía!
-Para empezar ella puede elegir con quien está y eso es lo que hace, somos amigos.-dijo George.
-Ya veremos...-buscó el pomo de la puerta de en frente y entró a trompicones.-Bueno...-volvió hacia mí-Creo que al final te vas a quedar aquí.-sonrió.