Tocaron la puerta y la abrí nerviosa, sonreí al verlo frente a mí, me dio un beso en la comisura de los labios.
—Hola bonita.
Tome mi bolso y subimos a su auto.
—Extrañaba esto. —miro al frente y puso su mano sobre mi pierna.
—No te emociones. —quite su mano con cuidado.
—Soltó una risita y se alzó de hombros. — Ya veremos.
Al bajar del auto me tomó de la mano y tocamos el timbre, Karina abrió alegre y al vernos juntos apretó una sonrisa.
—Gracias por venir. —Nos invitó a pasar.
Era un lugar espacioso y los muebles contrastaban con el color beige de la pared, los sillones eran de color café obscuro y una linda alfombra adornaba el lugar, éramos los primeros en llegar, nos acomodamos frente a Santiago que enseguida nos ofreció una cerveza y botana, platicamos sobre lo linda que era la decoración y lo felices que nos sentíamos por ellos, después tocaron el timbre, Celinee saludo alegre mientras que Ignacio me miraba un poco temeroso, en seguida llego Genna, que al verme con Héctor abrió los ojos como si no pudiera creer lo que estaba viendo, me dio un abrazo, en seguida miró a Héctor y se mordió el labio, tenía ganas de romperle el cuello, pero no dejaría que notara mis celos, en ese instante Héctor me dio un beso en la mejilla y tomó mi mano mientras sonreía al verme como si fuéramos una pareja enamorada, le seguí la corriente y Genna se dio la vuelta incómoda.
—Gracias. —le susurre al oído.
—Te dije que volverías a ser mi novia por lo menos esta noche.
—No abuses. —sonreí con ironía intentando disimular.
Poco después llegó Karla sola.
—¿Y dónde está Víctor? —pregunto Karina.
—En un viaje de trabajo. —hizo un puchero y en seguida nos saludó.
—Es una lástima. —hice una mueca. —La verdad era mejor que no estuviera, así no habría sospechas.
Platicamos un buen rato, mientras Héctor no paraba de besarme la mejilla y de vez en cuando robarme un beso en la boca que yo seguía para disimular ante los demás, me abrazo y coloco su mano libre en mi rodilla mientras hablaba de lo genial que era nuestra relación.
《Claro estúpido, pudo haber sido de ese modo. 》
El reía y no se cansaba de decir lo perfecta que era como novia, incluso les dijo que el siguiente fin de semana me presentaría a su familia, Karina me miraba y arrugaba la frente intentando preguntarme qué estaba pasando, le sonreía y la miraba intentando decirle que después le contaba, Héctor me miró y susurró a mi oído.
—Te dije que hoy seríamos verdaderamente novios.
—Y yo te dije que no abusaras.
Soltó una leve carcajada y seguimos platicando con los demás, cantamos y bebimos muchísimo hasta el amanecer, eran las 7 de la mañana y con los ojos entrecerrados de lo ebria que estaba mire a Héctor.
—Ya vámonos.
—¿A tu casa o a la mía? —sonrió de lado mientras me miraba fijamente con los ojos rojos.
—Me vas a dejar a mi casa y después te vas a la tuya. —le di un beso en la comisura de los labios.
Nos despedimos y subimos al auto, llegamos a mi casa y el sueño se estaba apoderando de mí, lo miré y se veía sumamente cansado, lo invité a pasar para que durmiera un rato y después se fuera, realmente me preocupaba que se quedara dormido mientras conducía, entramos a mi casa en silencio, camine a mi habitación dejándolo solo en la sala, saque un par de sábanas y una almohada para llevárselas, gire sobre mis pies y se encontraba parado detrás de mí, di un ligero brinco, y en seguida solté las cosas para darle un golpe en el hombro.
—¡Me asustaste idiota!
Soltó una risita y acomodo mi cabello sin dejar de mirarme, se acercó lento a mí para besarme, mi corazón latía rápido, realmente me gustaba, pero debía recordar lo que me había hecho y mi plan, inmediatamente salí de mi embelesamiento y me hice a un lado rompiendo la magia que se estaba creando.
—Basta de fingir.
Tome las cosas y las lleve a la sala, al ver que no me seguía regrese a mi habitación y lo vi en mi cama, totalmente estirado boca abajo con los brazos y piernas abiertas, me quede sorprendida, me acerqué lento y estaba roncando. 《Vaya imbécil》Me puse la pijama y como pude me recosté a su lado y cerré los ojos, rato después una mano rodeó mi cintura e hizo que me despertara, sonreí ligeramente y suspire.
—Pudiste ser el mejor novio. —susurré.
—Lo lamento. —me contestó.
—Lo mire sorprendida. —Pensé que estabas dormido.
—Me desperté y te abracé.
—Bueno ya que estas despierto, fuera de mi cama.
—¡No! —me abrazo más fuerte y subió una pierna a mi muslo, en seguida coloco su mano en mi pecho y con su dedo pulgar toco mi pezón que se erizó al instante.
—Quita tu mano.
—No. — enseguida se colocó sobre mí tomándome por las muñecas y colocándolas sobre mi cabeza. —Deja de resistirte— susurró.
Y entonces obedecí cayendo ante ese susurro, lo mire fijamente y le respondí el beso, se desabrochó con rapidez la camisa mientras yo me deshacía de mi blusa, bajo sus pantalones y me miró con deseo mientras lanzaba su bóxer, se acercó, beso mis pechos deshaciéndose de mi pantalón, apretó mi trasero y se mordió el labio sin dejarme de mirar a los ojos, esbocé una pequeña sonrisa y me coloqué sobre él, estire la mano y saque de la mesita de noche un condón, lo coloqué en su pene y en seguida dejé que me penetrara mientras estaba sobre él, moví las caderas en círculos mientras observaba sus gestos de placer, tocó mis pezones con la yema de los dedos y arque la espalda de placer gimiendo.
—Mírame, no cierres los ojos.
Obedecí y sonrió, bajo sus manos lentamente y las colocó en mi trasero siguiendo los movimientos, entonces sin dejar de mirarlo gemí más fuerte llegando al clímax mojando a la par sus piernas, gimió al verme terminar y entonces aceleró los movimientos.
—Me encantas Alinee. — susurró mientras terminaba.
Me recosté a su lado y cerré los ojos, en seguida me quedé dormida, me sentía sumamente cansada.
—Buenos días amor.
—¿Amor?
—Bueno, Alinee.
—Suena mejor.
—¿No vamos a regresar verdad?
—No. —conteste obviando la situación.
—Pero...
—Pero nada, es mejor así.
Se rascó la cabeza e hizo una mueca de frustración, me invitó a comer y accedí, realmente quería regresar con él, pero me repetía constantemente que debía seguir mi plan, rato después me llevo a casa y se despidió de mi con un cálido beso en la mejilla.
—Nos vemos después.
—Claro.
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Yo soy Alinee
Teen FictionLas amigas que tiene Alinee y los chicos que ha conocido desataron en ella el rencor y la necesidad de venganza Pero sin duda la traición fue lo que mas le dolió ¿Y tu que harías si fueras Alinee?