Parte 8

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Miré a Héctor que estaba muy entusiasmado, nos sentamos en el sillón y comenzamos a buscar tatuajes, me decidí por una pequeña rosa con el tallo en forma de una A, Héctor eligió el modelo del lobo y por fin Ricky nos llamó, me senté en un taburete y suspiré.

—Empezaremos contigo. —me miro y dio un trago a su botella de agua. —¿Qué quieres hacerte?

—Le mostré la imagen. —Esta rosa y la quiero a un costado del busto. —señalé mi busto derecho.

—¿¡En el busto?!—Héctor abrió los ojos de par en par.

Me mordí el labio y sonreí, me levante la blusa y me acomode el brasier, Ricky cubrió mi pezón con una toalla y después coloco sobre mi piel el diseño del tatuaje, lo mire en el espejo y asentí al estar lista, me recosté donde Ricky me había indicado y respire profundo, sentí como la aguja se deslizó por mi piel causándome un leve dolor, apreté los labios y mire al techo, 20 minutos después de sentir como me raspaba, me mire en el espejo, me había encantado, se veía muy sexy y sin duda era hermoso, Héctor lo miro detenidamente y sonrió de oreja a oreja.

—Me encanta.

Ricky cubrió el tatuaje y me acomode la blusa, después Héctor se sentó en donde yo estaba, le mostró su tatuaje y señalo el antebrazo derecho.

—Aquí lo quiero. —me miro emocionado.

Cuando Ricky por fin terminó, Héctor se ofreció a pagar los tatuajes y salimos contentos del lugar, decidimos regresar a mi casa a ver películas, al llegar Héctor se sentó en el sillón para elegir la película mientras yo preparaba palomitas, por fin se decidió y vimos una de acción, me sentía contenta, hace tiempo que no veía una película sin interrupciones, me gustaba mucho y me hacía sentir sumamente bien y feliz.

—¿Quieres cenar algo?

—Se alzó de hombros. —Tengo hambre, pero no sé qué podríamos cenar.

—Déjamelo a mí.

Entre en la cocina y el detrás de mí.

—¿En qué te ayudo?

—Pensaba hacer espagueti a la boloñesa, tal vez, podrías ayúdame con los fideos mientras yo hago la salsa.

—De acuerdo.

Mientras cocinábamos le platicaba como eran mis amigas y anécdotas divertidas que habíamos pasado juntas; al terminar de cenar, nos arreglamos para la fiesta y después nos dirigimos a la fiesta de Karla.

Su casa que ya estaba llena de gente, tome a Héctor de la mano y busque a mi grupo de amigas con la mirada, visualicé a Celinee riendo y dando una calada a su cigarrillo, me dirigí hacia ellas.

—¡Llegue! —grite.

—Pensé que no vendrías, —Celinee me dio un corto abrazo. —no contestaste.

—Lo siento me entretuve con algo importante, quiero presentarles a Héctor, mi novio.

—¡¿Novio!? —Karla abrió los ojos de par en par.

—Si. —sonreí.

Lo presente a todas y saludo a Santiago chocando los puños.

—¿Se conocen? —pregunto Genna.

—Si, —dijo Karina. —Santiago y yo fuimos cupido.

—¿Cómo?, explíquenme. —Celinee preguntó emocionada.

—Pues Héctor trabaja conmigo y creímos que era buena idea presentárselo a Alinee.

—Wooow, —aplaudió Karla. —me da gusto, fue una buena idea.

Yo soy AlineeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora