HISTORIAS DEL PASADO

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Luego de la fuga en San Quintín, y el encuentro con Flos Sanguis, inicié una vida como fugitivo con mi buen amigo Joe.

Caminamos por dos horas por una carretera polvorienta. Nos quitamos el uniforme de prisión, quedando en pantaloneta y descalzos.

P: Debo decirte que tienes un cuerpo envidiable. No es por sonar raro, pero te ves muy bien con ese six pack.

J: No te preocupes. Todos los depravados de la cárcel me decían lo mismo.

El calor caía sobre nuestras espaldas. Estábamos acalorados y sudorosos. Hasta q encontramos una pequeña estación de servicio a un lado del camino, como un oasis en medio del desierto ( porque realmente lo era ).

Joe señaló una camioneta Ford negra estacionada frente a la estación.

J: Estás pensando lo mismo que yo??

P: Me enseñaron q un policía no hacía ningún tipo de actos vandálicos. Pero qué suerte!! No soy policía!!

J: Ja, ja! Esa es la actitud!!

Luego nos metimos en la estación, tomamos "prestadas" unas camisas, unos pantalones, unos tenis, unos lentes de sol negros, unas gorras y unas latas de Pringles sabor a BBQ. No voy a entrar en detalles, ya q pudimos robarle las llaves al conductor de la Ford, y pudimos escapar con el auto sin que nadie se diera cuenta. Eso creo.

Nos pasamos la mitad del viaje riéndonos de lo q hicimos. Ya teníamos ropa, un vehículo y las papas nos  habían calmado el hambre.

Joe iba al volante. Yo todavía seguía pensando en lo que pasó en ese encuentro con Flos Sanguis.

J: Si sigues mirando al techo, voy a creer que tienes un problema mental.

P: No sé por qué se me volvió a escapar esa desgraciada. La teníamos acorralada.

Joe se sacudió unas migas de papas de la camiseta.

J: Ya tendremos otra oportunidad de atrapar a ese demonio. Por el momento, debemos pensar cómo encontrar esa "Urna de Legiones" y ese "Fuego de Fénix". Creo que la Urna está en el Museo de Arte de Seattle. Lo sé porque de pequeño vine a Seattle con mis padres y cuando fuimos a ese museo, ví un jarrón rojo, decorado con llamas de fuego doradas. Pero cuando me acerqué a verla, mi madre me jaló del brazo porque parecía embobado viendo esa obra de arte. Sentí una conexión extraña con esa figura.

P: Y tus padres dónde están ahora?

J: Pues....  cuando tenía 12 años se separaron. Mi padre fue a una prisión en Filipinas por tratar de robar un banco exportador de rubíes en Myanmar y mi madre y yo volvimos a Londres, donde me tuvo que dejar en adopción porque le dió un cáncer de riñón que le quitó la vida.

P: Lo... Lo siento Joe.

J: Pasaron 3  años hasta que me escapé del orfanato donde me tenían recluido. Creí que mi padre iba a venir por mí, pero una semana antes de escaparme me dijeron que estaba en prisión. Desde ese día odié a mi papá, y juré que yo iba a empezar a vivir mi propia vida solo. Pero al escapar no tenía dinero, ni familia, ni un lugar para quedarme. Así que le seguí los pasos a mi papá, empezando a robar y a hacer trabajos con bandas de ladrones clandestinas. Cuando cumplí 22 años, comenzé a vender metanfetamina , ya que tenía la fuerza y había ganado experiencia como pandillero.

P: Vaya, de tal palo, tal astilla.

J: Sí. Cuando la policía empezó a capturar a los vendedores de drogas, tuve que escaparme de Inglaterra y viajé por toda Europa hasta llegar a España, donde tomé un vuelo a México, y de México pasé a EUA. Y dejé mi vida de criminal por un tiempo.

P: Claro. Y luego Flos Sanguis te encontró.

Joe suspira y mira el espejo retrovisor para ver si nos estaban siguiendo. Me sonrió y dijo:

J: Y bien, señor expolicía. Cuéntame tu historia.

P: Bien, Joe. Nací en Los Ángeles, me gradué de la universidad de Harvard a los 20 años. Mis padres se quedaron a vivir en LA, mientras yo me aventuraba a recorrer el país. Llegué a Seattle, donde usé mis conocimientos de ingeniería electrónica para conseguir un empleo como gerente de una tienda de Apple por 6 meses. Allí fue donde conocí a Becky y nos enamoramos. Luego descubrí que tenía futuro en las ciencias forenses, y estudié en una academia de policía por 5 años.  Luego trabajé como policía hasta.... que Flos Sanguis me inculpó y causó mi condena en San Quintín. Y ahora...  ese traidor de Matthew Morrison está saliendo con ella bien feliz, porque ya no estoy.

J: Esto es un poco personal, pero tú en realidad amabas a esa chica?? Y sí pasabas tiempo con ella??

P: En realidad, sólo la podía ver por la noche. Rara vez tenía días libres y podía salir con ella. Y... rara vez teníamos intimidad juntos.

Cuando dije eso, me avergonzé un poco. Joe se rió.

J: Lo sé, lo sé. Yo nunca he tenido una relación estable que halla durado más de un mes. En un año terminé con casi 15 chicas en Inglaterra. Era un fracasado con las mujeres. Pero cuando viajé a EUA, me volví todo un Don Juan. Todas las chicas querían salir conmigo, y nunca tuve nada serio con ninguna. Sólo entrar, y salir, y cuando entré a prisión, ninguna de esas chicas fue a buscarme. Qué desconsideradas!! Después de todo lo que las hice sentir bien!!

P: Eres un enfermo, Joe. Sólo he salido con 4 mujeres a lo largo de mi vida. Mi primera novia la tuve a los 10 años y se llamaba Sophie. Duramos hasta los 15 años, y ella se mudó a Miami. Mi segunda novia fue Melanie, pero solo duramos 2 meses. Luego siguió Sarah. Me enamoré de ella en la universidad y duramos hasta que nos graduamos, y tomamos distintos trabajos en Seattle. Ella como secretaria, y yo como policía. Pero luego nos separamos. Actualmente somos amigos.

J: Uyyyy. Sí sabes que "Ex" y "amigo" no concuerdan?? Regla básica, chico!!

P: Como sea. Ya basta de estos temas. Debemos tener un plan para encontrar a Matthew. Y encontrar la Urna y el fuego mágico.

J: Bien, Phil. Ya tengo un plan. O tal vez el comienzo de uno.

UNA FLOR DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora