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CAPÍTULO 22
Apoyo

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Los días pasaron y el dolor fue disminuyendo, mas no desapareciendo. La castaña y el rubio comenzaron a pasar tiempo juntos, al principio se quedaban charlando en cualquier lugar de los jardines –a pesar de ser un punto igual de doloroso para la joven–, luego comenzaron a ocupar los pasillos, hasta que finalmente el príncipe descubrió que su cuerpo no se prendía en llamas si entraba en la biblioteca. Por muy doloroso que les fuera estar allí, sabían que era el mejor lugar para hablar debido a lo poco concurrido que era, y si de repente comenzaban a llorar, nadie más que ellos podrían notarlo.

En aquel lugar repleto de libros hablaron de muchas cosas, incluso Thor llegó a comentarle acerca de su estadía en Midgard, las personas que conoció, las cosas que hizo, hasta el concepto que tenían de los Asgardianos.

—Ellos de verdad nos consideran deidades —había dicho él—. Es como si alguien de aquí hubiera bajado y les hubiera contado lo que sucedía. Tienen información de muchas personas del Reino, también de los demás Mundos, pero las vidas de todos tienen ciertas diferencias.

La castaña soltó una risa leve.

—Tú mismo lo dijiste hace un tiempo, Thor. Han pasado muchos años, los humanos tienden a contar una versión de la historia y cuando la repiten, añaden cosas que antes no estaban allí. Como Volstagg, que no deja de parlotear y añadir cosas a lo que vio cuando recuperaste tu preciado Mjölnir.

Fue el turno del rubio para reír.

—Apareces ahí, ¿sabías? —añadió él tras caer en un corto silencio. La ojigris no pudo evitar fruncir el ceño y sonreír con cierta incredulidad—. Por eso digo que parece que alguien les hubiera contado de Asgard

—¿Y qué dicen de mí? —inquirió ella, mostrando cierto interés en lo que había visto.

—Bueno, uhm... —se aclaró la garganta—. Decía que eras la Diosa de la Fidelidad, hija de Aaren, el Dios Herrero y una bruja Vanir llamada Eija, quien falleció al darte a luz, sin embargo, fuiste criada por tu padre en conjunto con la Diosa de la Castidad, Ekanna.

Nothing Else Matters | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora