-Ven a mi habitación, voy a transcribir algunas canciones y así podrás dormir un poco. Sé que quizás ir ahora con John sería un poco complicado.-dijo subiendo las escaleras.
-Me parece bien, gracias. Serían...demasiadas explicaciones que dar.-asentí.Entramos, él se sentó en el escritorio y yo me recosté en la cama. No paraba de mirar el techo, pensando en qué pasaría a continuación.
¿Qué más puede suceder a estas alturas?
-¿No puedes dormir?-lo escuché.
Me senté con las piernas flexionadas y estaba mirándome.
-No.-suspiré pasando una mano por mi cabello.
-Sé cómo te sientes.-mordía un bolígrafo-Quizás George no sea el indicado para ti.
-¿A qué viene eso ahora?-fruncí el ceño.
-A que es verdad. Siempre que lloras es por él, puede que lo haga sin querer pero te hace daño.
-No quiero hablar del tema, Paul.-bajé la cabeza.Se levantó para sentarse en el borde de la cama frente a mí, dejando el boli sobre la mesa.
-Deberías hacerlo, no hay nada que siga pareciendo igual de grave después de cinco minutos de haberlo contado.
Lo miré sonriendo.
-Eso es mentira.
-No lo es.-me imitó-¿Lo ves? Te he hecho sonreir.Coloqué su flequillo que empezaba a caerle sobre los ojos.
-Eres muy lindo.-lo mire de cerca-Necesitas otro corte.
-No, así tengo una excusa para que me toques el cabello.-sonrió.Reí levemente y lo abracé.