༻нαѕтα єℓ fιиαℓ (мιинσ у тυ)༺

Capítulo 17

Al salir de la sala Chuck lo estaba esperando fuera.

-Iré a buscar a Thomas.

-De acuerdo.

Eiden se separó de Chuck y se fue directo a la cocina a seguir con su trabajo. Esas manchas no iban a salir solas. Al rato llego Fritanga, y empezó el interrogatorio.

- ¿Qué paso con Thomas?

-Puf, ese chico es un total dolor de cabeza. -Dijo con fastidio. -Y como si Thomas no fuera capaz de buscar problemas por el solo ahora el fuco de Minho va y lo propone como corredor.

- ¿No es eso bueno?

-Oh, por dios. ¿Cómo va a ser eso bueno? Ser corredor es una profesión horrible. Y ahora. A trabajar.

Fritanga se comportaba de una manera fría y distante y algo
le decía que aquel tipo de trato a partir de ahora sería lo normal. Por alguna razón, era distinto al resto de los Clarianos. Se sentía como si hubiese vivido toda una vida desde que le habían borrado la memoria, pero tan sólo había pasado una semana.

Al rato Newt y Thomas se acercaron a la cocina en busca de algo de comida. Pero como era de esperarse Fritanga se negó. Y tras una breve discusión con Newt le acabo dando un poco.

-Deberías irte. -Dijo Fritanga después de ver como Eiden rompía el octavo plato. -No estoy de humor. Y que tú andes por aquí rompiendo cosas no ayuda.

El chico se sentía realmente mal por romper cosas. Pero no podía evitar pensar en todo lo que le había dicho Alby. No podía soportar la presión que Alby le había impuesto.

-Es demasiado obvio que tienes otra cosa en la cabeza. Así que, ¡largo de mi cocina!

Eiden sonrió lastimosamente y salió de la cocina.

Era hora de enfrentar a Teresa.

* * *

La chica parecía estar durmiendo en paz, como si fuera a despertarse en cualquier momento. Eiden casi había esperado ver los restos del esqueleto de una persona, alguien al borde de la muerte. Pero su pecho subía y bajaba con una respiración acompasada y su piel tenía buen color.

Uno de los Docs., el más bajito estaba allí y dejaba caer unas gotas de agua en la boca de la chica. Un plato y un cuenco en la mesilla de noche tenían los restos de su almuerzo: puré de patatas y sopa. Estaban haciendo todo lo posible por mantenerla viva y sana.

-Oye, Eiden. -dijo Newt; sobresaltándolo-, ¿Qué haces aquí?

- ¿Yo?

-Si, tú.

-Mmm, tenía algo de tiempo libre...por eso pensé en....en...

- ¿En visitar a la chica? -Intervino Thomas.

-Exacto.

-A todo esto, Clint. ¿crees que sobrevivirá? -Dijo señalando a la chica.

-Sí -respondió Clint-. Está bien, aunque habla en sueños todo el rato. Pensamos que pronto se despertará.

Eiden enfureció. Por alguna razón, no se había planteado la posibilidad de que la chica pudiera despertarse y estar bien. De que pudiera hablar con la gente. Eso no sería nada bueno. Alby se enfadaría.

- ¿Habéis escrito todo lo que ha ido diciendo? -preguntó Newt.

Clint asintió.

-La mayoría no se puede entender. Pero sí, hemos hecho cuanto hemos podido.