Capítulo 2

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Thomas ayudó al novato a ponerse en pie y se marcharon rumbo a su cabaña.
Una cabaña de tres paredes con varias hamacas en su interior.

Cuando entraron ya se encontraba tumbado en una de ellas un niño regordete y rizoso.

Thomas entró completamente y dejó al chico en la hamaca del medio.

—Yo soy Chuck ¿Y vosotros? —Pregunto el niño.

—Yo soy Thomas y él no recuerda su nombre todavía.

—Eso es normal. Yo tarde varios días en hacerlo. Ya lo recordarás.

—Gracias, supongo.

No tenía ni idea de cómo entablar una conversación con otra persona. Nunca había tenido amigos para practicar.

—Ahora que te miró bien...Pareces una niña. —Dijo Chuck levantándose y tocando la cara del chico. —Tu cara es como la de una chica y ya ni hablar de tu apariencia. ¡Pareces mucho más pequeño que yo!

—No soy una chica.

Thomas giro su cabeza de un lado a otro y suspiro:

—Nadie es una chica aquí. Y aunque lo fuera no debería importarte.

— Aquí no debe haber chicas.

—Eso es cierto. No debería haber ninguna chica encerrada con un montón de tios hormonales.

—Cierto, cierto, Thomas. —Dijo feliz viendo al novato bostezar. —Creo que es hora de dormir.

Chuck volvió a su hamaca, mientras Thomas y el chico se acomodaban en las suyas.

La noche transcurría tranquila hasta que unos espantosos gritos, (procedentes de la cabaña en la que se encontraban los novatos) se oyeron por todo el Claro.

—¿Que narices pasa, shanks? —Pregunto un Minho soñoliento entrando a la cabaña seguido del resto.

—¡DEJADME!¡CRUEL no es buena! — Se escucho claramente al acercarse más. —¡No, papá!

Los gritos procedían del pequeño novato sin nombre que no hacía más que sudar y moverse en la hamaca como si estuviera teniendo una pesadilla horrible. Y pese a que Minho se consideraba una persona de piedra, esa imagen lo perturbo de sobremanera.

Tal vez fue por desesperación o simplemente estaba cansado pero Minho se acerco a él y lo zarandeo como a una muñeca, intentado despertarlo, pero sin éxito.

—¡EIDEN!¡Déjanos dormir! —Grito Thomas mientras saltaba de golpe de su hamaca con un dije en las manos.

Ante el grito de Thomas el chico paró de moverse y sus facciones se relajaron volviendo a la normalidad como si aquello nunca hubiera pasado.

—¿Cómo supiste su nombre? —Preguntó curioso Alby.

—Cuando lo traje hasta aquí al posarlo se me engancho el dije. —Contesto mostrando un dije de oro con el nombre del chico grabado.

— Bien. Volved todos a la cama. Y haced como que no ha ocurrido nada, todos tuvimos pesadillas al principio.

Los chicos acataron la orden y se retiraron a sus cabañas.

El resto de la noche paso sin ningún incidente, dando paso a la mañana.

Thomas se despertó al escuchar ruidos como de puertas abriéndose. El chico salió y se encontró con Newt que volvía de despedir a los corredores.

—¿No decías que estaba prohibido entrar?

—Para ti y el resto lo está. Pero para los corredores no. Ellos se encargan de buscar la salida.
Ya que estás despierto, levanta a Eiden e id al comedor para empezar el día. —Contesto mientras se dirigía hacia él.

༻нαѕтα єℓ fιиαℓ (мιинσ у тυ)༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora