Hyun Woo se mordió los labios.
Sus manos estaban recostadas sobre el pecho de Min Hyuk mientras se movía, poco a poco, poco a poco dejando que el menor entrara y saliera de él, subiendo las caderas una y otra vez. Enterraba la erección ajena entera en sus entrañas, jadeando cada vez que bajaba del todo, cada vez que sentía cómo le llenaba de esa forma. Era grande, quizá porque Hyun Woo no había tenido demasiadas parejas sexuales antes de Min Hyuk, quizá porque realmente era grande. Hyun Woo no lo sabía, pero, para él, todo Min Hyuk era perfecto.
Esos dedos largos, ese pene que le llenaba de una forma tan mágica. Hyun Woo no deseaba nada más.
Quería sentirle más, siempre más. Quería poseerle hasta las últimas consecuencias, que le llenara hasta desbordarle.
"Minhyukie" susurró. Deseoso, caliente, necesitado.
El ritmo lento del inicio no duró demasiado. Hyun Woo no pudo aguantar esa falta de prisa mucho tiempo y aumentó la velocidad, moviendo las caderas con más brusquedad, gimiendo con desesperación.
No le importaba romperse a trozos, no le importaba romperse en pedazos si era Min Hyuk quien le destrozaba de esa manera.
El hombre de piel morena siempre había tenido una debilidad terrible por Min Hyuk. No podía evitar seguirle, buscarle una y otra vez. Min Hyuk era tan amable, tan dulce. Era su ángel de la guarda pero también ese demonio que le tentaba, que le calentaba hasta límites insospechados, que le violentaba sin asustarle sino atrayéndole, arrastrándole con esa sonrisa preciosa que a veces amenazaba con quitarle el trabajo al sol y otras con beberse hasta la última gota de su sangre, de su saliva, de sus lágrimas, de su semen.
La primera vez que se acostaron fue casi en público, detrás de una tienda y con la adrenalina haciéndoles pedazos pensando en qué ocurriría si les descubrían. Min Hyuk le destrozó de una forma que Hyun Woo nunca creyó que deseara que alguien le destrozara. No solo físicamente, por dentro también. Trastocó algo, Hyun Woo estuvo seguro de que Min Hyuk había trastocado algo en su corazón.
Le había arrastrado hasta tantas situaciones en las que Hyun Woo nunca creyó que se vería envuelto, que se miraba en un espejo y ya no se reconocía.
Los tatuajes que llevaba y que siquiera recordaba cuándo había aceptado hacerse. Los piercings en sus pezones, en el ombligo, dos en la lengua porque a Min Hyuk le encantaba follarle la boca mientras sentía aquella pareja de bolas plateadas frotándose contra toda la extensión de su miembro cada vez que entraba una y otra vez hasta hacer a Hyun Woo sentir arcadas. Las cicatrices que tenía de las veces que Min Hyuk le había cortado, que le había herido con el filo de un cuchillo. Porque Min Hyuk amaba el color de la sangre deslizándose por la preciosa piel morena de Hyun Woo.
Min Hyuk iba a ser la completa perdición de Hyun Woo. Min Hyuk lo sabía, lo buscaba. Hyun Woo solo era un bobo que hubiera aceptado cualquier cosa porque Min Hyuk podría haber vendido incluso arena en un desierto.
¿Cuántas veces le había follado delante de los amigos de Min Hyuk y en lugares más públicos que implicaban a desconocidos? ¿Cuántas veces había dejado que otros se le corrieran encima? Solo de pensarlo Hyun Woo se encendía hasta el punto de necesitar llevarse al límite mientras montaba a Minhyuk de ese modo, forzándose a ir más rápido sin importarle si se estaba haciendo daño. El placer importaba más, sus sentimientos por Min Hyuk importaban más. Importaba más complacer al más joven, dárselo todo. Entregar hasta el último centímetro de su cuerpo, de su cordura. Y ese piercing sobre el glande de Min Hyuk iba a poder con la poca cordura que le restaba a Hyun Woo.
Su pene estaba derramando tanto líquido pre-seminal en toda la extensión de su erección mientras Hyun Woo se movía sin parar que parecía seguro que su orgasmo iba a ser espectacular.
"Te amo, Minhyukie, te amo tanto" gruñó Hyun Woo. "Mi Minhyukie. Solo mío. Mi cachorro precioso que ama torturar a su hyung y que sabe siempre cómo complacer a su hyung..."
Paseó las manos sobre el torso de Min Hyuk hasta aterrizarlas sobre su pecho, inclinándose levemente hacia adelante con ello, arqueando la espalda cuando en el vaivén violento que seguían sus caderas sin parar halló su próstata.
"Sí, sí, justo ahí..."
Hyun Woo siquiera sabía cómo hacerlo para retener la saliva dentro de su boca, cómo no ser tan ruidoso, cómo no ser tan exageradamente vocal cuando el placer que sentía amenazaba con hacerle perder la cabeza todavía más.
Cuánto agradecía el moreno sus piernas fuertes, porque esa posición no era fácil, no era fácil moverse con brusquedad por sí solo, cabalgando a Min Hyuk una y otra vez, una y otra vez entre jadeos y gemidos que escapaban de su boca con tan brusquedad que casi parecían chillidos, todos ellos acompañados de súplicas que pedían más intensidad, más placer, más dolor.
Tomó la base de su pene con los dedos y empezó a acompañar el movimiento de sus caderas con el de su mano, firme y constante, brusco como le gustaba a Min Hyuk.
Con esa estimulación tan potente en su próstata atacándole casi con violencia una y otra vez, con su muñeca subiendo y bajando mientras sus dedos apretaban su polla entre los dedos, Hyun Woo no tardó en colapsar y correrse con vehemencia sobre su mano y el pecho de Min Hyuk, manchándolo todo, doblando todavía más la espalda si aquello era posible y gimiendo aún más alto.
Tanto que odiaba Min Hyuk ser salpicado de esa forma, tanto que le asqueaba y tanto que había castigado a Hyun Woo de mil formas distintas cuando hacía algo semejante y se corría a destiempo y donde no tocaba.
"Lo siento" murmuró por ello Hyun Woo con prisas, arrepentido por haberse dejado llevar por su excitación, por haber actuado sin pensar en algo que no fuera su placer.
Se inclinó sin haber recibido ninguna orden al respecto y empezó a lamer los restos de su corrida de sobre el cuerpo de Min Hyuk hasta que no quedó ni gota manchándole.
Ascendió despacio después a base de besos sobre su pecho, dándole cariño hasta llegar a su cuello, donde aterrizó los labios empapándose de sangre.
Se permitió meter la lengua en ese profundo corte que se deslizaba de punta a punta sobre la tráquea de Min Hyuk, que goteaba líquido carmesí. Ya no como cascadas como al inicio. En ese instante era más la sangre que manchaba las sábanas que estaban tan teñidas de rojo que parecía difícil creer que hubieran sido blancas alguna vez, que la que se deslizaba por las arterias diseccionadas del cuello del menor.
Se deslizó un poco más arriba, posando su boca, sus mejillas y barbilla cubiertas de sangre sobre el rostro de Min Hyuk, dejando que sus labios aterrizaran en los azulados sin vida de Min Hyuk.
"Serás mío hasta el fin del mundo, ¿no es verdad?" susurró Hyun Woo, a la espera de una respuesta que no obtendría, de ese chico que de un sueño adolescente se convirtió en su pesadilla.
Que se volvió su obsesión y la razón de su locura, cuya culminación más real, más pura, más redentora, se hallaba en un asesinato cometido en nombre de un amor que ninguno sintió jamás por el otro.
Showhyuk | 2019.03.24
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Gloomy April » MONSTA X. Short Stories.
HorrorTodos ellos sabían que el amor brotaba como las flores en abril, con paciencia y sin prisas. Pero su amor florecía rojo en el infierno porque era falso, porque ellos no amaban a las personas a las que amaban. Amaban mancillarlas y poseerlas. Solo qu...