Del amor y otras desgracias.

Capítulo 16

Marín

Antes de Josué.

Llega el día de la fiesta, me arreglo lo más casual. Estoy escéptico ante la fiesta. No tengo ganas de asistir, todas mis ganas eran sólo por una razón y ahora esa razón no existe. Pero todos mis amigos logran convencerme para asistir, no puedo negarme. Me visto lentamente, Mi hermano pequeño Santiago esta en mi cuarto sentado en el suelo con la caja de todos mis juguetes frente a el, mis padres me obligaron a prestarle todos los juguetes que alguna vez fueron míos en mi infancia, lo cual me molesta bastante, se que yo nunca volveré a ocuparlos pero tienen un valor sentimental enorme y Santiago se encargará de destruirlos.
Llega la hora de irme, mi Mamá piensa que iré a la casa de Karla para realizar un proyectó. Me analiza antes de irme, me pone nervioso ya que es como si supiera que le estoy mintiendo pero ella no me lo dirá hasta que yo me confesé. Esquivo su mirada y salgo lo antes posible de mi casa, se que esta bastante mal mentir en estos asuntos, pero no me queda otra alternativa. De Camino a la fiesta me pongo a pensar en todos los cambios que a sufrido mi mente en los últimos días. Pienso en Andy, pienso en Mael, Pienso en ellos sin parar, En todo lo que Andy a hecho por mi y en todo lo que Mael me a hecho sentir, Corazón y menté.

Karla me espera en la entrada de la casa donde sera la fiesta. Va muy guapa, sus rizos por debajo del pecho, un short de mezclilla, una ombliguera color blanco y tenis blancos. Karla es una de las chicas más guapas de toda la escuela, es casi un privilegio poder hablarle y ser su amigo, se que parece tonto pero no tengo el físico ni el porte para estar con ente grupo de chicos. Es bastante raro, tener dos grupos de amigos; Por un lado tengo ese grupo de amigos con el cual puedo ser yo mismo sin preocuparme por como me veo o que estupideces digo y donde la escuela puede ser divertida. Y por otro lado esta mi grupo de amigos que aman la fiesta, drogarse, embriagarse hasta no recordar nada, donde es mejor ser "Popular" que ser alguien con buenas notas, aquellos amigos despreocupados a los cuales no les importa nada más que perder la conciencia como diversión. Un grupo no se puede convidar con el otro y aun me sigo preguntando como puedo mantenerme junto a todas estas personalidades tan distintas.

— Tardaste Mucho Marín, ¿Qué mierda estabas haciendo?.

Karla Mora, Es una chica preciosa, la mas hermosa de toda la escuela, Tiene una belleza exterior increíble pero una horrible actitud.

—Cuidaba a Santi—Lo suelto de manera despreocupada. Trato de mirar al interior de la fiesta. Distraerme o tal vez prepararme para la que ahi adentro me esperaba.

—Puta madre, ¿No pudiste dejar al mocoso con tu hermana?.

—Ese no es el punto, mi madre estaba en casa, necesitaba hacer algunas cosas y me pidió que lo cuidara.

Karla pone los ojos en blanco. Peina su cabello con sus manos, pone una mano en su cintura y me mira.

—¿Como me veo? — Su tono cambia al igual que su actitud. Ahora es mas picante.

—Hermosa.

Sonríe. Se acerca a mi y me da unas cuantas palmadas en las mejillas.

—Lo se.

Se voltea con dirección a la fiesta. Comienza a caminar de una manera sensual, los chicos que se encuentran al rededor la observan, Esa atención le encanta a Karla. Yo entro después de ella, al entrar me ofrecen un vaso de color rojo lleno de vodka, Comienzo a tomarlo lentamente. El ambiente de estas fiestas es raro, clandestino, la casa esta repleta de adolescentes de Preparatoria, Universidad y uno que otro chico de secundaria. Sigo a Karla hasta donde se encuentran todos los chicos de este "Team". Estan reunidos en la sala principal del lugar, todos beben, platican, se ríen, algunos se besan, otros bailan. Toda mi vida habia detectado el Reggaeton y toda esta onda urbana hasta que conocí a Karla y todo su grupo de amigos, además de una buena dósis de alcohol el reggaeton se volvió interesante para mis oídos. Todos bailan muy pegados, rozando de manera muy poco sensual sus miembros y sus culos, Esto nos hace sentir mayores, nos libera y nos encierra, salimos de una prisión para entrar a otra, buscamos una salida, tomamos este camino fácil sin darnos cuenta que muy pocos salen de el.

La fiesta avanza, las mejillas me arden a causa del alcohol. Me siento más animado, los problemas parecen no existir, escucho las platicas, suelto chistes, me rió, escaparse de la realidad para crearte una nueva resulta encantador. Me termino mi tercer vaso de vodka. Siento que el mundo da vueltas, pero vale la pena cada maldito segundó. Me siento vivo, Feliz.

—Karla, Po-drias regalarme más Vodka — A este punto mi voz es confusa, no puedo procesar bien las palabras.

—Si Me besas, sí.

Sin pensarlo, me acerco a ella y le doy un beso rapido en los labios. Ella sonríe complacida. Toma la botella de vodka y la gira.

—Lastima, esta vacía. Tendrás que ir a buscar más alcohol a la cocina —Sonríe, Ebria, Burlona y hermosa.

Me levanto con dificultad y emprendo mi búsqueda de Alcohol. Observo a todos bailar, basarse, fumar hierba, meterse coca. Sonrio con complicidad. Somos jóvenes jugando a ser adultos.
Llego a la cocina, esta se encuentra vacía, busco alguna señal de alcohol por toda la habitación, reviso entre la alhacena, los cajones (El alcohol ya no me deja razonar los lugares de busqueda) llego hasta el refrigerador, lo abro, inspeccionó. La puerta de la cocina se abre, alguien se para detrás mío. Siento lados ojos clavados en mi espalda.

—¿Buscabas un poco de esto?.

Me quedo helado. Con tan solo escuchar aquella voz comienzo a temblar. La borrachera pasa a segundo plano, me siento en mis 5 sentidos. Me giro y veo su mirada junto a su bella sonrisa clavados en mi; Mael.

—E-E-E-Este, si, mmmm...

Mael deja la botella sobre la barra y se acerca lentamente a mi. Estoy a punto de desmayarme, siento la verga dura y los nervios a flote. Sonríe complacido al ver mi reacción. Pone su dedo índice sobre mi labios carnosos.

—Lindos Labios, Me encantaría probarlos.

Se acerca lentamente a mi, une sus labios con los míos. Me encuentro excitado. Mis labios siguen el compás de los suyos dejándome llevar por aquella nueva experiencia.