Celinee
—¿Nos vemos hoy para tomar un café?, ya saben, misma hora y mismo lugar.
Karina
—Sí, yo voy.
Karla
—Ok.
Genna
—Ahí nos vemos.
Alinee
—Ok, nos vemos en un rato.
Salí de casa mirando el celular por vigésima vez en el día, caminé a la cafetería y al llegar me senté en una mesa cerca de la ventana, minutos después Genna se acercó y me dio un beso en la mejilla, en seguida Celinee y Karina saludaron alegres, pedimos café mientras esperábamos a Karla que llego poco después.
—¿Y bueno qué tal la pasaron en la fiesta? —Celinee encendió un cigarro.
—Genial, aunque me puse muy borracha. —comenté encendiendo un cigarro y solté el humo.
—Arturo es un buen muchacho me cayó muy bien. —dijo Karina.
—Genna sonrió y tomó mi mano. —Si, es súper lindo.
Karla se limitó a asentir y dio un sorbo a su café.
—Pero desde ese día está muy extraño y no me ha llamado.
—Celinee arrugo la frente. —Déjalo, ya lo hará... ah, por cierto, —dio un sorbo a su café y agitó una mano. —el loco de Erick me envío mensaje hace un rato.
—A mí también me envió un mensaje. —Karla saco su celular y lo agito en el aire.
—Y a mí. —Genna hizo una mueca y se metió un pedazo de pastel a la boca.
—También a mí. —Karina hizo una mueca de desagrado.
—¿Qué les dijo?
—Quería que lo ayudara a volver contigo. —dijo Celinee.
—También me dijo eso. —comentó Genna.
—Lo mismo. —Karla apretó los labios.
—Igual. —dijo Karina
—¿Y qué le dijeron?
—No le contesté.
—Ni yo.
—También lo ignore.
—Obvio no le conteste.
—Por favor no le contesten, no quiero saber de él.
—Bien, yo les quería contar que el fin de semana me tire a un tipo y me gusto, tanto que le di mi número real. —dijo Karla.
—Wooow. —aplaudió Celinee.
—¿Y cómo lo hacía? —pregunto Genna.
—Puedes ver esta cara. —se señaló y esbozó una enorme sonrisa. —Así de bien lo hace.
Estuvimos platicando un buen rato y después regresé a casa e hice un poco de limpieza, tenía todo echo un desastre, hice algo de cenar y me fui a dormir.
Me levante temprano, llegue a la oficina y entré a una junta con mi jefe, al salir me senté frente a la computadora y pensé en Arturo. << ¿Por qué no me habrá llamado?, está comportándose muy raro, todo estaba bien, ¿Será correcto que lo llame?, no, mejor no. >>
El ruido del teléfono interrumpió mis pensamientos.
—Empresa Orión, buenos días.
—¡Hola! —grito Karina.
—Hola amiga, ¿Cómo estás?, hace tanto que no te veo, ya olvidé como es tu rostro. —dije con ironía.
—Que graciosa, estoy muy contenta porque Santiago me presento a un amigo que trabaja con él, es muy simpático, amable y lindo, ¡Es perfecto para ti!, se llama Héctor.
—Amiga estoy saliendo de una relación y al parecer con Arturo tampoco funcionó, no quiero conocer chicos.
—Vamos, hoy tienes una cita conmigo, Santiago y Héctor para ir a comer.
—¿Tan pronto?
—Si, estoy llegando a tu oficina en este momento, así que trae tu trasero a mi auto.
—Te odio.
—No es cierto. —colgó.
Cerré los ojos y suspiré. <<Que bueno que hoy me vestí decente para la junta.>>Tomé mi bolso y salí de la oficina, el auto de mi amiga estaba estacionado justo en la entrada, abrí la puerta y me acomodé en el interior.
—Hola bebé.
—Hola. —entrecerré los ojos. —Quiero decirte que no estoy de acuerdo con esto.
—No pedí tu opinión.
Me cruce de brazos y mire el celular. << Nada, ni una señal de Arturo, a estas horas ya me hubiera dicho algo.>> Mire por la ventana mientras Karina cantaba una canción de la radio.
—¿Que tienes?
—Nada.
—¿Es por Erick?
—No, es solo que Arturo sigue sin llamarme y siento feo.
—Es un idiota y no necesitas de esos en tu vida.
Aparco el auto en un restaurante, me retoque el labial y entramos al lugar, mi amiga al ver a Santiago se adelantó y le dio un beso en la boca, camine tras ella hasta llegar a la mesa y salude a mi amigo chocando los puños y luego le di un beso en la mejilla.
—¿Cómo estás?
—Bien pequeña, te quiero presentar a Héctor. —estiro la mano señalando a su amigo.
Gire sobre mis pies y me quede pasmada con una sonrisa en mi boca, era hermoso a mi gusto, el tipo de hombre que me encantaba, con barba de algunos días sin rasurar, ojos café claro y cabello de color negro y quebrado. << ¡Reacciona estúpida!>>
—Ahh hola. —estire la mano. —Soy Alinee.
Héctor se levantó del asiento y apretó mi mano.
—Un placer. —me miro a los ojos y sonrió.
Me senté a un lado de Karina y ordenamos, me sentía nerviosa, Santiago rompió el silencio e inicio una plática amena, terminamos de comer y mi celular sonó, el nombre de Erick apareció en la pantalla, decidí ignorarlo.
—Me tengo que ir, debo regresar a la oficina. —me levanté y me despedí de todos.
—Héctor se levantó del asiento y me miro nervioso. —Espero no te moleste, pero... ¿Podrías darme tu número?, es decir, —carraspeo. —por si alguna vez lo necesito.
Sonreí coqueta y le dicté mi número
—Ahmm, ¿Quisieras salir conmigo algún día?
—Sí, estaría bien. —sonreí. << ¡Es guapísimo!, pero Alinee, te estás comportando como una idiota.>> —Bueno, me tengo que ir.
Tome un taxi y regrese a la oficina, me sentía bien y había olvidado el tema de Arturo, Héctor me había gustado muchísimo; al anochecer me dirigí a casa, hice algo de cenar y encendí la televisión, suspire mirando mi habitación, había días en que me sentía muy sola y me aburría mucho, o me sentía triste, ni siquiera tenía una mascota que se alegrara por verme, de vez en cuando lloraba en las noches, la soledad solía ser muy dura.
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Yo soy Alinee
Teen FictionLas amigas que tiene Alinee y los chicos que ha conocido desataron en ella el rencor y la necesidad de venganza Pero sin duda la traición fue lo que mas le dolió ¿Y tu que harías si fueras Alinee?