XIX

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CAPÍTULO 19Rey de Asgard

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CAPÍTULO 19
Rey de Asgard

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Las palabras de la Diosa de la Guerra continuaron dando vueltas por la cabeza de la castaña a pesar de intentar restarles importancia. Su mente insistía en repetir una y otra vez las acusaciones hechas por los guerreros, logrando que algo de aquel tema no le cuadrara completamente; creía que ellos le habían contagiado su paranoia, a pesar de que una parte de ella les diera la razón. Ella conocía a Loki un poco más que ellos, pero mucho menos que Thor –y el pobre estaba desterrado a saber dónde, por lo que no sería de mucha ayuda– así que debía guiarse por lo que a su parecer era verdadero, pero nada le quitaba importancia a las dudas en su cabeza.

Su inquietud la mantuvo despierta casi toda la noche, mientras daba vueltas en la cama comenzó a pensar todo tipo de cosas y sólo pudo conciliar el sueño cuando comenzaba el amanecer, con la mala suerte de ser despertada por su padre pocas horas después. Aaren notaba que algo le perturbaba, lo supo ante su actitud pensativa y su carencia de palabras cuando días antes despertaba con una sonrisa en el rostro y mantenía una corta charla con él de cualquier tema. Le preocupaba que algo pudiera haberle sucedido en el tiempo que estuvo con los príncipes y sus amigos, pero confiaba en que si algo había sucedido, le diría.

Un rato más tarde, padre e hija fueron con Ekanna, puesto que la rubia les necesitaba a ambos para realizar cambios en la colección que exponía en su taller; Aaren le ayudaba a cambiar la organización de sus figuras de metal y madera junto a algunas mesas para darle un poco más de espacio y ordenar mejor lo viejo de lo nuevo. En todo ese rato los mayores fueron quienes mantuvieron conversaciones cortas mientras preparaban todo; la castaña se limitaba a recoger retazos del suelo y colocarlos en una canasta para limpiar un poco el lugar, también doblando y apilando las telas e incluso juntando las prendas viejas para una mayor comodidad. No pronunciaba ni una palabra pero su labor mantenía su mente ocupada, al menos hasta que escuchó a la rubia dirigiéndose a ella.

Nothing Else Matters | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora