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CAPÍTULO 05Palacio

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CAPÍTULO 05
Palacio.

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Syntherea le había contado lo sucedido a Ekanna con gran euforia cuando volvió a casa, se aseguró de referirse a los príncipes de tal forma que no revelaba que eran ellos con quien se juntaba, puesto que Aaren le escuchaba también. Él se sintió feliz de que su pequeña por fin se llevara así de bien con alguien, ya que sabía que jugaba con los demás niños, pero no compartía nada más cercano con ellos. O al menos eso le había dicho su unigénita.

Cuando la pequeña de ojos grises hablaba acerca de los príncipes tenía la manía de mirar a los ojos de la rubia como si hacerlo le impidiera revelar sus nombres inconscientemente, además ser un tipo de advertencia para la costurera, recordándole evitar a toda costa decir algo al respecto de sus identidades. La mujer simplemente sonreía burlona ante el nerviosismo oculto en sus palabras y gestos, pero que eran lo suficientemente sutiles como para ser imperceptibles por su padre.

Ekanna se había quedado a cenar y cada que tenía el espacio le hacía preguntas a Syn sobre su tiempo con los hijos de Odín mediante susurros, cosas básicas, pero hubo una duda que no pudo responder, la cual era sobre el palacio. La castaña no había entrado al palacio aún, no se metería en lugares donde no había sido invitada, menos ahora que los Odinson la aceptaban. Esperaría hasta que ellos decidieran invitarla, aunque no lo creía completamente necesario, se sentía a gusto en el jardín, recibiendo la brisa de la tarde y viendo el entorno natural; en cambio, estando en el palacio correría el riesgo de dañar algo, por lo que prefería alejarse de esa posibilidad.

Tras poco tiempo la rubia se marchó a su hogar, y debido a lo tarde que era, Syn fue directo a la cama. No alcanzó a leer las pocas páginas que acostumbraba debido a lo somnolienta que se sentía, pero ya retomaría su libro en la mañana. Sólo esperaría lo que las Nornas le tenían preparado.



La mañana había transcurrido con suma normalidad, la castaña hizo sus deberes y todas las labores que acostumbraba, esperando con emoción la hora a la que solía irse rumbo al palacio. Ese día no llevaría un libro, Loki le había dicho no llevarlo. Según él, no lo necesitaría y no quería que le estorbara. Esto le provocó curiosidad a la castaña, tenía el presentimiento de que algo planeaba y moría por saber qué era, aunque corría el riesgo de que fuera poco agradable. Con el príncipe menor no se sabía qué esperar.

Nothing Else Matters | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora