Capitulo 9.

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Josué
Antes de tener cualquier contacto amoroso, Antes de que todo fuera demasiado rápido, Antes de que mi corazón terminará siendo lo que fue después de el. Marín y yo comenzamos a hablar más, no tanto en el sentido de que habláramos más cada segundo (Ya que el se tardaba siglos en responder) había un poco más de "Interés de su parte" quedamos en hablar en persona en cuanto nos viéramos, hablamos de un supuesto beso, hablábamos de lo lindo que sería llegar a algo. Yo estaba ilusionado llevaba demasiado tiempo sin una relación y me emocionaba demasiado la idea de poder tener algo, esa fantasia adolescente de preparatoria donde todo es perfecto y color de rosa. Durante aquel año que no tuve una relación, construir una personalidad muy Narcisista y solitaria, Me encantaba estar sólo, Me encantaba la libertad que me producía estarlo, Me enamoré de los placeres de aquel oscuro y vacío que conlleva la soledad. Aprendí a que el sexo no era más que eso, Y aunque algunas veces lloraba por las madrugadas, entre más hablaba con chicos más sólo me sentía, Dependía en que parte de la balanza se encontraba mi inestabilidad mental y toda la jodida ansiedad. Cuando Marín llegó con todo su mundo lo vi como mi oportunidad para salvarme de la soledad, Salir por un momento de mi propio mundo y explorar uno nuevo. Cuando el se presentó lo vi como mi salvación, Estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de poder estar fuera de mi soledad.

El primer día de clase, cuando los chicos de nuevo ingreso se encontraban desubicados  y buscando donde pertenecer, entre aquella multitud ansiosa, se encontraba el, Tan alto, Tan delgado, sus manos cruzadas, su mirada nerviosa, su pelo con demasiado gel, su cara tan Perfecta.  En cuanto lo vi fui corriendo hasta el.

—¡Hola!— Lo abrace como alguna vez acorde en mensaje hacerlo. Bese su mejilla.

En ese momento el fue muy neutro. Fue mi primera oportunidad para alejarme, en ese momento no lo vi, no lo vi y olvide todo aquel reino de la soledad que había construido, necesitaba ser rescatado de el.

—Ah, Hola.

Su manera de hablarme fue fría, sin profundidad. Como si jamás hubiéramos tenido una platica sobre tener algo más que una amistad. Mi animo no decayó. La idea de poder ser parte de una sola persona me entusiasmaba más que estar sólo.

— ¿Qué Tal la escuela? ¿Ya sabes en que grupo te quedaste?—Mi voz estaba llena de entusiasmo, llena de esperanza.

— Todo bien— Sonríe.  Muestra aquella sonrisa oceánica.  Eso elevó mi estado de ánimo— No, aun no lo sé.

—¡Josué!—Me sobresalto al escuchar mi nombre. Busco a la persona que reprodujo ni nombre; Es Fernanda.

—Bueno, Tengo que irme—Beso su mejilla y salgo corriendo.

Fernanda me observa emocionada.

—¿Es el? — Muestra una sonrisa cómplice.

—Si, es el.

—No está nada mal para ser el ex de tu ex.

Pongo los ojos en blanco.

— Ja Ja Ja, Que Graciosa.

—Yo sólo digo lo que veo.

Sonreí todo aquel día.  La idea no salía de mi mente, volver a amar. ¿Cómo sería? ¿Qué habría en ello? No lo sabía. A pesar de estar tan entusiasmado aquel día, no volví a tener contacto físico con el durante días, sólo hablábamos por mensaje, estimulabamos la idea de una relación.

Crear expectativas es lo peor que podemos hacer. Ya que al final puede que estás no se cumplan. Terminas con el corazón roto, lleno de estrés y generando más temores.  Lo mejor es nunca hacerte expectativas, nunca esperar nada de nadie.  Creo que todo lo que tiene que ser será, sin forzarlo, Sin pedirlo, Sin esperarlo.
Pero ¿Cómo Evitarlo? No lo sé. La imaginación va más lejos cuando comienzas  a amar a alguien y no puedes pararla, te imaginas cientos de cosas vuelas por aquel universo llamado amor, y al final te lastimas por que en el fondo de tu corazón sabes que esas cosas jamás pasarán.
Yo desde el día uno comencé a crearme expectativas y ese fue mi error.  Esperaba que al verme me mostrará interés pero no fue así, cuando no éramos nada no me lo tomaba personal, Me era indiferente si tomaba en cuenta mi presencia o no. El antes era para mi, uno más del montón, no me importaba lo que pensará o lo que publicará, lo único que sabía de el era su fallido amor con Mael.

Me encuentro con Fernanda paseando por los pasillos de la escuela, divagando aburridos esperando el final del descanso.

—¿Por qué no te he visto junto a Marín? — Pregunta Fernanda llena de intriga.

—No lo sé, hablamos por Instagram y así.  pero sólo es eso.

—¿Aún siguen teniendo Ondas?.

—Si, Supongo que si—Pongo toda mi atención en Fernanda. la cual parece haber palidecido—¿Por qué lo preguntas?.

—Por eso—Con su mirada señala al frente de nosotros.

Siento que todo se derrumba en mi. Me pongo demasiado nervioso, Estoy a punto de ponerme a llorar y salir corriendo de aquella escena. Me siento decepcionado, como si todo mi pasado volviera a reproducirse en mi mente. Es como si volviera a ver a Mizdiel con aquel chico, es como si me volvieran a traicionar. Creía haber enterrado el pasado, pero aquellos temores vuelven a resurgir, se apoderan de mi y me llenan de pánico. Observo a Marín tomado de la mano con otro chico, aquel chico alegre de piel morena, demasiado juntos, Marín demasiado concentrado  en la voz de aquel tipo. Por un momento sus ojos se desvían y notan mi presencia. La ansiedad se apodera de mi y salgo de aquel lugar corriendo. Fernanda me sigue preocupada. Las lágrimas recorren mis mejillas, mis inseguridades vuelven y me queman, de pronto toda la mierda me ataca, comienza aquella guerra mental, mi otra voz haciendo notar todos aquellos defectos, el pasado burlándose de mi, mis demonios acechandome en busca de mi alma. Corro en busca de una salida, las lágrimas me consumen, mi alma tiembla y me siento terriblemente mal.

Del amor y otras desgracias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora