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CAPÍTULO 20Mjölnir

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CAPÍTULO 20
Mjölnir


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Al volver a casa la castaña tenía el corazón a punto de salir de su pecho, no sólo por el hecho de haber encontrado su libro en la habitación de Loki, sino también por casi haber sido descubierta cuando lo guardaba con magia. Al escuchar los pasos del pelinegro acercándose no tuvo otra alternativa más que correr rumbo al balcón y lanzarse al vacío mientras usaba el hechizo para cambiar de forma; si usaba invisibilidad él la notaría, así que se dejó llevar por el impulso.

Lloró al estar en la privacidad de su habitación. No por tristeza, sino por la impotencia y el enojo que estaba sintiendo al descubrir lo que temía; sentía que fue utilizada, incluso pensó en arrancarse el collar que le había regalado siglos atrás y arrojarlo a algún lado, pero algo dentro de ella se lo impedía. A pesar de lo que sucedía, una parte de su ser aún creía en la parte buena de Loki, se mantenía fiel a la creencia de que su lado bueno aún yacía en su interior, aunque estuviera muy en el fondo y cubierto por una coraza de hielo.

Durante los pocos días siguientes a su escape se sintió abrumada y un poco triste, le costaba procesar lo que había sucedido en tan poco tiempo; esperaba que todo eso fuera un mal sueño del cual despertaría pronto, pero no sería así. Lo que sucedía era real, muy real. Estaba afectada y por mucho que intentara aparentar que estaba de lo mejor, los demás se daban cuenta de que algo le sucedía, sobre todo su padre. Él buscó la forma de hacer que le confesara qué le afectaba, recibiendo respuestas ambiguas que demostraban que quizás su estado tenía que ver con los príncipes; incluso había notado que no frecuentaba el palacio como de costumbre, lo único que esperaba era que no le hubiera sucedido algo cuando estuvo en aquella estructura dorada.

Syntherea creía que actuaba con total normalidad, mas sus acciones eran lo que la delataba. Mantenía la cabeza gacha, pensaba mucho –al punto de estar distraída la mayoría de veces–, se veía decaída y cuando sonreía se notaba la melancolía en su semblante. Ekanna terminó por darle el día libre, esperando que buscara una forma de despejarse y volver a la normalidad; le dolía verla en ese estado, pero sabía que sólo ella sabría cómo salir de él.

Nothing Else Matters | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora