Eiden se quedó en silencio tratando de asimilar lo que Minho acababa de decir, cuando de repente el grito de un chico los alertó.
Aterrorizados se giraron en dirección al Claro, y lo que vieron nos los tranquilizó para nada. ¡El Claro era un completo caos!
- ¿Qué está pasando? -Pregunto Eiden asustado.
-No tengo ni idea, pero esto no es el único problema ¡Mira! -Exclamo Minho señalando las puertas del laberinto.
Eiden obedeció al asiático y dirigió su vista hacia las puertas que llevaban ya días abiertas. Pero fue una mala idea, muy pero que muy mala.
En su campo de visión se dejó ver una horda de Laceradores que entraban a toda prisa al Claro.-Su velocidad es anormal...
- ¡¿Qué mierda estáis haciendo, Mierteros?!-Exclamo exaltado Newt. - ¡Alby ha dado la orden de ir a la sala de mapas y escondernos!
Y sin más Newt se fue para poder avisar a los demás.
- ¡Vamos!
Minho agarró a Eiden por el brazo y lo llevo casi arrastras a la sala de mapas. Cuando llegaron en esta ya estaban Thomas, Teresa, Chuck, Alby y un Newt muy sudoroso.
Alby ordenó que se mantuvieran en silencio y esperarán.
Pero como si ya fuera costumbre el silencio no duró demasiado.
Un fuerte impacto provocó que parte del techo se viniera abajo y un Lacerador entrará en la sala.- ¡Atrás, no dejéis que os atrapé! -Grito Alby obligando a todos a retroceder.
Pero no fue lo suficientemente rápido y el asqueroso ser metálico agarró al pequeño Chuck por la pierna.
- ¡CHUCK! -Grito Thomas angustiado.
El Lacerador motivado por el grito de Thomas reforzó su agarre e intento llevárselo, pero Eiden y Thomas se adelantaron a sus intenciones y agarrón al niño por los brazos.
Alby al ver la situación agarró una de las hachas que había alrededor y arremetió contra el Lacerador cortándole la "pata" con la que tenía sujeto al niño.-Gracias, Alby...-Dijo el niño.
Alby solo pudo asentir con la cabeza...antes de que otro penitente apareciera, le atravesará el hombro con su "pata" y se lo llevará.
Ante lo ocurrido nadie movió ni un solo dedo. Aparentemente todos estaban en shock.
-No puede haber pasado esto. No, no, no. Todo es mi culpa. -Dijo Eiden agarrándose fuertemente la cabeza.
-Nada de esto es tú culpa, Eiden. -Lo intento consolar Thomas.
-Si, sí que lo es yo...
Eiden se calló cuestionándose si debía decirles todo lo que había hablado con Alby.
- ¿Sabes algo que nosotros no? -Dijo Minho con un tono de rabia en la voz.
-Yo...yo...
-Será mejor que salgamos-Dijo Newt débilmente evitando el conflicto.
Al salir el Claro estaba completamente destruido. Todo el lugar estaba siendo consumido por las llamas, pero ¿Cómo? Los Laceradores no pueden escupir fuego.
-Esto está mal...-Susurró Newt.
De repente Gally, echo una furia apareció frente a ellos.
- ¡Esto es vuestra culpa!
-Ya lo sé, yo...
- ¡Cierra la boca, afeminado! No hablaba contigo. - Exclamó apartándolo de un empujón.
¿No hablaba conmigo? Entonces...
- ¡Esto es toda vuestra culpa! -Dijo señalando a Teresa y a Thomas. -Ustedes lo provocaron.
- ¿Qué mierda estás hablando, Gally? -Pregunto Newt.
-No es de tu incumbencia, Newt. Debiste escucharme cuando pudisteis.
- ¡Gally!
- ¡Meterlos en el calabozo! -Ordeno Gally a un grupo de chicos.
Los habitantes que estaban detrás de Gally se acercaron a ellos con rostros amenazantes. Y agarraron a Thomas y Teresa.
-A Eiden también.
- ¿Qué? -Pregunto con asombro el rubio. -Antes dijiste que no hablabas conmigo.
-Solo estoy tomando precauciones. ¡Agárrenlo!
- ¿Crees que te lo voy a entregar voluntariamente? -Intervino Minho posicionándose delante del menor.
-Venga, Minho. Entra en razón. -Razono Gally. -Aunque el solo es una víctima como el resto, puedo que lo estén utilizando como espía. Es mejor prevenir que sanar. ¡Agarradlo!
El único chico que quedaba libre se aproximó temeroso a Eiden, el cuál todavía estaba escondido detrás de Minho.
Pasaron unos segundos y la situación seguía igual que antes.
Un temeroso habitante delante de un imponente Minho, quien a su vez estaba delante de Eiden, el cuál era observado por un Gally a punto de explotar.- ¡Deja de joder, Minho! -Exclamo Gally fuera de sí.
- ¡Dejar de ser tan miertero, Gally!
-Se acabo.
Gally agarró un palo del suelo y arremetió contra Minho, derribándolo.
- ¡VAMOS!¡Encerrarlos! -Ordeno Gally forcejeando con Minho en el suelo.
El habitante quién anteriormente no había movido un dedo debido a Minho, ahora mostró una sonrisa de oreja a oreja, se acercó a Eiden y lo agarró con fuerza.
- ¡SUÉLTALO! -Grito Minho intentando sacarse a Gally y a otro par de habitantes de encima.
El chico asustado por las bestiales embestidas de Minho agarró con fuerza al rubio y comenzó a andar seguido de los otros.
-Suéltame, por favor-Imploro Eiden. -Me haces daño.
Pero el chico no mostró ninguna señal de aflojar el agarré. Y aceleró el paso.
Eiden sabía porque lo hacía. Los gritos de Minho cada vez se oían más fuertes y cerca. Por lo que Gally y el resto ya no lo estaban reteniendo.
El pequeño grupo que los aprisionaba y ellos llegaron al pozo en apenas unos minutos.
- ¡Entrad! -Ordeno el chico de mayor edad.
Thomas intentó golpearlos para escapar, pero no tardó demasiado en ser noqueado y empujado dentro de aquel frío lugar.
Teresa y Eiden fueron más listos y entraron sin oponer resistencia, para evitar ser golpeados. Además, el estaba seguro de que Minho lo iba a sacar de allí. Podría ser un cretino, pero siempre estaba allí cuando lo necesitaba.
-Espero que durmáis bien. Porque puede que sea la última vez que lo hagáis. -Dijo con sorna el chico que temía a Minho.
- ¿Qué? -Pregunto Teresa.
- ¿No lo entiendes, princesita?
Teresa negó con la cabeza y el chico solo dejó escapar una carcajada áspera y se marchó.
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- ¿Estás bien? -Pregunto Teresa una vez que los chicos se habían ido.
Eiden la miro sin poder crearse que estuviera hablando con él.
Esa sucia mujer no tenía ningún derecho a dirigirle la palabra y mucho menos a preguntar por su estado.
-Por supuesto. Vamos, estoy de maravilla. -Dijo con sarcasmo. - ¿A quién no le gustaría estar encerrado contigo?
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༻нαѕтα єℓ fιиαℓ (мιинσ у тυ)༺
Fanfiction𝙁𝙞𝙣𝙖𝙡𝙞𝙯𝙖𝙙𝙖 | 𝙀𝙙𝙞𝙩𝙖𝙣𝙙𝙤 Al despertar dentro de un oscuro elevador en movimiento.No sabe quién es. Tampoco hacia dónde va. Pero no está solo: cuando la caja llega a su destino, las puertas se abren. «Bienvenido al Área, Verducho». El...