Yo soy Alinee

Parte 21

—Rodé los ojos. — Vete de aquí.

—Alinee, —torció la boca y me entregó las bolsas. —quiero hablar de lo que paso.

—No paso nada.

—Alinee esa chica.... esa chica ...solo salimos.

—Ok. —Intente cerrar la puerta y la detuvo con su mano.

—Por lo menos déjame explicarte.

—Pero no hay nada que explicar.

—Quiero hacerlo.

—Deje las bolsas en el interior y me cruce de brazos. —¿Que?

—Por lo visto te fue muy bien anoche, sigues con la misma ropa.

—Agh. —rodé los ojos.

—Bueno ya...lo siento, esa chica ...la verdad la conocí en el trabajo y ya habíamos quedado en salir y por eso lo hice.

—Ok. —Tenía mucho coraje, pero tenía que darme cuenta de que él no era nada mío, no tenía por qué enojarme o reclamarle algo, yo lo había decidido así, y tenía que enfocarme en mi plan, me iría con Víctor y debía bloquear lo que sentía por Héctor. —¿Es todo?

—Ahmm sí. — me miro confundido.

—Bien.

—¿Me explicaras tú que hacías ahí?

—No. —conteste con seguridad.

—Pero Alinee, necesito saberlo.

—Entiende de una vez que no somos nada, no tenemos por qué darnos explicaciones de nada, lo nuestro se rompió y lo lamento, es algo que no voy a discutir de nuevo, tengo muchas cosas que hacer.

Se quedo pasmado, me miro dudoso y en voz poco audible dijo adiós, se dio la vuelta y se fue, cerré la puerta, tenía muchas ganas de llorar, pero así tenían que ser las cosas. Comí sin ganas y adelante trabajo para la oficina, necesitaba distraerme, mire el teléfono y tenía una llamada perdida de Karina, no quería contestar, pero para mí mala suerte en ese momento Celinee escribió.

Celinee

—Las extraño

Rodé los ojos.

Karina

—Urge vernos

《Obvio no.》

Genna

—¿Un café hoy?

Karla

—Cuando quieran.

Alinee

—Me avisan.

Deje el celular a un lado, no quería ver a nadie, encendí la televisión y no podía poner atención, necesitaba un respiro, me puse un pants y me dirigí al gimnasio, camine respirando profundo, intentando despejar mi mente, al llegar mire el celular y las chicas habían pospuesto la reunión para el día siguiente, salude a estrógenos y me miro con su típica sonrisa malvada.

—Que milagro.

—Hola estro...entrenador, ¡Que drama! no he faltado...tanto. —sonreí.

Negó con la cabeza y me puso una rutina, una hora después de sentirme adolorida y acalambrada salí rumbo a mi casa, caminé sin ganas de llegar a la soledad que irónicamente siempre me acompañaba, me recosté en mi cama y dormí de nuevo.

Me levante, suspire y me mire en el espejo 《No puedo seguir así, tengo que seguir con mis planes y no voy a permitir que vuelvan a jugar conmigo, la que va a jugar soy yo. 》